Parashá Trienal – Devarim (Deuteronomio) 29:10 – 30:20
Nombre de la Parashá: Atém nitsavím – Vosotros estáis
Lecturas Complementarias: Isaías 55:6-8 | Romanos 10:1-21
Libres para elegir lo bueno
En la Parasha Nitzavim, Yehováh pone ante su pueblo dos opciones diametralmente opuestas: la vida y el bien (et ha’chayim v’et ha’tov), o la muerte y el mal (v’et hamavet v’et hara).
Así como un buen padre puede instruir a su hijo o hija en cuanto a la mejor decisión a tomar, Yehováh instruye a sus hijos a elegir la vida.
Hoy mismo llamo por testigos contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando a Yehováh tu Dios, obedeciendo su voz y siéndole fiel. Vs. 19-20
Este versículo provee una increíble visión del propósito de la Toráh.
Yehováh nos dio las Escrituras como guía para que sepamos lo que es bueno y lo que es malo; sin embargo, depende de cada uno de nosotros vivir bien de acuerdo con la Palabra de Yehováh aceptando el bien y rechazando el mal, o vivir de acuerdo con los dictados de nuestro propio corazón y la perspectiva cultural actual o cosmovisión del mundo.
Este es el concepto de libre albedrío que Yehováh ha dado a la humanidad.
Un antiguo comentarista de la Biblia judía, Rashi, cita una historia o midrash, en la tradición oral (en el tratado Niddah) sobre el ángel responsable de la concepción que pregunta a Dios si el niño crecerá para ser fuerte o débil, sabio o tonto, rico o pobre.
El ángel, sin embargo, nunca pregunta a Dios si el niño se convertirá en malo o justo, ya que Dios puede determinar las circunstancias de su vida, pero la decisión de elegir el buen camino o el mal ha sido dejada a libre albedrío del hombre.
Podemos elegir la vida en medio de la adversidad
Aunque no es posible controlar todas las circunstancias que afectan nuestras vidas, podemos determinar cómo reaccionaremos a ellas.
Podría ser más fácil ser feliz o ser agradable cuando todo va bien, pero no hay garantía de que seremos felices o agradables incluso en medio de los buenos tiempos.
Del mismo modo, las circunstancias trágicas no tienen que sacudirnos de nuestra firme base para que perdamos la fe en Yehováh y nos volvamos miserables y amargos.
Un famoso psicólogo y sobreviviente del Holocausto, Viktor Frankl, escribió en su libro Man’s Search for Meaning sobre la capacidad de la humanidad para ejercer el libre albedrío durante las horribles circunstancias de la persecución nazi y los campos de muerte.
Aunque podríamos esperar que una persona fuera incapaz de actuar de una manera amable, moral y humana bajo condiciones tan terribles, Frankl reporta en su libro que este no era el caso; observó muchos ejemplos de individuos heroicos.
Frankl escribió:
“[Estas personas] ofrecen pruebas suficientes de que todo puede serle quitado a un hombre, menos una cosa: la última de las libertades humanas que consiste en elegir la actitud de uno en cualquier conjunto de circunstancias; es decir elegir el propio camino. . . “(Págs. 86-88)
Incluso bajo estrés físico y emocional extremo, podemos elegir nuestro comportamiento -sea amar y perdonar- o permanecer en odio y amargura.
La mayoría de nosotros nunca tendrá que soportar condiciones tan brutales, pero a cada uno de nosotros nos serán presentadas opciones a lo largo de nuestras vidas.
Debemos elegir si ser o no valientes, desinteresados y fieles; o entre inclinarse ante el miedo y perder nuestra dignidad humana, o luchar por nuestro propio camino, principalmente en tiempos de grave dificultad.
Nuestra moral y ética serán probadas en varias ocasiones a lo largo de nuestras vidas. No podemos alegar, como lo hicieron algunos de los nazis acusados de crímenes de guerra que se defendieron diciendo: “No tuve elección …. Sólo estaba siguiendo órdenes.”
La verdad es que siempre tendremos la opción de caminar de acuerdo con los valores de la Toráh o de andar por ese camino ancho que conduce a la destrucción.
Notas explicativas
Devarim 29:10
La expresión: vosotros estáis ante, ocurre casi 300 veces en la Biblia y siempre en conexión con algún contrato, pacto o acuerdo.
Devarim 29:11
TODOS fueron invitados a entrar en el BRIT (pacto) con Yehováh: desde el más adulto hasta el más joven; tanto los varones como las mujeres y desde el nativo hasta el extranjero, toda esta multitud mixta tuvo oportunidad de vincularse al Reino del Padre de manera voluntaria y libre con el propósito descrito en el versículo 13.
