Screenshot 2018-12-30 12.27.15

Bereshit 43:24 – 44:17 | Betáh Yosef

Parashá Trienal – Bereshit (Génesis) 43:24 – 44:17

Nombre de la Parashá: Betáh Yosef – A casa de Yosef

Lecturas Complementarias: Jeremías 42:12-17; 43:12-14 | Mateo 6:19-24

Luego de liberar a Shimón, el siervo de Yosef les condujo a su casa y les dio una amable recepción. Ellos a su vez prepararon los regalos para el gobernador y esperaron que llegara para comer con ellos al mediodía. Así tuvieron tiempo para conversar son Shimón, quien seguramente les contó cómo fue el tiempo de su cautiverio. El libro de Yasher nos da algunos datos probables al respecto:

4 Al mediodía Yosef mandó que los hombres vinieran ante él con Binyamiyn, y los hombres le dijeron al superintendente de la casa de Yosef acerca de la plata que había sido devuelta en sus sacos, y él les dijo: “Está bien, no temáis”, y les trajo a su hermano Shimón. 5 Y Shimón dijo a sus hermanos: “El señor de los mitsritas me ha tratado muy amablemente, no me mantuvo inmovilizado como habéis visto con vuestros ojos, sino que cuando salisteis de la ciudad me dejó libre y me trató amablemente en su casa.”
Yasher 53:4-5

Sin embargo, tan agradable recepción, debió producir mayor aprehensión en todos ellos; así que cuando llegó Yosef, de nuevo se postraron ante él, cumpliendo así una vez más el sueño que este había tenido en su juventud. Ahora, ante la presencia de Binyamin su hermano menor y tras un corto diálogo, Yosef se quebrantó y tuvo que apartarse para llorar a solas.

Yosef ordenó servir la comida y sus siervos organizaron dos mesas separadas convenientemente conforme a la costumbre; a continuación Yosef hizo sentar a sus hermanos en orden de nacimiento, del mayor al menor, lo cual resulto asombroso e intimidante para ellos. Entonces sirvieron la comida, y Yosef le dio un trato especial a su hermano Binyamin, haciéndole servir una porción mucho mayor que la de ellos, mostrando así su preferencia por él.

Observemos que lo que está sucediendo, es la prueba que Yosef planeó para sus hermanos. Él deseaba saber si en realidad estaban arrepentidos de lo que le habían hecho; y la mejor manera de probarlo era recreando las mismas circunstancias que detonaron aquel triste y vergonzoso suceso que terminó convirtiéndolo en esclavo. ¿Cómo reaccionarían sus hermanos al ver que Binyamin el menor e hijo de Rajel estaba siendo preferido? ¿Despertarían de nuevo sus celos y estarían dispuestos a abandonarlo en Mitsráyim? Así Yosef estudió a sus hermanos para ver sus reacciones.

La prueba de la copa

Yosef entonces ordenó llenar los costales de sus hermanos y depositar la copa suya en el costal de su hermano menor. Los despidió y a continuación envió a su siervo tras ellos. Ante el reclamo que este les hace respecto a haberse llevado la copa de su señor, ellos responden:

¿Por qué habla mi señor tales cosas? ¡Lejos sea de tus siervos hacer cosa semejante! He aquí, la plata que hallamos en la boca de nuestros costales, te la volvimos a traer desde la tierra de Kenaán, ¿cómo, pues, hurtaríamos de la casa de tu señor plata u oro? Aquel de tus siervos en quien sea hallada, que muera, y nosotros también seremos esclavos de mi señor.
Génesis 44.7-9

Podemos recordar otro suceso similar que ocurrió a Ya`akov cuando huía de su suegro Labán. Rajel había tomado los ídolos de su padre y se había sentado sobre ellos para esconderlos, sin el conocimiento de Ya`akov. Ante la acusación de Labán, Ya`akov pronunció una maldición que terminó cobrando la vida de su esposa Rajel días más tarde, cuando dio a luz precisamente a Binyamin.

Ahora los hermanos de Yosef pronuncian un juicio similar: Aquel de tus siervos en quien sea hallada la copa, ¡que muera!  De manera similar a Ya`akov, quien ignoraba que los terafines estaban en posesión de Rajel, ellos no sabían que la copa se hallaba en el costal de su hermano menor, y se atrevieron ha hacer tal declaración temeraria. Pero… ¿Por qué en este caso no se cumplió la maldición? Porque afortunadamente, el siervo de Yosef corrigió inmediatamente la declaración, pues su señor había dicho: “Aquel en quien se halle la copa será mi esclavo y vosotros seréis libres.” Al pronunciar estas palabras, el siervo rectificó el juramento de ellos, lo cual quedó confirmado por su silencio al respecto.

Labán reclamó que Ya`akov había tomado sus ídolos que él usaba para adivinación; Yosef por su parte, instruyó al siervo para que dijera que ellos habían tomado la copa que era usada para adivinación, lo cual aludía a la historia Rajel bien conocida por ellos; ¿estaría Yosef tratando de dar más pistas a sus hermanos para hicieran las conexiones pertinentes?

En el antiguo cercano oriente, había diferentes medios de adivinación, uno de los cuales consistía en dejar caer gotas de aceite en una vasija – o copa con agua, para “leer” el porvenir de los interesados. Sabemos que Yosef no estaba involucrado en este tipo de cosas agoreras y ocultistas, porque él dependía solamente del Ruaj de Yehováh; pero así sus hermanos pensarían que él era realmente un mitsrita pagano y nada más.

Una lección práctica para nosotros

Así sucedió, que de manera astuta y muy brillante, Yosef recreó las mismas circunstancias, que debían ser familiares para sus hermanos, y ellos cometieron el mismo error que Rajel al apresurarse a hacer un voto tan serio. Valga la lección para nosotros hoy: Antes de comprometernos a algo o de anunciar consecuencias comprometedoras, debemos conocer los hechos a fondo; así evitaremos hablar de más y vernos involucrados en situaciones que no serán de nuestro agrado y conveniencia.

Déjanos tu comentario