Basado en el libro Escape Root, del Dr. Scott Laird –
Al igual que la definición oficial de una vitamina, la definición de un mineral es sorprendentemente simple. Un mineral es “una sustancia orgánica que el cuerpo humano necesita para la buena salud”. Ahora detengámonos por un minuto y examinemos una palabra importante en esa definición: Orgánico. Normalmente, cuando vemos esta palabra, estamos condicionados a pensar en productos orgánicos frente a productos convencionales; en otras palabras, cultivados sin sustancias químicas o semillas modificadas genéticamente. De hecho, esa es una definición de orgánico, pero no es de eso de lo que estamos hablando aquí.
Orgánico en el sentido de “minerales orgánicos” significa que el mineral se deriva de algo vivo. Los minerales orgánicos provienen de las plantas; son bio-disponibles. Lo que eso significa es que son altamente absorbibles en las células del cuerpo humano. Los minerales orgánicos se descomponen lentamente, aumentando su estabilidad. Esta estabilidad permite que los minerales orgánicos completen su viaje sin modificarse, a las partes del cuerpo donde se necesitan; de no ser así, se unirían a otros compuestos en el cuerpo, lo que los haría menos absorbibles o incluso completamente no absorbibles. Los minerales inorgánicos, por otro lado, son sales minerales derivadas de cosas no vivas (es decir, rocas y suelo). Los minerales inorgánicos son menos bio-disponibles porque son menos estables. Tienen una tendencia a “modificarse” demasiado rápido. Obviamente, los minerales orgánicos son los mejores para recuperar tus células, las cuales están muriendo y siendo reemplazadas a una velocidad de 300 millones por minuto (como se comentó anteriormente).
Entonces, ¿cómo sabes qué tipo de mineral se utiliza en ese suplemento que está en tu alacena? El Dr. Robert J. Thiel, autor de “Naturopatía para el siglo XXI” tiene una buena regla general:
“La mayoría de las sales minerales se enumeran en la etiqueta con una descripción de dos palabras, mientras que la mayoría de los minerales complejos de los alimentos enumeran el mineral y la fuente. Por ejemplo, si junto a la palabra “calcio” la etiqueta dice “carbonato”, está claro que se trata de una sal mineral. Si, por otro lado, junto a la palabra ‘calcio’, dice que está en un complejo alimenticio (o de otra manera declara la fuente de alimento), entonces generalmente proviene de una planta.
Por ejemplo, es interesante notar que el “citrato de calcio” es en realidad la roca conocida como piedra caliza procesada con ácidos láctico y cítrico, no es un producto de frutas cítricas.
Por cierto, tu cuerpo no puede convertir minerales inorgánicos en minerales orgánicos, solo las plantas pueden hacerlo. Las raíces de las plantas entran en el suelo, absorben la sal mineral y la convierten en algo que es mejor para el cuerpo humano. Por eso las plantas son tan importantes para la salud humana.
Clasificación de los Minerales
Por el uso que nuestro cuerpo hace de cada mineral, también se clasifican en dos grupos: macro mineral y mineral traza. Un macro mineral es un mineral del cual tu cuerpo necesita una cantidad relativamente grande. Los minerales macro incluyen: calcio, magnesio, fósforo, potasio, azufre, cloro y sodio.
Un oligo-elemento o mineral traza, es un mineral del cual tu cuerpo necesita solo una pequeña cantidad. Los minerales traza incluyen: hierro, zinc, manganeso, cobre, molibdeno, yodo, cromo y selenio.
Además, no hay que olvidar que existen otros minerales que son altamente tóxicos como el plomo, cadmio, mercurio, arsénico, boro, aluminio, litio, bario y algunos más. De estos hemos escuchado porque llegan a nuestros cuerpos por causa de su uso inescrupuloso, tomando como excusa que las cantidades utilizadas son mínimas e inocuas.