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Éxodo 13:17 – 17:16 | Beshalaj

Parashá Anual – Éxodo 13:17 – 17:16

Nombre de la Parashá:  Beshalaj = Cuando (faraón) envió…

Lecturas Complementarias: Jueces 4:4 – 5:31 | Mateo 14:22-23

¡Hacia la libertad!

La imaginación se queda corta cuando tratamos de visualizar todo el evento que se está desarrollando: Una multitud de personas de todas las edades con cientos de animales y algunos enseres saliendo a toda prisa de una ciudad que los había tenido cautivos por 210 años; una columna de nube al frente que los protege de los excesos del sol; una columna de fuego que durante la noche los protege del frío y les alumbra su camino; una larga caminata sin detenerse ni de día ni de noche; todo es excepcional, por no decir sobrenatural!!

¡Por fin se ha terminado la larga noche de la esclavitud! Todos ellos habían nacido como esclavos; sus antecesores que habían sido libres, ya no estaban para explicarles en qué consistía la vida sin cadenas ni azotes.

Pero… apenas se han alejado de la ciudad unos pocos días, Paroh (Faraón) sale en su persecución; mas cuando el pueblo se da cuenta del peligro, toda clase de pensamientos se agolpa en sus mentes todavía acostumbradas a seguir órdenes de los capataces:

    • No debimos haber salido.
    • Preferible haber continuado con vida, aunque en esclavitud!
    • Era mejor servir a los mitsritas (egipcios)
    • ¿Podremos negociar con ellos?
    • ¡Enfrentémoslos aunque sea a piedra y garrote!
    • Mejor morir libres que esclavos…

Y ¿qué otros pensamientos habrán inundado sus mentes temerosas?

Nuestra experiencia no difiere mucho de la de ellos. ¿Acaso no nos ha sucedido algo parecido ante las pruebas que nos llegan, una vez que hemos decidido “salir de Egipto” para vivir en la obediencia a la Palabra, a la Toráh?

Momento para actuar, no para orar

​¿Parece una herejía? Entonces ¿Qué es lo que Yehováh le está diciendo a Moshé en el verso 14:15?

Yehováh dijo a Moshé: ¿Por qué clamas a mí? ¡Dí a los hijos de Yisrael que se pongan en marcha!

Las situaciones de la vida se desarrollan como una combinación de las acciones de Yehováh y las nuestras. Él no es responsable de hacer aquello que nosotros estamos dotados para realizar; de la misma manera nosotros no podemos hacer aquello que solo Él es capaz de hacer. El reto siempre será descubrir cuál es ese límite: Cuándo o dónde termino yo, y en que momento o dónde comienza Él.

 

Pero como en el caso de Moshé, contamos con la dirección divina para aprender a identificar esas acciones o momentos.

Cuando emprendemos un proyecto debemos hacerlo buscando a Yehováh como si todo dependiera exclusivamente de Él; pero una vez que hemos recibido Su visto bueno, entonces debemos poner manos a la obra como si su logro ¡solo dependiera de nosotros!

Lo que quiero decir es que Yehováh espera que demos lo máximo en cada aspecto de la vida. Él es un Elohim (Dios) de cosas perfectas, óptimas, excelentes; y nosotros como hijos suyos, estamos llamados a lo mismo: A hacer lo mejor que está a nuestro alcance, para completar las tareas que Él nos encomienda y aún las pequeñas cosas de nuestra vida diaria.

Tú eliges de quién serás esclavo

Yisrael, vivió 210 años de esclavitud en Mitsrayim; cuando salieron bajo el liderazgo de Moshé, eligieron someterse a un Amo Justo que velaría por su bienestar.

¿Pensaron nuestros padres que podrían vivir por fuera de Mitsrayim para hacer lo que les viniera en gana? Es probable. Quizás. Solo que esa opción no existe. No es posible. No hay en la Creación una zona libre de alguna autoridad; tampoco existe una área de transición en la que se puede vivir sin someterse a alguien. Se sale de una para inmediatamente entrar en la otra!

Es algo similar a la manera como operan los aviones que todos conocemos. Existe una ley física que los mantiene en el suelo. Pero tal ley es vencida en un instante cuando alcanzan cierta velocidad y gracias al aire y a la forma en que están diseñados, entran bajo la ley de la aerodinámica para poder volar. No hay una zona neutra; siempre están bajo la una o bajo la otra.

Quienes no han decidido salir del sistema para entrar bajo la autoridad de Yeshúa, siguen siendo esclavos del sistema en el que nacieron, y ni siquiera se dan cuenta. Las Escrituras afirman que están bajo el maligno (y ese es su amo), siguen la corriente de este mundo y operan energizados por el espíritu de desobediencia. No lo saben porque ese ha sido su medio de vida y no extrañan nada de lo que allí sucede.

Mas para los seguidores del Camino, los que decidimos en algún momento, con plena responsabilidad y conciencia ponernos bajo la autoridad de Yeshúa, es claro que ahora vivimos bajo un nuevo Amo. Somos esclavos por decisión propia aunque seguimos teniendo dos opciones: Regresarnos para vivir bajo la ley del antiguo amo, o mantenernos viviendo bajo la ley de la Justicia, decretada por Yehováh, y expresada en la Toráh. Así cada quien elige bajo cuál amo quiere estar. ¿Qué has decidido tú?

¿430 AÑOS DE ESCLAVITUD?

El peregrinaje de los hijos de Yisrael, que habitaron en Mitsrayim, fue de cuatrocientos treinta años. Y transcurridos cuatrocientos treinta años, en aquel mismo día todos los escuadrones de Yehováh salieron de la tierra de Mitsrayim.

Una lectura superficial de este texto, nos deja con la impresión que los Yisraelitas estuvieron 430 años como esclavos. Mas no es así. Tengamos en mente la palabra: peregrinaje.

El tiempo comienza a contar desde el momento en que Yehováh le prometió a Avraham que tendría un hijo. A partir de ese momento, Avraham comienza a peregrinar por toda la tierra prometida y posteriormente su descendencia entra en Mitsrayim. Por tanto la cifra se refiere al tiempo total del peregrinaje de los hijos de Yisrael, y no solo a su estadía en Mitsrayim.

Luego de su ingreso a Mitsrayim, el pueblo se multiplicó por 4 o 5 generaciones solamente, como lo indican los registros de las familias que salieron de allí. Para verificar esto basta ver el ejemplo de la familia de Aaron hermano de Moshé:

    1. Leví entró en Mitsráyim – Primera generación

    2. Kohat su hijo – Segunda generación

    3. Amram su hijo – Tercera generación

    4. Aaron su hijo – Cuarta generación – Salió de Misráyim cuando tenía cerca de 85 años.

    5. Nadab su hijo – Salió de Mitsráyim siendo joven 

Lo anterior demuestra que la cronología hebrea es correcta cuando declara que la estancia del pueblo en Mitsrayim fue de 210 años, de los cuales menos de 100 fueron esclavos, pues Yosef vivió 110 años durante los cuales su pueblo gozo de reconocimiento y respeto y así debió ser por algunos años más; ¿cuántos? no lo sabemos, hasta que se levantó el nuevo Paroh que no conocía a Yosef y con astucia decidió someter al pueblo.

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