Lecturas Complementarias: Génesis 21:1-34 | Números 29:1-6 | 1Samuel 1:1-10 | 1Tesalonicenses 4:13-18
Yom Teruah es una oportunidad para hacer un alto, despertar del sueño que nos produce la rutina diaria de la vida, y mirar hacia el futuro con la esperanza de lo eterno. Es la oportunidad de levantarnos y enfocar la promesa que Yehováh nos hizo de establecer un Reino de Paz y de Justicia, bajo la autoridad de Yeshúa haMashíaj; un reino que se regirá por su Toráh eterna y que no tendrá fin.
Yom Teruáh nos recuerda que Yehováh sigue en el control de Su Creación; que nada ha escapado a su soberanía y que todas las cosas que están sucediendo alrededor nuestro, están cuidadosamente organizadas y permitidas por Él para que los planes eternos se lleven a feliz término.
La Toráh nos provee instrucciones detalladas respecto a las Fiestas de Yehováh y sus celebraciones anexas; pero respecto de Yom Teruáh no hallamos nada! Sin embargo, el nombre de Yom Teruáh proporciona una pista en cuanto a su propósito. Teruáh literalmente significa hacer un ruido fuerte. Esta palabra puede describir el ruido producido por una trompeta pero también describe el ruido de una gran reunión de personas gritando al unísono (Números 10: 5-6). Por ejemplo:
«Y sucederá que cuando hagan resonar con fuerza el cuerno del carnero, cuando escuchéis el sonido del shofar, todo el pueblo gritará…:teruáh תְּרוּעָה( ruwa: ruido, grito, alarma) con gran grito – רוּעַ( alarma, grito, sonido, soplo), entonces la muralla de la ciudad caerá a plomo y el pueblo subirá, cada uno hacia el frente.”
Josué 6:5
En las traducciones convencionales de éste verso, la palabra «grito» aparece dos veces (en dos formas: gritará y grito), una vez como la forma verbal de teruáh y una segunda vez como la forma nominal de teruáh. Aunque este verso menciona el sonido del shofar (cuerno de carnero), las dos instancias de Teruáh no se refieren al shofar. De hecho, en este verso, Teruáh se refiere a los gritos de los hijos de Israel que fue seguido por la caída de los muros de Yerijó.
Siguiendo esta pista, la expresión Yom Teruáh, puede estar indicándonos que lo que se pretende, es que ese día sea de oración pública.
La forma verbal de Teruáh a menudo se refiere al ruido de una reunión de fieles invocando a Yehováh al unísono. Por ejemplo:
«¡Batid palmas pueblos todos! ¡Aclamad (ַרוּע: ruwa: ruido grito, alarma) a ’Elohim con voz de júbilo!” Salmo 47:2
“¡Aclamad (ַרוּע: ruwa: ruido grito, alarma) a ’Elohim tierra toda!» Salmo 66:1
«¡Cantad con gozo a ’Elohim, fortaleza nuestra! ¡Aclamad (ַרוּע: ruwa: ruido grito, alarma) con júbilo al Dios de Jacob!» Salmo 81:2
“¡Aclamad (ַרוּע: ruwa: ruido grito, alarma) con júbilo a Yehováh toda la tierra!» Salmo 100:1
En Levítico 23:24, Yom Teruáh también se conoce como Zijrón Teruáh. La palabra Zijrón se traduce a veces como «memorial», pero esta palabra en hebreo también significa «mencionar», a menudo en referencia a decir el nombre de Yehováh. Por ejemplo, Éxodo 3:15; Isaías 12: 4; Isaías 26:13; Salmos 45:18. Así entonces, el día de Zijrón Teruáh – «Grito al mencionar” o: “mencionar gritando”- puede referirse a un día en el que la multitud de la asamblea de fieles, literalmente grita el nombre de Yehováh al unísono en la oración pública.
Hoy en día, pocas personas recuerdan el nombre bíblico de Yom Teruáh y en su lugar es ampliamente conocido como «Rosh Hashaná«, que significa literalmente «cabeza del año» y por lo tanto también «Año Nuevo». La transformación de Yom Teruáh (Día de Aclamación) en Rosh Hashaná (Año Nuevo) es el resultado de la influencia pagana de Babilonia sobre la nación judía. La primera etapa en la transformación fue la adopción de los nombres babilónicos para los meses. En la Toráh, los meses se designan como el primer mes, segundo mes, tercer mes, etc (Levítico 23; Números 28).
Cada año, Yom Teruah nos recuerda de manera especial que debemos estar anticipando el regreso de Yeshúa nuestro Mashiaj.
