Devarim (Deuteronomio) 17:1-20
Nombre de la Parashá: Tasim Mélek | Poner un Rey
Lecturas Complementarias: 1Samuel 10:17-27 | Lucas 12:13-34
Sacrifica solo lo mejor
No sacrificarás a Yehováh tu Dios buey o cordero que tenga defecto o alguna imperfección, porque es cosa abominable para Yehováh tu Dios. Devarim 17:1
Aquí se discute si aun un enfermedad temporal descalificaba al animal. Algunos piensan que sí. Pero lo importante es descubrir que el espíritu de este mandamiento, que consiste en presentar a Yehováh solo lo mejor, lo perfecto. Igual que cuando queremos halagar a la persona que amamos, buscamos lo mejor dentro de nuestras posibilidades, respecto a Yehováh debiéramos hacer lo mismo, porque eso es una muestra de amor y respeto.
Si te resulta demasiado difícil juzgar algún asunto en tus ciudades, entre sangre y sangre, entre causa y causa, entre lesión y lesión, o en asuntos de pleitos, entonces te dispondrás y subirás al lugar que Yehováh tu Dios haya escogido. E irás a los sacerdotes levitas y al juez que haya en aquellos días, y consultarás, y te indicarán la sentencia del juicio. Entonces actuarás según la sentencia que te hayan declarado desde aquel lugar que Yehováh haya escogido, y cuidarás de hacer conforme a cuanto te hayan indicado. Actuarás según la ley que ellos te instruyan, y según el juicio que te digan. No te apartarás ni a derecha ni a izquierda de la sentencia que te declaren. Deuteronomy 17:8–11
Es imposible hacer estatutos y reglamentos que abarquen todas las posibilidades existentes. Tanto es así que en los Estados Unidos existen en la actualidad más de 25.000 leyes, y cada día se establecen más; porque todos los días aparecen casos con variante que nunca se habían considerado.
Esto nos ayudará a entender por qué surgió El Talmud con sus miles de mandamientos. Los “sabios” o maestros o jueces encargados de administrar la justicia, iban generando reglas para tratar de cubrir todas las opciones.
El punto de este porción, es que una vez se escalara un caso debido a su dificultad, hasta la Gran Sanhedrín, los implicados deberían obedecer lo que la Corte hubiese decidido, sin apartarse a derecha ni a izquierda. Pero de allí surgió entonces el pensamiento que todo lo que reglamentara el Sanhedrín, aunque fuera en contra de la Toráh debería ser acatado, lo cual es un grave error. Los sabios llegaron a afirmar que ¡aun Yehováh se sometía a las normas que ellos establecieran!
Ahora, en la práctica ¿qué deberíamos hacer quienes estamos llegando a Yisrael? ¿Es nuestra obligación guardar la Toráh oral, El Talmud y demás? Hay muchos que piensan que así debería ser, llegando al extremo de renunciar a Yeshúa porque eso lo determina El Talmud. Pero en este asunto tenemos la responsabilidad de actuar ejerciendo nuestro libre albedrío poniendo enfrente de nuestro ojos la Toráh y evaluando con la mente renovada que tenemos, si es justo obedecer a los hombres antes que a Yehováh.
¿Qué de la autoridad en el NT?
Sabemos que Yeshúa nunca desestimó la Toráh. Él se opuso a los líderes corruptos y eso le generó la enemistad de todo ellos. Pasajes como Mateo 16:19 donde se dice que Yeshúa le entregó las llaves del Reino a Pedro, son altamente dudosos, por cuanto Yeshúa no desconocería las autoridades de su tiempo y mucho menos nombraría autoridades alternas; sabemos muy bien por la historia, que precisamente en ese verso se apoyó la iglesia católica para edificar su poderoso reinado que ha perdurado hasta el presente.
Ahora bien, Shaúl, como ya lo mencionamos antes, dio instrucciones para que las asambleas de seguidores del Mesías pudieran resolver sus asunto internos; pero respecto a las autoridades externas, instó a la gente a respetar tales personas.
En el sentido profético surgen inquietudes igualmente, por cuanto Mateo19:28 hace mención de 12 tronos para los doce apóstoles con el propósito de que juzguen las doce tribus de Yisrael. Pero de nuevo surge la pregunta: ¿Está Yeshúa invalidando la Toráh reemplazando el Sanhedrín? ¿o puede tratarse este verso de una interpolación tardía antisemita? Son preguntas para reflexionar.
Hazte una copia de la Toráh
Yehováh sabía que el pueblo algún día iba a pedir tener un rey como las demás naciones. Este debería ser de su propio pueblo y no debería tener muchos caballos, ni regresar a Mitsráyim (Egipto), ni tener muchas mujeres y tampoco exceso de oro y plata. Además debería, bajo la tutela de los Cohanim Levitas, escribir un rollo de la Toráh de su puño y letra y leerlo todo los días de su vida, para mantenerse en el Camino correcto:
Y sucederá que, cuando se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta Ley en un rollo, en presencia de los sacerdotes levitas. Y lo tendrá consigo y leerá en él todos los días de su vida, a fin de que aprenda a temer a Yehováh su Dios, guardando todas las palabras de esta Ley y de estos estatutos para cumplirlos. A fin de que su corazón no se eleve sobre sus hermanos, y no se aparte del mandamiento ni a derecha ni a izquierda, para que él y sus hijos prolonguen sus días en su reino en medio de Israel. Deuteronomy 17:18–20
No hay registros de que rey alguno hubiera cumplido este mandamiento; y por eso cuando leemos las historias de los reyes, no debe extrañarnos su comportamiento pagano que finalmente trajo la expulsión de todo el pueblo fuera de la tierra, hasta nuestros días.
Mas nosotros podemos hacer de esto una práctica: Comencemos a escribir la Toráh poco a poco, hasta que cada uno tengamos una copia de la Toráh escrita con nuestra propia mano.