hand-3889288_1920

Shemot 34:27 – 36:38 | Ketáv lekjá

Parashá Trienal – Shemot (Éxodo) 34:27 – 36:38

Nombre de la Parashá: Ketáv lekjá – Escribe

Lecturas Complementarias: Jeremías 31:31-40 | 1Corintios 12:1-13

Y יהוה dijo a Moshé: Escribe estas Palabras, pues según ellas he hecho un pacto contigo y con Yisra’ěl. Éxodo 34:27

Según el verso 28, esta fue la tercera vez que Moshé ayunó cuarenta días:

Fue después de este  tercer ayuno, que Moshé descendió habiendo renovado el Pacto. Es notorio, que ahora Yehováh le dice: es un pacto contigo y con Yisrael. En cierto modo Moshé es parte muy importante del pacto. Podemos ver en esto una sombra de lo que habría de realizar Yeshúa en su primera venida: Renovar el pacto siendo Él el garante o cabeza de ese pacto, tal como Moshé aparece aquí.

Tengamos presente que en este proceso la Toráh entregada la primera vez, no sufrió cambio alguno. El pacto fue roto por el pecado de Yisrael, pero solo por la misericordia de nuestro Padre, ese Pacto fue renovado.

El pasaje nos narra una situación bastante inusual: El rostro de Moshé, brilla con tal intensidad, que la gente alrededor suyo, no se atreve a acercarse a él. Moshé no es consciente del hecho y se comporta naturalmente, comunicando el mensaje de Yehováh. Al concluir usó un velo para cubrirse el rostro, y esto sería habitual de allí en adelante, no sabemos por cuanto tiempo.

Tenemos noticias de un suceso similar con Yeshúa:

Y al cabo de seis días יהושׁע (Yehoshúa) tomó a Kěfa, y a Ya‛akoḇ, y a Yoḥanan su hermano, y los hizo subir solos a un monte alto, y se transformó delante de ellos, y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Mateo 17:1–2

No se nos dice que el rostro de Yeshúa haya permanecido resplandeciente después, como ocurrió con Moshé. Lo cierto es que el brillo en el rostro de Moshé, se debía a haber estado en la Presencia del Eterno Yehováh; era la Shekjinah, la Gloria radiante del Altísimo y Todopoderoso Creador y podemos deducir que la experiencia de Yeshúa en el Monte se debió a algo similar. Comparemos con Apocalipsis 13:12:

En su diestra tenía siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de doble filo, y su semblante era como cuando brilla el sol en su fuerza. 

Esta es la condición que tendremos los hijos del Reino igualmente:

Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre.
Mateo 13:43

Entonces los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.  Daniel 12:3

Ahora veamos 2 Corintios 3:4-18

No es que seamos competentes por nosotros mismos para considerar que algo procede de nosotros; al contrario, nuestra competencia procede de Elohim.
Incluso nos ha hecho competentes para ser obreros al servicio de una Nueva Alianza, cuya esencia no es un texto escrito, sino el Espíritu. Pues el texto escrito produce la muerte, pero el Espíritu, la vida.
Ahora bien, si lo que producía la muerte, mediante un texto escrito grabado en tablas de piedra, vino con gloria (tanta que el pueblo de Yisra’el no podía soportar mirar el rostro de Moshé a causa de su brillo, a pesar de que ese brillo se desvanecía) ¿no irá acompañada la obra del Espíritu de una gloria aún mayor?
Pues si hubo gloria en lo que obraba para declarar culpables a las personas, ¡cuánto más debe abundar la gloria en lo que obra para declararlas inocentes!
De hecho, en comparación con esta mayor gloria, lo que antes era glorioso ahora no lo es. Pues si hubo gloria en lo que se desvaneció, cuánta más gloria debe haber en lo que perdura.
Por eso, con una esperanza como ésta, estamos muy abiertos a diferencia de Moshé, que se puso un velo sobre el rostro para que el pueblo de Yisra’el no viera que el resplandor que se desvanecía llegaba a su fin.
Es más, sus mentes se hicieron de piedra; pues hasta el día de hoy el mismo velo permanece sobre ellos cuando leen la Antigua Alianza; no se ha desvelado, porque sólo por el Mesías se quita el velo. Sí, hasta hoy, siempre que se lee a Moshé, un velo yace sobre el corazón de ellos.
“Pero”, dice la Toráh, “siempre que alguien se vuelve hacia Yehováh, se quita el velo”. Ahora bien, Yehováh en este texto significa el Espíritu. Y donde está el Espíritu de Yehováh, allí hay libertad. Así, todos nosotros, con el rostro descubierto, vemos como en un espejo la gloria del Señor; y nos vamos transformando en su misma imagen, de grado en grado de gloria, por el Espíritu de Yehováh.

Así que en resumen, estamos en un proceso de transformación que debe ir avanzando día a día para ser más similares a nuestro Mashiaj quien a su vez es un reflejo del carácter de nuestro Padre Yehováh.

A continuación una posible cronología de lo que hizo Moshé:

    • Tercer Mes – Día 6: Sube al Monte.
    • Cuarto Mes – Día 17: Desciende y rompe las Tablas.
    • Cuarto Mes – Día 18: Quema el becerro de oro y juzga a los idólatras.
    • Cuarto Mes – Día 19: Entra en el segundo ayuno por 40 días.
    • Sexto Mes – Día 1: Sube al Monte con la Segundas Tablas. Ayuna 40 días.
    • Séptimo Mes – Día 10: El Pacto es restaurado, desciende con la Segundas Tablas. (Este será entonces el Día de Yom Kippurim).

