Camino a Mitsrayim

Bereshit 42:18 – 43:23 | Vayómer Yosef

Parashá Trienal – Bereshit (Génesis) 42:18 – 43:23

Nombre de la Parashá: Vayómer Yosef – Y dijo Y dijo José

Lecturas Complementarias: Isaías 50:10 – 52:11 | Revelación 21:9-27

Yosef puso en la cárcel a sus hermanos durante tres días. Es posible que haya tomado ese tiempo para definir qué tratamiento darles; después de todo, no podía actuar como si nada hubiese sucedido, y tampoco podía ensañarse con ellos. Así que transcurrido el tiempo, decidió no revelar aún su identidad y demandó que para verificar la historia contada por ellos, trajeran a su hermano menor:

Pero al tercer día les dijo Yosef: Haced esto y viviréis. Yo temo a Ha-’Elohim. Si sois honestos, uno de vuestros hermanos quedará encarcelado mientras los demás vais y lleváis el grano a vuestras familias hambrientas. Pero me traeréis a vuestro hermano menor, y vuestras palabras serán verificadas, y no moriréis. E hicieron así. Génesis 42.18-20

Por qué Shimón fue el rehén escogido

A pesar del lenguaje usado por Yosef, sus hermanos nunca se percataron de que el gobernador podría ser su hermano; esa posibilidad no existía para ellos; además Yosef se comunicó todo el tiempo por medio de un intérprete, de manera que ellos no sabían que él entendía sus comentarios. Así Yosef pudo escuchar cómo sus hermanos hicieron la conexión entre lo que les estaba sucediendo, con lo que ellos habían hecho a su hermano menor, a él, en el pasado:

Y cada cual decía a su hermano: De cierto somos culpables por nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia. Entonces Reuven les respondió diciendo: ¿Acaso no os hablé diciendo: No pequéis contra el muchacho? Pero no escuchasteis, y ahora, ciertamente, su sangre nos es demandada. Génesis 42.21-22

Tras esta conversación, Yosef se pudo dar cuenta del remordimiento que a través de los años había torturado a sus hermanos; pero también se enteró de la oposición que Reuven había hecho a los planes malvados de ellos. Entonces siendo Reuven inocente, la responsabilidad recayó sobre Shimón, quien era el siguiente en edad. Esa era la forma de organización jerárquica de las familias: Ante un desconocimiento de la autoridad del primogénito, el que seguía tenía el liderazgo. Así que, puesto que Shimón había sido el responsable, era el candidato para quedarse de rehén, entre tanto que el resto de los hermanos regresaría a Kenaán llevando alimentos y trayendo a Binyamín.

Conexiones

Si bien no hay evidencia alguna de que Yehováh hubiera hablado de manera audible a los hijos de Ya`akov, es claro que ellos hicieron las conexiones entre lo que les estaba sucediendo y el mal que años antes habían hecho a su hermano menor. Ahora, camino a casa, se detienen para dar de comer a sus animales y se llevan una sorpresa más: La plata que habían pagado por el grano adquirido, se hallaba en la boca de sus sacos:

Pero en el mesón, al abrir uno su saco para dar forraje a su asno, he aquí vio que su plata estaba en la boca de su costal. Y dijo a sus hermanos: ¡Mi plata ha sido devuelta, y mirad, aún está en mi costal! Entonces se les salió el corazón y temblaron, y cada uno decía a su hermano: ¿Qué está haciendo ’Elohim con nosotros? Génesis 42.27-28

Es probable que ellos hayan interpretado este hecho en conexión con su acción del pasado al haber vendido a Yosef por plata. ¿Sería que ahora el “señor” de Mitsráyim, les estaba pagando por adelantado la esclavitud de Shimón? Como fuera, ellos entendieron que la mano de YHVH estaba en todo esto, pero aún no comprendían de qué se trataba.

Ya`akov es probado de nuevo

Una vez que llegan donde su padre, le tienen una mala noticia: Han perdido a otro hermano: Shimón. Notemos que, de nuevo se narran los diálogos sostenidos en Mitsráyim, y esta es una manera que usa la Toráh para enfatizarnos las acciones de Yehováh; y a pesar de que ellos han hecho la conexión entre sus actos del pasado y los sucesos recientes, no se atreven a revelar tales sospechas a su padre. Sin embargo, Yakaqov comienza a hallar patrones en lo que le viene sucediendo:

Y su padre Ya`akov les dijo: Me habéis privado de hijos: Yosef no existe, Shimón no está, y queréis tomar a Binyamín. ¡Todo está contra mí! Génesis 42.36

Reuven se ofrece como garante de Binyamin, pero olvida que ha perdido su credibilidad frente a su padre; llega incluso a poner la vida sus hijos como garantía, lo cual resulta ridículo, pues ¿cómo habría de sacrificar Ya`akov a sus propios nietos en caso de que Reuven no cumpliera su promesa? Era evidente que estas no eran más que meras palabras de su hijo; así que descarta la opción y decide dejar las cosas quietas por el momento.