Cómo surgió el cambio
Durante su estancia en Babilonia nuestros antepasados comenzaron a utilizar los nombres babilónicos paganos para los meses, un hecho fácilmente admitido en el Talmud:
«Los nombres de los meses vinieron con ellos de Babilonia.» (Talmud de Jerusalén, Rosh Hashaná 1: 2 56d)
La naturaleza pagana de los nombres babilónicos para los meses es evidente en el nombre del cuarto mes del calendario judío: Tamuz. En la religión de Babilonia, Tamuz era el dios del grano cuya resurrección anual traía la fertilidad al mundo. En el libro de Ezequiel, el profeta describe un viaje a Yerushaláyim en el que vio a las mujeres judías que se sienta en el templo «llorando por Tamuz» (Ezequiel 08:14). La razón por la que lo hacían, es que según la mitología babilónica, Tamuz había
muerto, pero aún no había resucitado. En la antigua Babilonia, el tiempo para llorar por Tamuz era al comienzo del verano, cuando cesan las lluvias en todo el Oriente Medio y el verde de la vegetación se quema por el sol implacable. Al presente, el cuarto mes en el calendario rabínico es conocido como el mes de Tamuz y todavía es un tiempo de llanto y luto.
Algunos de los nombres babilónicos para los meses fueron introducidos en los últimos libros del Tanaj (Antiguo Testamento), donde siempre aparecen junto a la designación que la Toráh hace para tal mes. Por ejemplo, Ester 3:7 dice:
«En el primer mes, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Ajashverosh…”
Este verso comienza dando el nombre de la Toráh para el mes: «primer mes» y luego añade su equivalente pagano: “que es el mes de Nissan”. En el momento de Ester, todos los Judíos vivían dentro de las fronteras del Imperio persa y los persas habían adoptado el calendario babilónico para la administración civil de su reino. Al principio, los Judíos utilizaron estos nombres babilónicos para los meses junto a los nombres designados por la Toráh, pero con el tiempo tales nombres cayeron en desuso.
A medida que el pueblo judío se sintió más cómodo con los nombres babilónicos de los meses, se volvieron más susceptibles a otras influencias paganas. Esto es similar a la forma en que los Judíos de América observan Jánuca como una versión judía de la Navidad. Esta influencia se inició con la costumbre aparentemente inofensiva de dar regalos en Jánuca. Hasta que los Judíos llegaron a América, esta costumbre era desconocida y todavía es una rareza en Israel, donde Jánuca no tiene que competir con la Navidad por los corazones y las mentes de la juventud judía. Una vez Jánuca mezcló este aspecto relativamente trivial de la Navidad, se hizo más susceptible a las influencias más importantes. Es así que hoy en día, muchos Judíos en América han establecido la costumbre de colocar un “arbusto de Jánuca» como una alternativa judía al árbol de Navidad pagano que usan los cristianos.
Estos Judíos no querían adoptar la Navidad de plano; de manera que “judaizaron» el árbol de Navidad y lo incorporaron en Jánuca. Este ejemplo muestra lo fácil que es ser influenciado por las prácticas de una religión
pagana, sobre todo cuando hay una cierta similitud, para empezar. El hecho de que Jánuca frecuentemente cae en la misma época de Navidad, hizo natural para los Judíos de América el incorporar elementos de la Navidad en su observancia de Jánuca.
Al igual que los Judíos de América han sido influenciados por la Navidad, los antiguos rabinos fueron influenciados por la religión pagana de Babilonia. Aunque muchos Judíos regresaron a Judea cuando el Exilio terminó oficialmente en el año 516 AC, los antepasados de los rabinos se quedaron en Babilonia, donde el judaísmo rabínico se formó poco a poco. Muchos de los primeros rabinos conocidos, como Hillel, fueron nacidos y educados en Babilonia. De hecho, Babilonia siguió siendo el corazón del judaísmo rabínico hasta la caída del Gaonato (“Cabezas” o autoridades de las academias judías de Babilonia) en el siglo 11 DC. Por todo esto, el Talmud Babilónico está lleno de las influencias del paganismo de Babilonia. De hecho, incluso deidades paganas aparecen en el Talmud recicladas como ángeles «judíos» y demonios.
La influencia de la religión babilónica se hizo presente en la observancia de Yom Teruáh como una celebración de Año Nuevo. Desde los primeros tiempos los babilonios tenían un calendario luni-solar muy similar al calendario bíblico. El resultado fue que Yom Teruáh a menudo coincidió con el mismo día de la fiesta del año nuevo de Babilonia llamado: «Akitu». El Akitu babilónico caía en el primer día de Tishrei, que coincidía con Yom Teruáh.
