Dina en tierra de canaan

Bereshit 33:18 – 35:8 | Vayavó Ya`akov

Parashá Trienal – Bereshit (Génesis 33:18 – 35:8

Nombre de la Parashá: Vayavó Ya`akov – Llegó Ya`akov

Lecturas Complementarias: Nahum 1:12 – 2:5 | Mateo 5:38-48

Shejem (Siquem) una posesión legal

Cuando volvió de Padan-aram, Ya’akov llegó en paz a la ciudad de Shehem, que está en la tierra de Kenaán, y acampó enfrente a la ciudad. Y allí donde había plantado su tienda, compró la parcela del campo de mano de los hijos de Hamor, padre de Shejem, por cien monedas.
Génesis 33.18-19

Después de una llegada tan turbulenta a la Tierra Prometida, debido a lo cual, como vimos, hubo gran actividad no solo en el campo físico, sino también en el espiritual, Ya`akov y su familia arriban en paz  a Shejem; o al menos esa era su intención. Compró legalmente una porción de tierra, siendo esta la segunda posesión adquirida por precio por parte de la familia de Abraham, y se estableció allí. La primera había sido el lugar para sepultura comprado por su abuelo Abraham y era el mismo lugar donde este había construido el primer altar a Yehováh en la tierra de Kenaán. Shejem se halla en medio de las colinas  de la parte central de Samaria. La ciudad está asentada a la cabeza del valle que corre entre los montes Ebal y Gerizim; y su nombre: Shejem, en hebreo significa hombro, lo cual puede ser una referencia a “los hombros” del Ebal y Gerizim que se levantan cerca a la ciudad.

Ya’akov construye un altar allí también, y lo nombra: ‘El-Elohei-Yisrael, que significa: Dios, el Dios de Yisrael. Ahora cabe preguntarnos: ¿Por qué Ya’akov compró esa porción de tierra? Yehováh había prometido la tierra en posesión a la descendencia de Avraham (Génesis 12.7) y quizás Ya’akov pensó que sería un buen inicio establecerse allí para que sus hijos poco a poco se fueran haciendo dueños de la tierra. Sin embargo habría muchos eventos por delante, antes de que pudieran tomar posesión de ella.

Años después, Ya’akov heredó a Yosef esta tierra, mediante una expresión que tiene un juego de palabras en Hebreo:

Y yo te entrego una porción mejor que a tus hermanos, la cual tomé de mano del amorreo con mi puñal y mi arco. Génesis 48.22

La porción literalmente dice: “… yo te entrego un shejem (hombro) más que a tus hermanos…”; y fue precisamente allí que Yahoshúa (Josué) enterró los huesos de Yosef cuando tomaron posesión de la tierra años más tarde, conforme lo relata Josue 24:32. Recordemos que las Escrituras registran la compra de tres porciones de tierra por parte de los Hebreos: Avraham, compra la tumba de la Macpela, Ya’akov, compra Shejem y David compra la era de Ornán, para la construcción del Templo – 1Crónicas 21.20-25. Irónicamente ninguno de estos sitios permanece bajo la soberanía de Israel en el presente, pero son un testimonio del derecho legal que Israel tiene a esa tierra.

El Drama de Dinah

El adversario de Yehováh siempre tratará de torcer el camino del pueblo escogido, para impedir que los planes eternos se lleven a cabo. Así Shejem, el hijo de Hamor, patriarca de la tierra, rapta a Dinah, la viola y luego de quedar prendado de ella, pide que se la den en matrimonio. La propuesta para Yisrael es un atajo para llegar a poseer la tierra que Yehováh prometió a su abuelo Avraham; pues si emparentaban con esta gente de Kenaán, sus hijos podrían multiplicarse y heredar la tierra. Pero Ya`akov debió intuir que esto no era conveniente, pues Yehováh habría de expulsar a los kenaanitas y si ellos se mezclaban, la pureza del linaje del Mesías estaría en riesgo.

El silencio de Ya`akov es notable; son sus hijos quienes toman la iniciativa de proponer una condición poco común para realizar la unión; de hecho ellos sabían que tal unión no era posible y actuaron con doblez de corazón. La historia completa narra cómo todos los varones de la ciudad aceptaron circuncidarse animados por la posibilidad de poseer los ganados y los bienes de Ya`akov y su pueblo.

Posteriormente, el tercer día después de haberse circuncidado, Simeón y Levi habrían de llegar a la ciudad y pasar a todos los varones a filo de espada, después de lo cual, el resto de los hermanos llegaron para tomar los despojos de la ciudad: rebaños, bienes, mujeres y niños.

