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Levítico 16:1 – 34 | Ajaré mot

Parashá Trienal – Vaykra (Levítico) 16:1-34

Nombre de la Parashá: Ajaré mot – Después de la muerte

Lecturas Complementarias: Isaías 60:15-22 | Tito 3:4-7

¿Por qué se hace mención de la muerte de Nadab y Abiú al inicio de este pasaje del Yom HaKippurim (Día de Expiaciones o del Perdón)? Algunos piensan que es para recordar a estos dos varones que cometieron una grave falta al irrumpir caprichosamente al lugar Kodesh Kodeshim (Santísimo) para ofrecer incienso, y por eso a continuación, se le recomendará a Aarón entrar solo en este día especial cada año. Otros piensan que tal mención se hace para enfatizar el significado del Yom HaKippurim: Un día para obtener el perdón por las faltas cometidas durante el año transcurrido desde el último Yom HaKippurim.

Curiosamente, Moshé tenía acceso a la Presencia de Yehováh sin limite alguno; no así Aarón el Cohen HaGadol (sumo sacerdote) de Israel, a pesar de ser su hermano carnal. Dicho sea de paso, aquí no funcionan las influencias humanas para nada. El hecho de que el CohenHaGadol pudiera entrar solo un día al año, revela lo delicado que era el hecho de que Yehováh habitara en medio de su pueblo.

Este capítulo nos provee las instrucciones para el Cohen HaGadol respecto al sacrificio anual del Yom HaKippurim, día en el que tendría acceso al Kodesh Kodeshim trayendo la sangre y una ofrenda de incienso llamada Ketoret.

Las Vestiduras del CohenHaGadol para el Yom HaKippurim

Vestirá una túnica sagrada de lino y cubrirá su cuerpo con zaragüelles (calzoncillos) de lino. Estará ceñido con un cinto de lino y usará un turbante de lino (estas son vestiduras kadoshim (santas), bañará su cuerpo en agua y después se vestirá con ellas. Levítico 16:4

Para accesar al Santuario, el Cohen HaGadol debía despojarse de sus vestiduras esplendorosas y utilizar solamente lo descrito en el verso. Esto significa que delante de Yehováh, él debería ir de manera humilde y sencilla, sin joyas ni adornos de ninguna clase, porque tenía que presentarse en su realidad humana. Además las prendas que debería utilizar eran de lino, un material fresco que impide sudar, mostrándonos así que no era por el esfuerzo del hombre, que él tenía acceso al Dios Altísimo. En otras palabras, el Cohen podía accesar a la Presencia de Yehováh no apoyándose en sus propias obras sino en la fe y confianza, respecto a que siguiendo las instrucciones provistas por Yehováh de manera cuidadosa, su vida no estaría en peligro.

Esta situación es un asombroso contraste con lo que ha estado sucediendo desde la era de la iglesia, cuando los llamados sacerdotes y demás líderes de tal iglesia, lucen costosísimos atuendos para ministrar delante de Dios.

Necesidad de la Sangre

La parashá de ésta semana enfatiza que la sangre hace expiación para el alma:

Porque la vida de la carne está en la sangre, y Yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, porque es la sangre, en razón de la vida, la que hace expiación.  Levítico 17:11

 En el presente todo lo que tiene que ver con derramamiento de sangre nos puede parecer no solo “pasado de moda”, sino repugnante y escandaloso, al igual que el concepto de “pecado”, porque el enemigo se ha propuesto ridiculizar estos términos. Pero nada sigue teniendo tanta actualidad como el pecado. Y es precisamente una actitud suavizada y tolerante al respecto lo que tiene adormecida a la iglesia. Argumentos como:

    • La ley de Yehováh fue clavada en la cruz.
    • Ya no vivimos bajo la Ley (Toráh).

    • Jesús abolió la Ley (Toráh)

    • Vivimos bajo la gracia y no bajo la Ley (Toráh)

    • Dios es muy misericordioso y finalmente nos perdonará todo pecado.

    • Ya tenemos la vida eterna aunque vivamos en pecado…  etc.,

han hecho y siguen haciendo mucho daño a los que dicen ser seguidores de Yeshúa, pero que no entienden la responsabilidad que tienen de ser obedientes a sus Mandamientos, que no son otros que los contenidos en la Toráh de Yehováh.