La situación hace que Ya`akov ceda

El libro de Yashar 52.7 nos declara que pasaron un año y dos meses, antes de que el grano que habían traído de Mitsráyim se agotara. Así que era necesario regresar por más alimentos, porque la familia ya se hallaba en peligro.

Al retomar el tema de volver a Mitsráyim, sale de nuevo el asunto de Binyamin; pero esta vez es Yahudáh el que se ofrece como protector del muchacho, quien ya cuenta con más de veinte años. Ya`akov acepta esta condición, pues Yahudáh mismo se está haciendo responsable a diferencia de Reuvén, quien en su momento puso a sus hijos en garantía.

Esta acción de Yahudáh fue otro paso hacia la enmienda de lo que había sucedido con Yosef, ya que había sido por sugerencia suya que aquél había sido vendido como esclavo; así es que luego de advertencias y promesas Ya`akov se ve forzado a aceptar su partida, no sin antes ordenarles llevar el doble de plata para pagar de nuevo. ¿Estaría recordando que su generosidad con Esav, lo había librado a su regreso a Kenaán y ahora la conveniencia de su generosidad podría dar resultado de nuevo?

Por fin Ya`akov se rinde

Y que ’El-Shadday os conceda gran misericordia ante aquel hombre, y os suelte a vuestro otro hermano, y a Binyamín. Y si he de quedar privado de hijos, ¡privado de hijos quede!
Génesis 43.14

Este verso describe el clímax de la relación entre Yaa`kov y Yehováh. Es el momento en el cual, por fin se abandona totalmente en manos de su ‘Elohim; ya los trucos humanos, los negocios, la astucia y demás, que habían caracterizado su vida quedan atrás para dar paso a la soberanía absoluta de Yehováh.

Fue necesario llevar a Ya`akov a este punto en el que la integridad de toda su familia estaba en riesgo. Ahora el asunto era: proteger a Binyamin y exponerlos a todos a morir de hambre, o renunciar a su hijo menor arriesgándolo, y salvar a toda su familia. Es penoso que nuestro Padre nos tenga que llevar a situaciones similares para que aprendamos a depender exclusivamente de Él, pero suele suceder de esa manera.

Nuestros corazones son duros y la autosuficiencia pareciera ser el alimento diario de nuestra alma; y entre tanto comprendemos que la vida se trata de una sociedad con nuestro Creador y Padre, para llevar adelante Sus planes, no los nuestros, pasaremos por las más variadas situaciones cuyo propósito es que entendamos tal verdad.

Ausencia de la revelación de Yehováh

No deja de ser inquietante, que durante la ausencia de Yosef, Ya`akov no haya tenido revelación de Yehováh. Uno se pregunta si acaso no hubiera sido todo más sencillo, si Ya`akov hubiera consultado a Yehováh por lo que había ocurrido realmente a su hijo; pero aunque sí lo hubiera hecho, no hubo respuesta alguna. De manera que el hambre para la familia de Ya`akov no fue solo física sino también espiritual, durante todos esos años que Yehováh permaneció en silencio.

Actualmente, nos hallamos en una situación similar. El profeta Amós nos advierte:

He aquí vienen días, dice Adonay Yehováh, en los cuales enviaré hambre sobre la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír las palabras de Yehováh.
Amós 8.11

Esa fue la situación de Ya`akov, que presagiaba lo que sucede en la actualidad: La profecía cesó después de Yeshúa y sus apóstoles; El Templo fue destruido y no ha habido más voces de profetas. En otras palabras, mientras que Yosef o mejor Efráyim (la Casa de Yisrael, las Diez Tribus, el Reino del Norte) ha estado ausente de la familia, y de la tierra de Yisrael, al igual que le sucedió a Ya`akov, los cielos han permanecido en silencio. Así es que durante el largo exilio de todo Yisrael, a pesar de que el Ruaj Kodesh ha estado supliendo lo necesario al pueblo de Yehováh para sobrevivir, no ha surgido un profeta; y probablemente esto no ocurra hasta el regreso del Mesías. En la actualidad lo que percibimos es un velo de oscuridad que ha descendido sobre Yahudáh respecto de su capacidad para reconocer al Mesías, e igualmente un velo sobre Efráyim, que le impide reconocer su identidad y aceptar su responsabilidad de vivir conforme a la Toráh.

Pero ya se ha iniciado el tiempo de remover tales velos y Yehováh está despertando individuos tanto de Yahudáh como de Efráyim; los unos comprendiendo que Yeshúa es el Mesías; y los otros comprendiendo nuestra identidad y regresando a la obediencia a la Toráh que abandonaron nuestros padres.

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