Los temores de Ya`akov

Ya`akov se enojó por la acción de sus hijos; evidentemente ellos habían actuado a espaldas suyas y ahora se enfrentaba al temor de lo que pudieran hacer los pueblos vecinos a él y a su familia en venganza por todo lo ocurrido. Pero cabe reflexionar un poco al respecto.

¿Qué llevó a Simeón y a Levi a actuar de tal manera? Claramente fue el celo por lo que había sucedido a su hermana menor. Con tal acción ellos vindican a su hermana, y establecen un precedente: Las vírgenes de Israel no pueden ser tratadas como rameras. Por otro lado no podemos ignorar la soberanía de Yehováh, quien está en el control de todo, al permitir que el juicio sobre Hamor y su familia viniera por mano de los hijos de Ya’akov. Esto fue solo un presagio de lo que habría de suceder cuando la tierra fuera entregada a Yisrael: por su mano vendría el juicio sobre los pueblos habitantes de esa tierra. Curiosamente, el libro de Jubileos dice al respecto:

17 Por esta razón te he ordenado diciendo, “Declara este testimonio a Israel: Mira cómo le fue a Shejem y sus hijos: Cómo fueron entregados en manos de dos hijos de Ya`akov, y los mataron bajo angustia, y les fue contado por justicia, y es escrito por justicia. 18 Y la descendencia de Levi fue escogida para el sacerdocio y para ser Levitas, para ministrar delante de Yehováh, como nosotros continuamente y que Levi y sus hijos sean benditos para siempre; porque él fue celoso para ejecutar justicia y juicio y venganza sobre todos los que se levantaron contra Yisrael. 19 Y así se escribe como testimonio a su favor sobre las tablas celestiales, bendición y justicia delante del Elohim de todos.  Jubileos 30.17-19

Rumbo a Bet’El

Yehováh instruye a Ya’akov para partir hacia Bet-‘El. No hay ningún reproche por lo que acaba de suceder, y tampoco esta acción constituye una huída de Ya’akov por temor a que Yehováh no fuera capaz de protegerlo de la venganza que pudieran llevar a cabo las gentes de la tierra. Sencillamente era tiempo de ir a ese lugar.

Salir hacia Bet-‘El implicaba una preparación: dejar atrás todo ídolo o cualquier elemento que pudiera tener vinculación con falsos dioses. Por eso Ya`akov recoge de entre su gente: pendientes, narigueras, brazaletes, amuletos, terafines y demás y los entierra bajo un árbol. Además instruye a su gente para que se purifiquen y cambien sus ropas, porque van a adorar a Yehováh.

A su paso, el terror de Yehováh cayó sobre todos los pueblos, y  nadie osó hacer algo en contra de ellos. Una vez en Bet-‘El, Ya’akov construyó un altar para cumplir el voto que había hecho a Yehováh a su salida de la tierra de Kenaán. Algunos sugieren que allí presentó los “diezmos de todo” lo que había obtenido durante su estadía en casa de Labán.

Débora la nodriza de Rivka

Génesis 35.8 nos narra la muerte de Débora, quien era la nodriza de la madre de Ya’akov. La preguntas obvias son: ¿Qué hacía Débora viajando con Ya’akov? ¿Cuándo llegó al campamento? La Biblia no da respuesta a tales interrogantes, y todo queda abierto al campo de la especulación; es probable que ella hubiera ido a casa de Labán y ahora viniera de regreso con Ya`akov; o como sugiere el libro de Yashar que ella hubiese sido enviada por Rivka a avisarle de la intenciones de Esav ante su regreso. Lo cierto es que murió allí y la Biblia menciona que fue sepultada bajo un árbol, lugar que recibió el nombre de Allon-Bacuth – Roble del llanto.

Enseñanza Prácticas

  • Dinah se expuso innecesariamente queriendo visitar las “hijas del país”. Esta era gente con parámetros de vida diferentes. Y fue allí, que Shejem la encontró.
  • Shejem por su parte fue llevado de una pasión carnal, que le costó la vida. Los deseos de la carne son fuertes y difíciles de controlar, y seguirlos siempre trae funestas consecuencias.
  • Los hijos de Ya`akov actuaron con engaño, aunque tenían razón de hacer respetar a su hermana; pero aún así, el celo por los valores de nuestra identidad no puede llevarnos a transgredir las Escrituras.
  • En preparación para la adoración a Yehováh, debemos despojarnos de todo aquello que pueda tener indicios de idolatría. La purificación incluye el aseo personal (tevilá – inmersión) y el deshacernos de todo aquello que tenga cualquier vinculación con dioses falsos, los cuales son más difíciles de identificar en el presente, pero que pueden estar representados en cantantes, deportistas, juegos, posesiones, deseos de fama, etc.

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