Yom HaKippurim, celebración que se realiza en el otoño, el día décimo del séptimo mes del Calendario de Yehováh, nos recuerda que el problema del pecado sigue vigente. La tradición judía (no la Toráh), afirma que es en ese día que Yehováh pronunciará el juicio contra aquellos que vivieron sin tener en cuenta su Toráh y dará así mismo las recompensas a quienes vivieron en obediencia a ella.

Expiación – Su significado completo

El Cohen entraba al lugar Kodesh Kodeshim para hacer expiación por ese mismo lugar, por el Santuario y por el altar, puesto que estas cosas permanecían todo el tiempo delante de la presencia de Yehováh.

La palabra expiación no significa simplemente “perdón de los pecados“. La palabra kafar, que normalmente ha sido traducida como expiación, para nosotros puede implicar también: perdón de los pecados y remoción de la culpa; pero en el sentido levítico la palabra tiene un significado mucho más amplio: kafar podemos entenderlo como una acción de purga de contaminación espiritual. En otras palabras, la expiación también involucra la purga de elementos que ofenden a la Deidad, tales como el pecado, la impureza ritual, y cualquier otra contaminación ceremonial o moral que repele o aleja la presencia de Dios.

¿Qué sucedía en Yom HaKippurim?

En primer lugar vemos que el nombre HaKipurim, plurar de Kippur (expiación), nos revela que ese era día de múltiples expiaciones, cinco en total:

  • Por el Kodesh Kodeshim (Lugar Santísimo)
  • Por la Tienda de Reunión
  • Por el Altar
  • Por el Sacerdocio
  • Por el pueblo que conformaba la asamblea de Yisrael.

Lista de los sacrificios

En Yom HaKippurim (Día de Expiaciones), el Cohen HaGadol traía un toro y un carnero para hacer expiación por sí mismo y por su familia. Para expiación por Yisrael y las cosas kodeshim (santas), traía dos cabros: uno para ofrenda por el pecado y uno para ser “chivo expiatorio”, (enviado a Aza’zel al desierto). Adicionalmente traía las ofrendas prescritas en Números 29:8-11. Traía también las ofrendas para el continuo sacrificio tanto de la mañana como de la tarde, las cuales no estan mencionadas en este capítulo. Teniendo esto en cuenta, veamos la lista completa en el siguiente cuadro:

Procedimiento respecto del Kodesh Kodeshim (KK)

  1. El Cohen HaGadol, sacrificaba el toro para hacer expiación por su pecado  de su familia. Recogía la sangre en una vasija y la entregaba a un cohen asistente, mientras entraba al Kodesh Kodeshim (en adelante KK), para hacer el servicio del incienso.
  2. Servicio del Incienso. Un ritual complicado que implicaba llevar dentro del KK, una vasija con una medida de dos puños de incienso en una mano y el incensario con brasas ardiendo en la otra junto con un pequeño cucharón, cuando entraba la primera vez ese día. Una vez allí procedía a poner el incienso en el incensario para crear la nube de humo que ocultaría la Presencia de Yehováh, resguardando así su vida. Salía rápidamente mientras el incienso quedaba allí quemándose.
  3. La sangre del toro. Una vez afuera, tomaba de la mano del sacerdote asistente la vasija que este había estado moviendo para que la sangre no se coagulara, y entraba por segunda vez al KK mientras la nube de humo permanecía aun allí, y rociaba la sangre siete veces según las instrucciones. Salía y dejaba el recipiente con sangre al lado del altar del incienso en el lugar kadosh (afuera del KK pero aun dentro de la tienda) en un soporte de oro preparado para tal fin para ese día.
  4. El Cohen HaGadol, salía y sacrificaba el cabro designado por suerte en favor de Yisrael. Recogía su sangre para entrar por tercera vez al KK y salpicaba la sangre siete veces como hizo anteriormente con la sangre del toro; esta vez el propósito era hacer expiación por los hijos de Yisrael, por sus pecados y transgresiones.
  5. El Cohen HaGadol, salía del KK al lugar kadosh donde estaba el altar del incienso y donde había dejado la sangre del toro, y a continuación rociaba el velo siete veces con la sangre del toro y luego hacía lo mismo con la sangre del cabro. Mezclaba las dos sangres y ungía los cuernos del altar del incienso para cumplir lo ordenado en Levítico 16:18.
  6. De esta manera cumplía lo ordenado en Levítico 16:16:
    Así purificará el Santuario a causa de las impurezas de los hijos de Yisrael, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al Tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.

