5645ba_9c0839ebe603478d827ed7e34063ff11~mv2

Bereshit 22:1-24 | Nisá

Parashá Trienal – Bereshit (Génesis) 22:1-24

Nombre de la Parashá – Nisá – Probó

Lecturas Complementarias: Isaías 33:7-22 | Mateo 27:27-66

¡La prueba reina!

Esta porción es conocida en la literatura judía como Akedah Yitsjak, que significa “la atada deYitsjak”, y narra la décima prueba a la que Avraham fue sometido, según la tradición judía.

La Toráh no desperdicia palabras, por tanto la mayoría de los relatos que nos presenta se hallan resumidos; por eso al observar el verso 2, no deja de llamar la atención que la forma como Yehováh le da la orden a Avraham, sugiere que bien pudo haber sucedido un diálogo entre Él y su siervo, que aunque no se revela en el pasaje, pudo haber sido algo así:

Yehováh: Toma a tu hijo
Avraham: Tengo dos hijos
Yehováh: Tu único hijo
Avraham: Los dos son únicos de sus respectivas madres
Yehováh: Al que amas
Avraham: Amo a los dos
Yehováh: Yitsjak

Observemos el énfasis en la relación padre-hijo que aparece en la narración. Tal parece que Yehováh deseaba anticipar lo que sería el sacrificio de Yeshúa, para quien no hubo carnero substituto como en el caso de Yitsjak. Nuestro Abba, entonces le permite a Avraham, vivir lo que Él tendría que enfrentar cuando llegara el momento de permitir el sacrificio de su Hijo amado.

La historia tradicional dentro del cristianismo, presenta a Yitsjak como un niño o muchacho muy joven que es conducido por su padre, dando a entender que todo el mérito fue solo de Avraham. Sin embargo siendo que esto es una sombra de algo que habría de suceder, debemos entender que Yitsjak era ya un hombre maduro; de hecho, la tradición judía afirma que tenía cerca de 37 años, por lo cual para efectuar tal sacrificio era indispensable su disposición, pues de otra manera, su anciano padre no hubiera podido forzarlo a tal cosa.

Si bien la Biblia no nos dice nada sobre cómo Avraham le comunicó a su hijo lo que Yehováh estaba demandando, Yitsjak, cuando se enteró, no puso resistencia y más bien facilitó la tarea cargando él mismo con la madera requerida para el holocausto que quemaría su propio cuerpo. ¿No es esta una sombra perfecta de Yeshúa yendo de manera voluntaria al lugar del sacrificio, cargando él mismo el madero en el que sería clavado más tarde?

El verso 2 también nos dice que Yehováh le mostraría a Avraham el lugar en el cual debería realizar el sacrificio. Es decir que ellos deberían partir, sin saber a dónde iban – cosa parecida a lo que sucedió cuando salió de Ur, y de alguna manera le sería mostrado el lugar apropiado. Hoy sabemos que aquél lugar, fue el monte Moriáh, donde años más tarde habría de ser levantado el Templo por el Rey David.

Diligencia para obedecer

El día siguiente”, Avraham se puso en marcha. Nada de dilaciones o argumentos. Llevando dos siervos consigo y un asno, partió temprano; y “al tercer día” vio el lugar. No sabemos cómo Yehováh se lo mostró, pero incluyo a continuación una narración del libro de Yashar que nos sugiere unos detalles interesantes:

40 Avraham fue con Yitsjak hacia el lugar que Elohim le había indicado, 41 y al tercer día Avraham levantó los ojos y vio el lugar a la distancia como Elohim le había dicho. 42 Y se le apareció una columna de fuego que de la tierra alcanzaba al cielo, y una nube de gloria sobre la montaña, y la gloria de Yehováh se veía en la nube. 43 Avraham dijo a Yitsjak: “Hijo mío, ¿ves en aquella montaña que percibimos a lo lejos, lo que yo veo sobre ella?” 44 Y Yitsjak respondió y dijo a su padre: “Veo una columna de fuego y una nube, y la gloria de Yehováh se ve sobre la nube.” 45 Avraham supo que su hijo Yitsjak era acepto ante Yehováh como una ofrenda quemada. 46 Y Avraham dijo a Eliezer y a Yismael su hijo: “¿También vosotros veis lo que nosotros vemos en la montaña que está lejos?” 47 Mas ellos respondieron diciendo: “No vemos más que las otras montañas de la tierra.” Entonces Avraham supo que ellos no eran aceptos por Yehováh para ir con ellos, y les dijo: “Permaneced aquí con el asno mientras yo y Yitsjak mi hijo vamos a ese monte y adoraremos allí delante de Yehováh y luego regresaremos a vosotros.” Yashar 23.40-47

Lo cierto es que una vez llegados al sitio indicado, Avraham procede a llevar a cabo la orden de Yehováh. Acomoda la leña, prepara la daga y Yitsjak por su parte, de manera sumisa y obediente se presta para ser atado – akedah. ¿Acaso podemos imaginar la cantidad de preguntas y de sentimientos que cruzaban por las mentes y corazones de estos dos hombres? ¡Debieron ser momentos terribles! Pero que habrían de definir lo que sería el compromiso de Yehováh con Avraham y su descendencia; tanto que tú, que estás leyendo, eres resultado de tal acción al igual que yo; pues a partir de allí, habiendo Avraham cumplido sin reparo la demanda de Yehováh, lo comprometió a Él a cumplir igualmente su promesa para su descendencia la cual somos nosotros.

Podemos deducir, sin temor a equivocarnos, que Avraham tenían plena confianza en el poder de Yehováh, aún para resucitar si fuere necesario a su hijo, una vez fuera ofrecido en sacrificio; y esto queda plasmado en las palabras que dice a dos siervos:

“Vosotros, quedaos aquí con el asno. El muchacho y yo subiremos allá, nos postraremos y regresaremos a vosotros.’

Una sombra. No meras coincidencias

Sugiero al lector, leer atentamente este capítulo, para que pueda descubrir todas las semejanzas de esta situación y lo que sucedió a nuestro Mesías Yeshúa; mencionaré algunos de esos detalles y el resto los dejaré para ser descubiertos.

  • La relación padre-hijo
  • El lugar del sacrificio
  • El hijo cargando la madera
  • El asno
  • Los dos siervos, como testigos
  • La disposición del hijo
  • Al tercer día… etc.

Yehováh detiene a tiempo a Avraham, quien halla un carnero oportunamente y lo sacrifica en lugar de su hijo, cumpliéndose lo que le había respondido a este en respuesta a su pregunta: ¿Dónde esta el cordero para el holocausto? Y Avraham respondió: Elohim proveerá un carnero para su holocausto…”  Yehováh nunca llega tarde, puede parecernos que se tarda según nuestro punto de vista y nuestra agenda; pero conforme a la suya, siempre las cosas sucederán “llegado el tiempo”.

Lecciones que podemos aprender:

  • Yehováh no improvisa.
  • Las pruebas de nuestra fe no son opcionales; son requeridas para crecer.
  • Yehováh oportunamente proveerá lo que sea necesario.
  • Yehováh nos permite conocer lo que va a suceder, con antelación, mediante sombras o modelos.
  • La diligencia para obedecer, es una demostración de nuestra fe
  • ….

La reiteración de la promesa a Avraham, en los versos 16-18 demuestra la seriedad del compromiso hecho por Yehováh mediante juramento por Sí mismo; y ¡nosotros somos testigos del cumplimiento de ella!

One Response

Déjanos tu comentario