jacob-y-raquel

Bereshit 35:9 – 36:43 | Vayar Elohim

Parashá Trienal – Bereshit (Génesis) 35:9 – 36:43

Nombre de la Parashá: Vayar Elohim – Apareció Elohim

Lecturas Complementarias: Isaías 43:1-7 | Mateo 11:25-30

Segundo Oráculo en Beth’el

En los versos iniciales de esta porción, se nos narra de nuevo el origen del cambio de nombre de Ya`akov, quien en adelante se llamará Yisrael. Así apareciéndose Yehováh a Ya`akov en Beth’El, le reafirma sus promesas. El contenido de éstas es común a las promesas hechas a Avraham: Será fructífero, se multiplicará, será una gran nación y multitud de naciones, y habrá reyes que procederán de su descendencia, y finalmente le entregará en herencia la tierra que fue asignada a su abuelo Avraham.

En esta ocasión Yehováh, se identifica como ‘El- Shaday, título con el que se había revelado previamente a Avraham en Génesis 17.1; recordemos que también Yitsjak utilizó el título de ‘El-Shaday para bendecir a Ya`akov antes de su partida para Padam-Harám.

No debemos pasar por alto que esta renovación ocurre precisamente después de dos eventos que ponen de manifiesto la condición real, y poco recomendable, de la familia de Ya`akov: La idolatría y el ajusticiamiento de los hombres de Shekhem. ¿Qué significa esto? ¿Que podemos andar tranquilamente en la injusticia, sin preocuparnos de que Yehováh se inmute al respecto? ¡No! ¿Significa entonces que Yehováh pasa por alto el pecado de sus escogidos? ¡tampoco! o quizás que cuando se trata de su pueblo, ¿Yehováh tiene otro estándar? ¡Nunca! Más bien, lo que aparece magnificada es la fidelidad continua de Yehováh a sus promesas del pacto y señala una verdad más simple pero gloriosa: que el ‘Elohim de Avraham, Yitsjak y Ya`akov es un Padre lleno de misericordia, compasión y bondad, cuyo propósito es alcanzar personas imperfectas e injustas para traerlas a su familia.

De hecho lo que veremos en el resto de la historia del Génesis es cómo Ya`akov y sus hijos van siendo transformados a Su semejanza por medio de circunstancias difíciles que tendrán que enfrentar durante sus vidas. Y esa es nuestra esperanza y nuestra confianza. Esperamos que la obra que Él comenzó en nosotros, la terminará; y confiamos en que cumplirá fielmente todas sus promesas.

Muerte de Rajel

Desplazándose hacia el sur, en busca de la casa de su padre, Ya`akov, de ahora en adelante Yisrael, parte hacia Hebrón; pero en el trayecto, llega el tiempo para Rajel de dar a luz. Rajel sabe que está muriendo y nombra a su hijo Ben-oni, que significa: Hijo de mi tristeza. Pero Yisrael le cambiará e nombre por Binyamin: hijo de la mano derecha.

Rajel muere cerca de Efrata, que era el nombre antiguo para Beth-Lehem (Casa del pan), donde Yisrael la sepulta y marca el lugar de su tumba con un pilar de piedra – Génesis 35.20

¿Está la muerte temprana de Rajel, vinculada con las palabras de Ya`akov ante Labán cuando éste le hizo el reclamo de los terafines? Yisrael, en ese entonces Ya`akov, le había dicho: “aquel con quien halles tus dioses, que no viva” (Bereshit 31:32), ignorando que Rajel era quien los había hurtado. Sin embargo, debemos notar que las palabras de Ya`akov hacen referencia a la persona con quien Labán “hallara sus dioses”, y en la práctica, él no los halló.

La trágica y prematura muerte de Rajel, la hace diferente de las otras tres matriarcas: Sarah, Rivka, Leah, quienes fueron sepultadas con sus maridos en la cueva de Majpela. Rajel yace sola en el camino a Bet-Lehem y será la voz a la que se refiere el profeta Jeremías cuando anuncia la futura muerte de los infantes a manos de Herodes.

La Descalificación de Ruben

Génesis 35:22 afirma que Rubén el hijo mayor de Yisrael se acostó con Bilah, la que fue sierva de Rajel y que era concubina de su padre. Si bien Yisrael nunca reconoció a estas dos mujeres como esposas legítimas, conforme a la costumbre de la época, le pertenecían a él y le debían fidelidad al igual que sus esposas.

 

Los libros de Jubileos y de Yashar dan versiones diferente de lo ocurrido. Jubileos dice:

Ya`akov se fue y habitó al sur de Hebrón. Y en la luna nueva del décimo mes, él y su mujer Leah fueron a su padre Yitsjaq. 2 Y Rubén vio secretamente a Bilah, sierva de Rajel, concubina de su padre, bañándose en agua y la amó. 3 Y se escondió por la noche, y entró de noche en la casa de Bilah, y la halló durmiendo sola en un lecho. 4 Y se acostó con ella; entonces ella se despertó y vio, y he aquí Rubén estaba acostado con ella en la cama, y ​​ descubrió el borde de su manto, lo agarró y clamó, y descubrió que era Rubén. 5 Ella se avergonzó por causa de él, y soltó su mano y él huyó. 6 Y se lamentó mucho por esto, y no se lo contó a nadie. Y cuando Ya’akov volvió y la buscó, ella le dijo, “No soy limpia para ti, porque he sido profanada para ser tuya; 7 Porque Rubén me ha deshonrado, y se ha acostado conmigo en la noche, y yo estaba durmiendo, y no lo supe hasta que descubrió mi falda y se acostó conmigo. 8 Y Ya’akov se enojó sobremanera con Rubén porque se había acostado con Bilah, y había descubierto la intimidad de su padre. Jubileos 33.1-8

Yashar da una versión diferente. El caso es que la primogenitura ya no podía concedérsele a Rubén a causa de esto; tampoco al segundo hijo, Shimeón quien había participado con Levy, el tercer hijo, en los sucesos de Shekhem. Así el cetro de gobierno habría de pasar a manos de Yahudáh, el cuarto hijo. Y la primogenitura es entregada a Yosef, cosa que veremos más en detalle al llegar a ese lugar de la narración. Por ahora veamos la narración que de este hecho hace 1Crónicas 5.1-2

Hijos de Rubén, primogénito de Israel (porque él era el primogénito, pero habiendo profanado el lecho de su padre, su primogenitura fue dada a los hijos de Yosef ben Israel, pues no era posible registrarlo como primogénito; y aunque la primogenitura correspondía a Yosef, Yahudáh prevaleció entre sus hermanos, pues de él procede el príncipe). 1 Crónicas 5.1-2

Muerte de Yitsjak

Habiendo llegado Yisrael a Mamre, halló la tienda de su padre, en el mismo lugar que había habitado Avraham, cerca de la cueva de Macpela, donde sería sepultados Yitsjak. Murió a la edad de ¡180 años! Recordemos que cuando Yitsjak le pidió a su Esav que saliera a cazar, el propósito era darle la bendición porque creía que estaba próxima su muerte; tal parece que Yitsjak fue una persona que hoy llamaríamos hipocondríaca, pensando continuamente que su muerte estaba cerca cuando aún le quedaban decenas de años por delante.

Déjanos tu comentario