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Nosotros, estuvimos en ese: “Hoy”

Tú y yo, estamos incluidos en esa multitud que estuvo presente aquél día en el Sinaí.

Una forma elegante de decir: NO

Antes de existir los supermercados, en las tiendas de barrio era usual que las familias vecinas abrieran cuentas que usualmente cancelaban al fin de la semana sin pagar intereses por la demora. Sin embargo cuando uno de los clientes era ‘mala paga’ su cuenta se cerraba; con el tiempo más gente incumplió su palabra, lo cual llevó a los tenderos a cerrar los créditos. Entonces de manera coloquial y humorística, colocaron letreros que decían: “hoy no fío; mañana, sí” con lo cual mostraban su buena voluntad para reactivar el servicio al día siguiente.

Pero este letrero permanecía día tras día a la vista del público, de manera que si alguien pensaba realmente que “mañana” el tendero le haría el favor de fiarle la comida, cuando regresaba al siguiente día se hallaba con la sorpresa de que el letrero de nuevo posponía el servicio un día más y era entonces que se daba cuenta que tal día nunca llegaría. Fue una manera elegante de decir: NO MAS CREDITO.

Una forma elegante de decir: SI

En la Parashá de esta semana, nos hallamos con el caso contrario cuando Yehováh usa la palabra hoy, con el propósito de enfatizar la vigencia permanente del Pacto que había realizado con su pueblo Yisrael. Cinco de las ocho veces que aparece la palabra en este capítulo, están relacionadas directamente con dicho Pacto. Tales declaraciones fueron pronunciadas hace miles de años y escritas cientos de años después, pero cuando las leemos hoy, nos encontramos que todo su contenido sí es aplicable a nosotros HOY y nos afecta profundamente. Veamos esos versos:

vs 10-11: Hoy todos vosotros estáis ante la presencia de Yehováh vuestro Dios: vuestros jefes, vuestras tribus, vuestros ancianos, vuestros oficiales, todos los hombres de Yisrael,

vuestros pequeños, vuestras mujeres, y el extranjero que está dentro de tus campamentos, desde el leñador hasta el que saca tu agua,

vs 12: para que entres en el Pacto con  tu Dios, y en su juramento que Yehováh  tu Dios hace hoy contigo,

vs 13-15: para confirmarte hoy como pueblo suyo, y que Él sea tu Dios, tal como te ha hablado y como juró a tus padres Avraham, Yitsjak y Ya’akov. No con vosotros solos hago este Pacto y este juramento; ciertamente es con los que están hoy aquí con nosotros en presencia de Yehováh nuestro Dios y también con los que no están hoy aquí con nosotros.

Quizás algunos “teólogos’ querrán aplicar las ‘leyes de la hermenéutica (interpretación) bíblica’ y afirmar que eso no es lo que quiere decir el pasaje. Pero por favor, nuestro Padre es atemporal y vive en un eterno presente. De manera que para Él, ese día que habló fue su “hoy” tanto como lo es éste en el que nosotros estamos leyendo estos pasajes.

Cuando lo entendemos de esta manera, entonces nos damos cuenta que estamos incluidos en esa multitud que estuvo presente aquél día. Por si quedaran dudas, mira de nuevo con atención el verso 15:

ciertamente es con los que están hoy aquí con nosotros en presencia de Yehováh nuestro Dios y también con los que no están hoy aquí con nosotros.

Esto te incluye a ti y a mí! No estábamos físicamente presentes en aquél “hoy”, pero lo estamos en el de este día: hoy. Y siendo que Yehováh no cambia, podemos estar seguros que somos parte de ese pacto si realmente entendemos y aceptamos que hemos sido injertados en Yisrael mediante la obra de nuestro Mesías Yeshúa.

Como podemos concluir, Yehováh está expectante de que nosotros en nuestro presente entremos en el Pacto que hizo con nuestros padres en el pasado. Desea que seamos Su pueblo y que le reconozcamos a Él como nuestro Dios. El asunto es que esto no es algo que se hace solo con una oración de fe; requiere de una forma de vida alineada con la Toráh porque de eso trata el Pacto en el que hemos entrado.

Por ejemplo, cada semana, tenemos oportunidad de confirmar que estamos en el Pacto cuando guardamos celosamente el Shabbat, como lo expresa Éxodo 31:13,16,17:

Y tú, habla a los hijos de Yisrael, diciendo: De cierto guardaréis mis Shabbatot, porque es señal entre Yo y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que Yo soy Yehováh, quien os aparta….   Los hijos de Yisrael guardarán pues el Shabbat, celebrando el Shabbat en sus generaciones por pacto perpetuo. Es una señal entre Yo y los hijos de Yisrael para siempre, porque en seis días hizo Yehováh los cielos y la tierra, mas en el séptimo día cesó y reposó.

De igual manera hallamos que el resto de la Toráh no solo mantiene su vigencia por generaciones, sino que su obediencia es también la señal que marca al pueblo de Yehováh hoy y siempre.

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