El cabro para Aza’zel

Existe discusión en cuanto al significado de esta expresión. Aza’zel aparece en la literatura antigua como el ángel que enseñó perversidades a la humanidad, según el libro de Enoj 8:1-2

Además Aza’zel enseñó a los hombres a hacer espadas, cuchillos, escudos y corazas; a fabricar espejos, brazaletes y adornos; el uso de la pintura, el embellecimiento de las cejas, las piedras valiosas y selectas de todo tipo y toda clase de tintes, de modo que el mundo se alteró. 2 La impiedad aumentó; la fornicación se multiplicó y transgredieron y corrompieron todos sus caminos.
(Versión Cefer)

Por su parte el Apocalipsis de Avraham dice así en 13:6-9

… sucedió que cuando vi al pájaro hablando, le dije al ángel: ¿Qué es esto, adoniy? 7 Y él dijo: Esto es una desgracia, este es Aza’zel; y le dijo: ¡Qué vergüenza, Aza’zel! Porque la porción de Avram está en el cielo, y la tuya está en la tierra, pues has elegido estar aquí y te has enamorado del lugar afectado por tu pecado. 8 Por lo tanto, el Gobernante Eterno, ‘El Elyon, te ha dado una morada en la tierra. 9 A través de ti, todo ruaj malvado es mentiroso, y a través de ti habrá pruebas e ira contra las generaciones de hombres que viven impíamente.

Esta porción señala que a Aza’zel siendo ya un ser caído, le fue asignado una morada en la tierra. A él como provocador del pecado y la rebeldía, le es enviado de vuelta el pecado de los hijos de Yisrael mediante el cabro expiatorio. Esto no se debe entender como un “sacrificio” que se ofrece a un demonio, cosa que obviamente Yehováh no aprueba y mucho menos instruye a realizar; sino como la “devolución” de las transgresiones a su originario.

En todo caso, la Toráh como tal no da explicaciones claras y lo que presentamos aquí son porciones de escritos antiguos, pero que bien pudieran dar algo de luz sobre el asunto.

¿Existe una conexión entre Pesaj (Pascua) y Yom HaKippurim (Día de Expiaciones)?

Las dos celebraciones apuntan al Mesías Yeshúa:

El Cordero que se sacrificaba en Pesaj (Pascua), era un anuncio del Cordero de Yehováh que entregó Su vida durante Pesaj para redimirnos del poder del pecado y de las consecuencias por haber infringido la Toráh. Esta provisión se aplica individualmente a quienes nos acogemos a ella por fe .

En otras palabras, Pesaj es un sacrifico para salvación personal; cada ser humano ha de tomar una decisión aceptando o rechazando lo que Yeshúa hizo en su lugar.

En Yom HaKippurim tenemos un sacrificio para perdón nacional: El Cohen HaGadol, debía tomar dos cabras: sacrificar una y liberar a la otra luego de imponerle sus manos y confesar sobre ella los pecados de los hijos de Yisrael, enviándola luego al desierto a “azazel”. El macho cabrío llevaría sobre sí todas las iniquidades de ellos hacia una tierra solitaria; por eso se lo dejará ir al desierto. Levítico 16:22

Un Milagro que dejó de suceder

La Mishnáh, relata que todos los años, el Cohen HaGadol ataba una tela carmesí a los cuernos de la cabra que se habría de enviar al desierto y otra del mismo color a la cabra que se habría de sacrificar. Cuando la cabra que era liberada en el desierto llegaba a su destino, la tela roja que había sido atada a la cabra destinada al sacrificio, se tornaba blanca, siendo este milagro la confirmación de que Yehováh había aceptado todo lo realizado por el Cohen HaGadol en favor suyo y del pueblo, declarando así que los pecados de la nación habían sido perdonados. A esto se refiere claramente el profeta Isaías:

…aunque vuestros pecados sean como el rojo carmesí, como la nieve serán emblanquecidos Isaías 1:18

Según los archivos del Templo, esto sucedía cada vez que se celebraba Yom HaKippurim (el día de la Expiación); sin embargo, este milagro no volvió a ocurrir desde el año 28, en el cual Yeshúa murió durante Pesaj, a pesar de que los sacrificios para Yom HaKippurim se continuaron presentando sin interrupción hasta el año 68 cuando el Templo fue finalmente destruido. Cabe la pregunta:

¿Por qué no volvió a suceder el milagro

Porque Yeshúa vino a ser quien se llevó nuestros pecados de una vez y para siempre. El cumplió no solamente la representación del Cordero Pascual sino también la del cabro enviado al desierto; por eso padeció fuera del Templo y su sacrificio fue realizado “fuera del campamento”. Hebreos 13:13

¡Un detalle digno de la mayor atención!

