Yehováh nuestro Padre no nos pide como suele hacerse hoy día, manipulando emociones, o como un negocio o una mera transacción con Él,
«Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de delante de Moisés. Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Yehováh para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras. Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro a Yehováh. Todo hombre que tenía azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, o pieles de tejones, lo traía.» Éxodo 35:20-23
Muchos de nosotros afirmamos haber dedicado nuestras vidas a nuestro Padre Yehováh; sin embargo, cuando abordarnos el tema de dar de nuestros bienes materiales existe cierto recelo y reserva, tal vez bajo la consideración de que «Dios no necesita dinero» o «ya no hay templo ni levitas en sus funciones», o «lo que gano es muy poco como para dar»; también aparecen voces que hacen ruido en nuestro interior que nos impiden o nos roban este enorme privilegio de contribuir con la obra de Yehováh en este tiempo.
Si bien es cierto que al presente no contamos con Templo ni servicio levítico, la obra de nuestro Creador de rescatar a la humanidad sigue vigente, pues Él no para de trabajar. Recordemos que muchos de nosotros hemos llegado a conocerle a través de personas, ministerios, videos, audios, canales, portales web, conferencias, libros, etc, que de una u otra manera alguien financió para que llegara a nosotros.
Yehováh nuestro Padre no nos pide como suele hacerse hoy día, manipulando emociones, o como un negocio o una mera transacción con Él, ¡No!, Él espera que, motivados y estimulados en nuestro corazón y nuestro espíritu, genuinamente demos con un corazón agradecido lo mejor para el establecimiento de Su Reino, de la misma manera que respondieron nuestros Padres en el desierto para la construcción del Tabernáculo, lo cual fue una respuesta abrumadora.
Tengamos en mente que nada de lo que tenemos es nuestro propiamente, sino que, como lo expresó el rey David en el primer Libro de crónicas:
«Porque de ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de tu mano te damos.» 1 de Crónicas 29:14
¿Como estamos contribuyendo a la obra de Yehováh nuestro padre en este tiempo? ¿Somo actores pasivos o activos?
No nos perdamos esta enorme oportunidad de ser hombres y mujeres que participan activamente, y no solamente se benefician; que se levantan a contribuir para que la verdad llegue a muchos que aun no han despertado y sean así iluminados con la Palabra de Vida, porque como dijo Yeshúa nuestro Mesías:
…de gracia recibisteis, dad de gracia. Mateo 10:8
Solo tú puedes definir lo que deseas ser: Actor, ayudando a cumplir los propósitos de nuestro Padre, o simplemente un espectador beneficiado…