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¡No te olvides!

En la parashá de esta semana, Moshé le dice al pueblo hebreo que después de entrar a la Tierra de Yisrael: 

“Cuídate, no sea que te olvides de YHVH tu Elohim, y dejes de observar sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy. No sea que cuando hayas comido y estés ya harto, y hayas edificado hermosas casas y las habites, y tus vacadas y tus rebaños incrementen, y la plata y el oro se te multiplique, y todo lo que tengas aumente, tu corazón se enaltezca y te olvides de YHVH tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud…”
Deuteronomio 8:11-14

UNA LECCION DE VIDA 

Moshé hizo una enfática petición a todos los integrantes del pueblo hebreo para que no olvidaran nunca que YHVH es la única y verdadera fuente de todo – incluyendo todo el éxito monetario. ¿Por qué fue necesario que Moshé remarcara este punto con tanta intensidad? 

La razón es que los seres humanos tendemos a sentir, cuando las cosas van bien en términos económicos, que es mérito nuestro y no de YHVH. Pero si las cosas salen mal, entonces es culpa de YHVH y no nuestra. Tendemos a tomar crédito personal por las cosas que salen bien en nuestras vidas y culpar a otros si es que salen mal. Piénsalo. 

Cuando algo no va bien en nuestras vidas, acostumbramos pedirle a YHVH (si es que creemos en su existencia y que tiene el poder de darnos todo) para que las cosas mejoren.

Ya sea mediante rezos formales o a través de un pedido de todo corazón, la verdad es que instintivamente reconocemos que YHVH es la única y verdadera fuente de todo, y por eso le pedimos a Él. Y aunque tal vez no recibamos exactamente lo que solicitamos, o quizás no lo recibamos en el momento que deseábamos, (sólo YHVH sabe lo que es realmente bueno para nosotros), YHVH generalmente responde a nuestros pedidos. De hecho, nos responde una y otra vez. 

Moshé sabía esto muy bien. Pero también conocía la naturaleza humana. Por lo tanto, le pidió a cada hebreo que, cuando “todo lo que poseas se incremente, no te olvides ni por un segundo de Quien te lo dio”. 

Lamentablemente, nos olvidamos de esto una y otra vez. Observamos mejorías y de alguna manera tomamos crédito personal por lo que tenemos ahora.

Pero piénsalo bien. Si vas a “culpar” a YHVH cuando las cosas no salen bien y luego le vas a pedir que mejore tu situación, decir simplemente “Gracias a Dios” cuando las cosas mejoren no es suficiente. Porque a menos que vivas con la realidad de que YHVH fue quien hizo que las cosas estén mejor, entonces, habrás perdido una gran oportunidad para acercarte a Aquel que todo lo controla. 

Es sorprendente cuán a menudo nos olvidamos de que es a YHVH a quién acabamos de pedirle. Sí, Él quiere que nos esforcemos para demostrarle a Él, a nosotros mismos y a los que nos rodean que realmente queremos algo. Y tenemos una obligación de la Toráh de realizar este esfuerzo. Pero al final, es YHVH quien hace las cosas y no nosotros. Él quiere que luchemos contra nuestro deseo innato de tomar crédito personal por las cosas que en realidad recibimos de Él. 

No te olvides de Quien es la única fuente de tus bendiciones. De la misma manera que no tomas crédito por tus ojos azules, por una puesta de sol pintoresca, o por las hermosas rosas, así también, no tomes crédito por tu éxito económico. Debes saber que la misma fuente de la “naturaleza” que te rodea, es la misma fuente de todo lo demás que posees. Si puedes vivir con esta realidad, literalmente, vas a caminar con YHVH.

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