Dentro del judaísmo, estas fechas se conmemoran como sigue:

    • Shavuot, el 6 del Sexto mes.
    • Ayuno el 17 del Cuarto mes.
    • Inicio de 40 días de arrepentimiento el día 1º del sexto mes.
    • El 10 del Séptimo mes: Yom HaKippurim

En vista de que Moshé descendió del Monte después del tercer ayuno el día de Yom HaKippurim, con su rostro brillante, muchos creen que constituye una sombra del regreso del Mashíaj a su regreso en Gloria; su resplandor aterrorizará a muchos que se alejarán de Él, pero atraerá a sí, a su pueblo.

Las ofrendas voluntarias para el Tabernáculo

Y Moshé reunió a toda la congregación de los hijos de Yisra’ěl, y les dijo: “Estas son las Palabras que יהוה os ha mandado hacer:
2 “Se trabaja durante seis días, pero el séptimo día os será consagrado, Shabbat de descanso para יהוה. Cualquiera que trabaje en él será castigado con la muerte.
3 “No encendáis fuego en ninguna de vuestras viviendas en día de Shabbat”.
Éxodo 35:1

La gente se halla muy expectante de iniciar la construcción del Tabernáculo. Sin embargo, antes de comenzar con la primera fase, que consistía en juntar todo el material requerido, Yehováh da una instrucción muy clara respecto a guardar el Shabbat. Versos 2 y 3.

Este énfasis, revela la importancia que nuestro Padre le concede a ese día y a la necesidad de descansar. Aunque hubiera el entusiasmo de estar ejecutando una tarea tan importante, no se justificaría de manera alguna el quebrantamiento del Shabbat, ya fuera trabajando o encendiendo fuego.

Con este precedente, Moshé comunica al pueblo la orden de Yehováh:

Y habló Moshé a toda la congregación de los hijos de Yisra’ěl, diciendo: “Esta es la palabra que יהוה ordenó, diciendo: ‘Tomad de entre vosotros una contribución para יהוה. Todo aquel cuyo corazón le mueva a ello, que lo traiga como presente a יהוה: oro, y plata, y bronce… Éxodo 35:4-5, (The Scriptures)

Todos apreciamos recibir regalos o presentes, cuando nos son entregados con buena voluntad y sincero corazón; mas cuando alguien nos da algo “porque le toca”, aunque sea valioso (y raramente lo sería en este caso), resulta ofensivo más que halagador.

Nuestro Padre Yehováh piensa igual. Por eso la advertencia: “Todo aquél cuyo corazón le mueva”. En otras palabras Él no deseaba recibir cosas que le fueran entregadas porque Moshé las exigió o que entró a sus casas y se las arrebató. Los materiales debían provenir de individuos cuyos corazones estuvieran genuinamente agradecidos por las manifestaciones generosas que Yehováh había hecho para todos ellos.

El pueblo literalmente se desbordó trayendo cuanto tenían, de manera que los encargados tuvieron que pedir a Moshé que informara al pueblo que dejaran de traer ofrendas. ¡Cuánta gratitud! Ya había más que suficiente, no era necesario tener más. Por su parte los encargados de recibir las cosas, no vieron en tal abundancia, la oportunidad de aprovecharse y sacar ventaja guardando para sí lo que sobrara. ¿Tontos? o íntegros…

No en vano Moshé confió a Bezaleel y Aholiab la administración de las cosas, pues sabía que eran hombres que habían construido su reputación como personas honradas y confiables, además de que fue Yehováh mismo quien los asignó para tal tarea.

El resto del capítulo 36 nos narra en detalle cómo cada persona hizo su trabajo esmerada y minuciosamente.

Dando un poco de vuelo a nuestra imaginación, podemos visualizar la febril actividad de todos en el campamento, yendo de un lado a otro, aportando ideas y siendo creativos para resolver los desafíos que seguramente se les presentaban a cada paso. 

De hecho, todo este proyecto funcionó como una “terapia” de sanidad, de recuperación, de olvido de lo que quedó atrás. Y la verdad es que no hay un enemigo más peligroso que la inactividad; porque la mente humana que nunca se detiene, comienza a traer recuerdos, a hacer juicios, a buscar culpables y a quejarse por lo que no tiene. En cambio ahora durante los siguientes meses, vemos al pueblo productivo; cada persona tenía que ir a buscar los elementos que les hacían falta; crear instrumentos, diseñarlos, fabricarlos probarlos y mejorarlos. Sin duda, fueron a comprar de los pueblos vecinos lo que les hacía falta.

Aprendamos la lección:

Mente desocupada… terreno abonado para el Oponente

Nuestro Padre Yehováh no deja nada la azar. Nos equipó maravillosamente con diversas facultades que debemos identificar y desarrollar, porque solo entonces podremos sacarle “gusto” a la vida. 

No me refiero a que las cosas sean placenteras para los sentidos. Sino a la satisfacción de las tareas bien hechas luego de un arduo trabajo.

Déjanos tu comentario