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Shemot 7:8 – 8:19 | Faroh

 Parashá Trienal – Shemot (Éxodo) 7:8 – 8:19

Nombre de la Parashá: Paroh – Faraón

Lecturas Complementarias: Joel 3:9-21 | Romanos 9:17-18

Señales para Faraón

Inicialmente, Moshé había realizado una señal ante el pueblo para acreditar su encuentro con Yehováh transformando su vara en serpiente – najash, lo cual resultó en la aceptación de sus credenciales.

Ahora, Yehováh instruye a Moshé para que use la misma vara ante el faraón, pero esta vez el texto hebreo no usa la misma palabra najash, usada anteriormente para describir la transformación de la vara; ahora usa la expresión tannin, que ha sido traducida algunas veces como cocodrilo! Esto ha de ser el preludio del enfrentamiento entre Moshé y Aharón con los magos del faraón. La narración nos declara que el tannin de Moshé, se trago las de los magos.

Ahora bien, no es claro si lo que hicieron los magos fue meramente una ilusión, o si realmente lo ejecutaron mediante el uso de artes ocultas. Esto último es lo más probable, en vista del panteón de falsos dioses – demonios que los mitsritas adoraban.

Lo que resulta curioso en este evento, es que Yehováh, a sabiendas de lo que iba a hacer faraón por medio de sus magos, hubiera permitido que Moshé se presentara para hacer tal señal o “milagro”. No en vano, el faraón se burla de él, y aumenta el trabajo de los israelitas, comenzando así a revelarse la dureza de su corazón.

Si bien los nombres de los magos no aparecen en la Toráh, el apóstol Shaúl hace mención de ellos en su segunda carta a Timoteo cuando hablando del carácter de los hombres en el tiempo del fin, dice:

Y de la manera que Janés y Jambrés resistieron a Moshé, así también éstos resisten a la verdad; hombres de mente corrompida y réprobos en cuanto a la fe. 2Timoteo 3.8

Los nombres que aparecen aquí, provienen del libro de Yashar (79:27), lo que pone de manifiesto que tal libro era acreditado por Shaúl y sus contemporáneos.

El Panteón Mitsrita (Egipcio)

A continuación haremos una descripción de los dioses que habrían de ser desafiados y puestos en evidencia a través de cada una de las plagas enviadas por Yehováh a través de Aharón y de Moshé a la tierra de Mitsrayim.

Los mitsritas creían que sus dioses estaban en el control de las fuerzas de la naturaleza; por tanto tenían una deidad para cada una de ellas.

    • Khnum – era el creador del agua y de la vida. Ha’pi – el dios Nilo. Y Osiris – el dios cuya sangre fluye por el Nilo. Todos ellos fueron desacreditados cuando las aguas se transformaron en sangre.
    • Hekit – Diosa de la fertilidad y del nacimiento, representada por un totem en forma de rana, fue ridiculizada con la plaga de ranas.
    • Hator y Apis – Dos deidades con forma de vaca, fueron incapaces de proteger al ganado de las úlceras.
    • Nut – reinaba en los cielos; mas el granizo proveniente de allí, destruyó -no protegió- sus cosechas y sus casas.
    • Seth – dios de los vientos y de las tormentas fue avergonzado igualmente con la plaga del granizo con fuego.
    • Min – protegía la vegetación y las cosechas, que fueron destruidas por la plaga del granizo y posteriormente por las langostas.
    • Isis – también demostró su impotencia para proteger la molienda de cereales y el hilado del lino.
    • Amón-Ra, Aten, Atum, y Horus – correspondientes al sol y la luna, fueron borrados con la plaga de tinieblas.
    • Anubis – temible diosa de la muerte, perdió igualmente su poder ante la muerte de los primogénitos, la cual también golpeó de manera directa a Osiris, jefe supremo de las deidades mitsritas y juez de la muerte.

El verso 7.15, nos relata que faraón acostumbraba salir al río en la mañana. Tal parece que en vista de que alegaba ser un dios, hacía sus necesidades fisiológicas temprano, en lo oculto y a la orilla del río. Así sus siervos, que no sabían cuándo hacía tales cosas, creían que efectivamente era un ser divino que no requería de asuntos propios de los mortales solamente. Así en varias ocasiones, Yehováh instruye a Moshé para que “se haga el encontradizo” y confronte al faraón respecto de sus acciones.

Justificaciones modernas

Probablemente hayamos escuchado o visto algunos documentales que pretenden dar explicaciones razonables a las plagas que afligieron a Mitsrayim en aquella época. Tales versiones, afirman que el río se volvió rojo por un deslave de barro rojo, en la parte central del Africa, lo que contaminó las aguas, obligando a las ranas a salir para sobrevivir; entonces una vez afuera, estas murieron por alguna causa y su acumulación trajo entonces la “lógica” nube de moscas fastidiosas, que a su vez infectaron a hombres y bestias al estar contaminadas y facilitaron la multiplicación de los piojos. De alguna suerte hubo tormentas con granizo, “propias de la estación”(?) ¡Y seguramente hubo un gran eclipse que oscureció toda la tierra de Mitsrayim!

Finalmente la muerte de los primogénitos es atribuida a unas emanaciones subterráneas venenosas que por ser más densas que el aire, se mantuvieron a nivel de la tierra donde dormían los primogénitos, pues estos se habían acostado precisamente esa noche en el suelo al lado de las camas de sus padres ante el temor de que hubiese algún atentado contra ellos.

¿Qué tal la imaginación de los incrédulos para borrar toda evidencia de la sobrenaturalidad de los hechos? Realmente todo esto es más difícil de creer, que la realidad: ¡Yehováh, estaba liberando su pueblo de la esclavitud y trayéndolo a la libertad!

Como un pasaje paralelo que vale la pena leer, sugerimos el Salmo 78, que nos permite verificar cómo, generaciones después, este hecho se mantenía como algo muy relevante en la memoria colectiva del pueblo de Yisrael.

El Dedo de Dios

La porción de esta semana, concluye con el reconocimiento que los magos mitsritas, hacen del poder de Yehováh, cuando exclaman: “dedo de Dios es este”; ellos habían podido reproducir, o falsificar burdamente las dos plagas anteriores. Pero cuando se trató de generar vida a partir del polvo, transformando este en seres vivos, es decir en piojos, ellos no pudieron hacer nada. Y la razón es que el enemigo puede imitar, pero no puede crear. Esta es una atribución que pertenece solo a nuestro Creador Supremo: Yehováh.

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