Los sacrificios ordinarios estaban limitados a la expiación por los pecados involuntarios ó sin intención y para aquellos cometidos por ignorancia o descuido. La Toráh no ofrece sacrificio substitutivo para los pecados voluntarios o deliberados, que eran castigados con la muerte del culpable. Pero Isaías 53 nos enseña que Yeshúa cargó con TODAS nuestras rebeliones e iniquidades. Cabe la pregunta: ¿Qué inluye la expresión: TODAS?

La Toráh nos da instrucciones precisas para reparar o sustituir los daños causados a otros por nuestros pecados; de manera que las cosas que podemos reparar, debemos repararlas: Disculparnos, devolver lo robado, restituir la honra, etc., conforma alas instrucciones provistas. Pero los pecados denominados de muerte, quedaban pendientes en algunos casos, como lo fue el del rey David y su adulterio.

La palabra hebrea traducida al español como: iniquidad, significa: distorsionar, pervertir, actuar de manera torcida etc., cosas todas que son el resultado de separarse voluntariamente de la Toráh!

Así que lo que tenemos en el sacrificio de Yeshúa, es que él cargó con aquellos pecados voluntarios o deliberados cuyo castigo era la muerte del pecador y para los cuales, como ya lo dijimos, no había provisión en la Toráh. Yeshúa remueve TODO pecado de esa clase. Adicionalmente, como lo hemos estudiado, había una contaminación del Santuario, producida por cualquier pecado cometido; de manera que cuando alguien hacía restitución o pedía perdón al agraviado, aún así debía presentar un sacrificio para purificación por esa culpa. Yeshúa satisface tal demanda de modo que en la actualidad, ya no es necesario hacer ese tipo de sacrificio.

Resulta interesante que este pasaje de Isaías ha sido removido de la lectura anual en las sinagogas por cuanto es una clara referencia a la obra de Yeshúa cosa inaceptable para los rabinos actuales, quienes afirman que todo el pasaje se refiere a Israel que ha sufrido a lo largo de los siglos “cargando los pecados de las naciones” ???

Así es que por la fe en Yeshúa nuestros pecados de muerte, son transferidos a Él. Entonces, tras haber derramado su sangre sobre el lado derecho del propiciatorio (la parte superior del Arca del Pacto) pudo entrar en el Santuario de los cielos, haciendo innecesaria la sangre de machos cabríos o de toros o de vacunos en favor de los hombres. Hebreos 9:11-12:

Pero habiendo venido el Mesías, Cohen HaGadol de los bienes llegados, por medio de un mayor y perfecto Tabernáculo, no hecho de manos, es a saber, no de esta creación; ni por medio de la sangre de machos cabríos, sino por medio de su propia sangre, entró una vez por todas en el lugar santísimo, habiendo asegurado eterna redención.

Al estudiar el libro de Números, tendremos oportunidad de volver más en detalle sobre todos los sacrificios que debían ser ofrecidos en este Yom (Día) HaKippurim.

ACLARACION IMPORTANTE:

Somos salvos por la fe en Yeshúa, porque aceptamos que Él tomó nuestro lugar en el madero. Cuando nos volvemos a Yehováh hallamos perdón y recibimos la vida eterna (la vida espiritual ó vida de Yehováh) como un regalo. Entonces somos injertados en Yisrael (Romanos 11:11-22), y venimos a ser parte del pacto que Yehováh tiene con ese, Su pueblo, pero somos responsables de cuidar la salvación que hemos recibido. Y si es que en realidad hemos sido salvados, nuestras vidas deben ser gobernadas por la Toráh o los Mandamientos e instrucciones de Yehováh como una evidencia de ese hecho. La obediencia a la Toráh es la credencial de los verdaderos seguidores de Yeshúa (1 Juan 2:3-6). Y consecuentemente la gracia es el poder que Yehováh nos proporciona para vivir en obediencia.

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