Devarim 29:12
Esta es una severa advertencia para evitar razonar los acuerdos del Pacto. Cuando decidimos seguir a Yeshúa, entramos en un Pacto por el cual nos ligamos a obedecer sus Mandamientos. Ningún argumento en su contra, es válido.
Devarim 29:13
Al entrar en el pacto, nos convertimos en el Pueblo de Yehováh y reconocemos que Él es nuestro Dios.
Devarim 29:14
Alianza es sinónimo de Pacto. Pacto: convenio o tratado en que se recogen los términos en que se alían dos o más partes.
Devarim 29:15
Nosotros estamos incluidos en el pacto o alianza mediante las palabras: “con los que no están con nosotros hoy”, porque o bien, somos Yisrael por descendencia genética, o hemos venido a ser parte de Yisrael por adopción cuando sometimos nuestra vida a Yeshúa.
Devarim 29:18-21
Entrar en el pacto, implica una responsabilidad de obediencia a la Toráh. Quien lo hace, no se puede confiar en que por haber afirmado verbalmente que entra, ya tiene asegurada su relación con Yehováh y su destino eterno; es necesario un caminar que ponga en evidencia que permanece en tal pacto.
Devarim 29:22-28
Este párrafo describe de manera clara las consecuencias de dejar, descuidar o abandonar el Pacto con Yehováh. Las naciones, que siempre han estado mirando como con una lente al pueblo de Yehováh, entenderán y testificarán de las consecuencias funestas de la desobediencia a la Toráh y de la ruptura del Pacto.
Devarim 29:29
Hay muchas cosas que Yehováh ha determinado no revelar. Sólo nos permite saber aquello que concierne al cumplimiento de Su Plan Eterno. Teniendo esto presente, respecto a lo no revelado de manera explícita, podemos investigar y tratar de hacer deducciones; pero no podemos afirmar doctrinas porque lo que no revela claramente la Palabra, cae en el terreno de lo especulativo.
Devarim 30:1-8
Una vez expatriados, en medio de las naciones, es requerido recapacitar y volverse a Yehováh de todo corazón y con toda el alma; cosa que se hace evidente cuando habiendo despertado, ardemos en deseos de obedecer la Toráh de nuestro Padre.
Entonces, no importa lo lejos que nos hallemos de la tierra prometida a nuestros ancestros; de allí nos recogerá Yehováh nuestro Dios y desde allí nos tomará y nos devolverá a la tierra que poseyeron nuestros padres, para ser poseída por nosotros.
Yehováh entonces se deleitará de nuevo en nosotros y nos hará abundar en toda clase de bendiciones, por haber obedecido su Toráh y por habernos vuelto a Él genuinamente.
Devarim 30:12-14
Esta porción es parafraseada por Shaúl (Pablo ) en Romanos 10:6-10, para expresar que la entrada a este Pacto es gratuita y que no hay condición aparte de la propia decisión del individuo. Otra cosa es mantenerse dentro de él.
Devarim 30:15-16
La elección está delante de cada uno: Elegir la vida – el bien; o elegir la muerte – el mal. Es un asunto de decisión personal, nada más. Elegir la vida, le permite a Yehováh bendecirnos; Él no puede hacerlo si elegimos la muerte. Esto resulta obvio, pero muchos no lo entienden y se mantienen pidiendo bendiciones de Yehováh en cosas que están contrarias a su Toráh. ¿Responderá Él tales peticiones? Ejemplos: Que bendiga alimentos que Él ha declarado inmundos; que bendiga negocios que son injustos, etc.
Devarim 30:17-18
La permanencia en la Tierra Prometida, está estrechamente ligada a la lealtad a Yehováh. La idolatría siempre se presentará con atuendos diferentes para seducir a sus hijos; pero en nosotros está el discernir tales engaños para mantenernos fieles no poniendo nuestra confianza en otros dioses: ciencia, tecnología, ideologías, gobernantes, etc.
Devarim 29:19-20
Los cielos y la tierra son llamados como testigos de que esta opción no ha sido dada, y ellos serán llamados para testificar en contra de quienes afirmen que tal cosa nunca sucedió.
Escoge pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando a Yehováh tu Dios, obedeciendo su voz y siéndole fiel. Porque Él es tu vida y prolongación de tus días…
La elección es de cada uno. Cada persona debe decidir cómo responderle: Con argumentos para continuar con una tradición pagana que nos hace aborrecibles ante Él, o simplemente con obediencia sin reparos y de corazón, lo que traerá como consecuencia bendiciones para nosotros y nuestra descendencia.