Cuando los Judíos comenzaron a llamar al «séptimo mes» por el nombre Babilónico de «Tishrei», se abrió el camino para convertir Yom Teruáh en un Akitu judío. Al mismo tiempo, los rabinos no querían adoptar Akitu de plano, por lo cual lo judaizaron dándole un nuevo nombre a Yom Teruáh: Rosh
Hashaná (Año Nuevo). El hecho de que la Toráh no da una razón para Yom Teruáh, sin duda facilitó a los rabinos su tarea de proclamar esa fecha como Año Nuevo.
Es francamente extraño celebrar Yom Teruáh como el año nuevo, por cuanto este festival bíblico cae en el primer día del séptimo mes. Sin embargo, en el contexto de la cultura babilónica esto era perfectamente natural. Los babilonios en realidad celebraban Akitu, año nuevo, dos veces al año; una vez en el primero de Tishrei y otra vez seis meses después el primero de Nissan. La primera celebración de Akitu coincidía con Yom Teruáh y la segunda coincidía con el año nuevo real de acuerdo a la Toráh, el primer día del primer mes. Aunque los rabinos proclaman Yom Teruáh como el Año Nuevo, todavía reconocen que el primer día del «primer mes» según la Toráh es también, como su nombre lo indica, un año nuevo. Difícilmente podrían negar esto que está basado en Éxodo 12:2, que dice:
«Este mes será para vosotros el principio de los meses; es el primero de los meses del año «.
El contexto de este versículo habla de la celebración de la Fiesta de los Panes sin Levadura, que cae en el primer mes. A la luz de este verso, los rabinos no podían negar que el primer día del primer mes era el Año Nuevo bíblico. Pero en el contexto cultural de Babilonia, donde Akitu se celebra como el Año Nuevo dos veces, tenía mucho sentido que Yom Teruáh pudiera ser un segundo Año Nuevo, aunque estaba en el séptimo mes.
En contraste con el paganismo de
Babilonia, la Toráh no dice, ni implica que Yom Teruáh tenga nada que ver con
el Año Nuevo. Por el contrario, la Fiesta de Sukkot (cabañas), que tiene lugar exactamente dos semanas después de Yom Teruáh, es mencionada en el siguiente pasaje en relación al final del año”:
También observarás la solemnidad de la Siega de los primeros frutos de tus labores, de aquello que hubieres sembrado en el campo, y la solemnidad de la Cosecha al final del año, cuando hayas cosechado el producto de tus labores del campo. Éxodo 23:16
Aceptar lo que sucede en el calendario rabínico, sería como llamar al 15 de enero del calendario occidental moderno, «el final del año». La Toráh no describiría Sukkot de esta manera, si su propósito fuera que Yom Teruáh se celebrara como un Año Nuevo.
Yom Teruáh se menciona en los siguientes pasajes bíblicos:
«Habló Yehováh a Moshé, diciendo: Habla a los hijos de Yisrael y diles: En el mes séptimo, el primero del mes será para vosotros de solemne reposo: una conmemoración al son de trompetas y una santa convocación. No haréis ningún trabajo de servidumbre, y haréis acercar ofrenda ígnea ante Yehováh.”
Levítico 23:23-25
«En el séptimo mes, el día primero del mes, tendréis santa convocación y no haréis ningún trabajo servil. Os será día de aclamación…» Números 29:1-6
Para una buena aplicación de Yom Teruáh…
- El sonido del shofar nos recuerda que llegará el día en que sonará la “trompeta del Mashiaj”:
Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en el Mesías resucitarán primero. Entonces nosotros los que estemos vivos y los que quedamos seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, consolaos unos a otros con estas palabras (1Tes 4: 16-18). - Al participar de esta celebración, nos estamos preparando para Su regreso.
- Nos requiere ser diligentes en nuestro caminar por fe.
- Nos hace evaluar nuestra diligencia en obedecer el mandato de Yeshúa respecto de ir por todo el mundo y alcanzar las ovejas perdidas de la Casa de Israel.
- ¿Estamos anticipando el regreso de Yeshua nuestro Señor? ¿Es la promesa de su regreso una fuente de fortaleza para nosotros?
- ¿Nos estamos preparando para encontrarnos con él?
- ¿Estamos comprometidos con la obra que Él nos ha llamado a hacer?
- ¿Estamos siendo luces para los perdidos en nuestro mundo oscuro, señalándoles Aquel que es el camino, la verdad y la vida? (Juan 14: 6)