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Pon en forma tu Sistema Inmunológico

El sistema inmunológico es nuestra defensa contra determinados agentes externos que pueden entrar en nuestro organismo y hacernos daño. Este sistema se activa siempre que percibe una amenaza en contra de nuestro bienestar.

Las células protectoras de nuestro organismo son los llamados linfocitos y son un tipo de glóbulos blancos. Los linfocitos que se encuentran situados en el timo, el bazo y la médula ósea son los encargados de atacar precisamente esos organismos (patógenos) que nos causan las enfermedades. Son los llamados “órganos linfáticos”. Si en un momento dado tenemos un bajo nivel de leucocitos, no podremos hacer frente a esos elementos externos que nos enferman. 

¿Cómo saber si tienes el sistema inmunológico débil?

1. Cansancio Permanente. Cuando este es continuo, al levantarte o ante pequeños esfuerzos, es un síntoma a tener en cuenta.

2. Infecciones frecuentes. Como infecciones de orina, molestias de estómago recurrentes, encías siempre inflamadas y enrojecidas, diarreas a menudo, etc.

3. Alergias. Influencias como el polen, el polvo, los alimentos u otros agentes del entorno que impactan tu piel o mucosas, generan las alergias y es posible que tengas el sistema inmunológico débil.

4. Resfriados. ¿Cuántos resfriados sueles coger? ¿Te duele siempre la garganta? ¿Te contagias de gripe con facilidad? Si es así, refuerza tu sistema inmunológico sin esperar a sentirte mal.

5. Heridas que tardan en cicatrizar.

Esenciales para cuidar tu sistema inmunológico

1. Cuida tu dieta. Una buena dieta es sinónimo de buena salud, pero lamentablemente, solo ponemos atención a lo que comemos cuando ya estamos sufriendo algún problema, o cuando estamos enfermos. Es necesario que mantengas una nutrición variada y equilibrada siempre; las frutas cítricas son siempre una excelente ayuda para nuestras defensas.

2. Duerme lo suficiente. Conseguir un sueño tranquilo y reparador, es imprescindible porque el sueño permite que tu cuerpo recupere energías perdidas durante el día y cumpla sus funciones esenciales.

3. Higiene y Limpieza. Lavarte las manos varias veces al día, en especial después de haber estado en la calle y antes de comer, es esencial para evitar que bacterias que no deseamos, entren en nuestro organismo.

4. Cuida la limpieza de los alimentos. Lava bien las verduras y frutas, sumérgelas en agua con vinagre o limón y elimina cualquier impureza.

5. Maneja adecuadamente el estrés. Evita el estrés permanente, establece prioridades, haz tiempo para orar y meditar en las promesas de nuestro Padre, y bríndate protección a ti mismo.

Implementa el Consumo de Vegetales en tu Dieta

Barquita de Berenjena y Pollo

Ingredientes
    • 2 Berenjenas de buen tamaño
    • 1 Pechuga de pollo
    • 1 Cebolla cabezona picada
    • 6 Tomates picados
    • 1/2 Taza de queso mozarela rayado
    • Sal y pimienta al gusto
Preparación

Lava bien las berenjenas y divídelas por la mitad a lo largo. Hazles unas rajaduras con cuchillo sin dañar la cáscara, rocíales sal y llévalas al horno a 350 grados F durante 40 min.; tápalas para que se cocinen bien.

Entre tanto corta el pollo en filetes delgados, sazónalos a tu gusto y ásalos bien. Cuando se haya enfriado córtalo en cuadritos finos. En el sartén que usaste, fríe la cebolla y mezcla los tomates añadiendo sal y pimienta al gusto para hacer la salsa.

Cuando las berenjenas hayan enfriado, con cuidado desprénde su contenido y pícalo un poco más. Mézclalo con el pollo y la salsa. Coloca de regreso la mezcla en las cáscaras de la berenjena y cúbrelas con el queso rallado. Ponlas en el horno para que se dore el queso.

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