Todo tiene un comienzo
Siempre hay una primera vez… Y en esta experiencia de descubrir nuestra verdadera identidad, no es diferente. En palabras del profeta Jeremías:
¡Oh Yehováh, fuerza mía y fortaleza mía, Mi refugio en tiempo de angustia! A Ti vendrán las naciones desde los extremos de la tierra, diciendo: Nuestros padres no heredaron más que mentira, vanidad y cosas en que no hay provecho.
Sí. Lamentablemente hemos heredado tradiciones vanas, doctrinas distorsionadas, celebraciones paganas, una imagen totalmente errada de la relación don nuestro Padre y Creador Yehováh, y muchas otras cosas en las que no hay provecho alguno.
A continuación ponemos a tu disposición algunos temas que hemos preparado y que darán respuesta a las inquietudes primarias de una persona que inicia este Camino estrecho.
A diferencia de como lo hemos concebido, el Camino estrecho del que nos habló Yeshúa, no es un sendero entre dos muros o montañas, del que no hay chance de salirse. Es más bien un sendero que conduce por la cresta de montaña, cuyas faldas son por un lado el cristianismo tradicional y por el otro el judaísmo como hoy se le conoce.
Y es muy fácil deslizarse sutilmente por cualquiera de esas faldas, ya que esto no requiere esfuerzo alguno. Por eso te invitamos a esforzarte en mantenerte conscientemente en la senda estrecha, siempre vigilante de las presiones que recibirás de ambos lados para que te conviertas a cualquiera de ellos.
A continuación cinco temas que te sugerimos leas y estudies cuidadosa y repetidamente. Si tienes preguntas, no dudes en escribirnos y con gusto te responderemos.