Encuentro de Yosef

Bereshit 44:18 – 46:27 | Vayigash

Parashá Trienal – Bereshit (Génesis) 44:18 – 46:27

Nombre de la Parashá: Vayigash – Se acercó

Lecturas Complementarias: Josue 14:6-15 | Lucas 24:13-27

La parashá anterior terminó dejándonos con la expectación de cómo Yosef resolvería finalmente el asunto con sus hermanos. Quienes, acusados ahora de haber robado la copa del gobernador, no tienen ni idea delante de quién se encuentran, ni de cómo ha de terminar todo esto.

El plan de Yosef da resultado: decide retener a Binyamin para ver la reacción de los hermanos, y efectivamente Yahudáh sale en su defensa ofreciéndose a tomar su lugar. Los hermanos hacen la conexión entre su presente situación y lo que hicieron en el pasado a su hermano Yosef ahora desaparecido para ellos. Así Yosef comprueba que sus hermanos no solo están arrepentidos, sino que no están dispuestos a dejar atrás a su hermano menor.

Preámbulo de la confrontación entre los dos Reinos de Israel

Una vez más podemos ver cómo los sucesos que ocurren a los ancestros, son el anuncio de lo que sucederá con las generaciones venideras. Aquí vemos a Yosef, quien más tarde vendrá a ser representado por Efráyim, o el reino del Norte, enfrentándose con Yahudáh, quien más adelante será el reino de Yahudáh o reino del Sur. Esa confrontación será permanente, ¡hasta nuestros días!

Yahudáh representa la monarquía de David, mientras que Yosef representa la monarquía de Yeroboam, quien fue el primer rey de las tribus del Norte, una vez que se separaron de la Casa de Yahudáh. Curiosamente, los ancianos de Israel, pensaban que esta división en dos reinos, era el anticipo de dos Mesías: uno procedente la Casa de David y otro procedente de la Casa de Yosef. El primero anticiparía el reinado del Mesías triunfante, mientras que el segundo representaría un Mesías sufriente.

Nosotros, entendemos que Yeshúa es el Mesías sufriente y que, siendo de la Casa de David, encarnará también al Mesías triunfante en su Segunda Venida.

Regresando a la historia, vemos cómo Yahudáh respondió argumento tras argumento a Yosef, hasta alcanzar su corazón y lograr que este finalmente se diera a conocer a sus hermanos. Esto se entiende como la final reconciliación que habrá entre las dos Casas, la Casa de Yahudáh y la Casa de Efráyim. Precisamente Ezequiel 37:15-28 muestra cómo el profeta mediante la profecía de los dos palos, cada uno representando a una de la Casas, vendrán a ser uno solo finalmente bajo el reinado del Mesías Davídico:

Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor, y andarán en mis preceptos, y guardarán mis estatutos, y los pondrán por obra. Ezequiel 37:24

La prueba de arrepentimiento

Yahudáh continúa su discurso explicando cómo el alma de su padre está ligada a la de Binyamin, por lo cual se ofrece a quedarse en lugar suyo como esclavo, para no causar dolor a su padre. Es evidente que no estaba dispuesto a cometer el mismo error que había cometido con su hermano Yosef en el pasado cuando propuso venderlo a la caravana de esclavos. Ahora Yahudáh quien era garante de la vida de Binyamin, no está dispuesto a permitir que algo funesto suceda a su hermano menor.

El arrepentimiento genuino, conduce a un cambio de acciones y de actitudes igualmente; y es lo que Yosef observa en Yahudáh y sus hermanos. Lamentablemente, la demostración de arrepentimiento solo es posible cuando estamos frente a una tentación de nuevo; mientras esto no suceda, lo que hayamos pronunciado son solo palabras. Los hermanos podían haberse lamentado a lo largo de su vida; pero hallarse de nuevo en una situación similar a aquella en la actuaron tan erróneamente, es lo que demostraría que estaban en el camino de la corrección.

Yahudáh, al ofrecerse como esclavo en lugar de su medio hermano menor, estaba también siendo una sombra del Mesías sufriente, quien tomó nuestro lugar, el lugar de sus hermanos menores, para enfrentar la muerte en lugar de nosotros:

Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. Juan 15.13

Yosef se muestra a sus hermanos

Una vez satisfecho con la demostración de arrepentimiento de sus hermanos, Yosef procede a darse a conocer a ellos; ordena que salgan todos, incluso el intérprete que hasta entonces muy seguramente había utilizado, y procede a hablarles en su lengua madre: Any Yosef – Yo soy Yosef. Nuestra imaginación no alcanza a recrear el drama completo, ni cómo se debieron sentir sus hermanos en ese momento: sentimientos de alivio, de admiración, de confusión, de incredulidad, de alegría, de rabia, de culpa, etc, ¡todos juntos! Lo cierto es que acababan de ser protagonistas del cumplimiento de los sueños de su hermano, y en adelante sus relaciones cambiarían. No en vano vivieron con el temor de una venganza, cosa que expresaron a la muerte de su padre. Pero Yosef había comprendido muy claramente en su corazón que todo había estado siempre bajo el control de Yehováh y que no se tomaría ninguno de los sucesos del pasado, como asuntos personales.

Preservación de un Remanente

Dentro de todo el diálogo, aparecen unas palabras que de nuevo son una sombra de lo que sucederá al final:

’Elohim me envió delante de vosotros para preservaros un remanente en la tierra y para daros vida por medio de una gran liberación. Génesis 45.7

Sabemos que lamentablemente no todo el mundo será salvo. Yosef encarna al Mesías quien vino para preservar la vida del remanente que será fiel, es decir, a quienes seguimos sus instrucciones. De hecho, así fue en aquella ocasión: solo quienes siguieron las pautas dadas por el gobernador, pudieron conseguir lo que les fue necesario para preservar sus vidas.

De la misma manera que el rechazo de Yosef por parte de sus hermanos, resultó en una bendición para todo Egipto y las naciones cuando sucedió la hambruna; el rechazo de Yeshúa por parte de su pueblo, dio lugar a una bendición para el resto del mundo, el cual ha podido beneficiarse al tener la oportunidad de conocerle y seguirle como el Mesías. Es a esto que se refiere el apóstol Shaúl en Romanos capítulo 11:

Digo, pues: ¿Acaso tropezaron para caer? ¡De ninguna manera! Pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarlos a celos. Y si su transgresión es riqueza del mundo, y su fracaso la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?
Romanos 11.11-12

20 Años – 2000 Años

La separación de Yosef de su familia, duró 20 años. Entonces cuando llegaron sus hermanos no se precipitó a revelarse a ellos, sino que los puso a prueba para saber si eran dignos y estaban preparados para él darse a conocer a ellos. Cuando llegó el momento, Yosef no solo se reveló sino que envió por su padre y el resto de su familia, con toda rapidez.

De manera similar, el Mesías ha estado separado de su pueblo durante ¡dos mil años! Y el tiempo está llegando cuando Él se esta dando a conocer a sus hermanos igualmente. Pero también está a la espera de si seremos dignos; de si habremos cambiado nuestros corazones y actitudes; y muy probablemente seamos probados de diversas maneras como lo fueron los hermanos de Yosef. Entonces, llegado el momento oportuno, se revelará plenamente; su pueblo lo reconocerá y él precipitará la reunión de toda la familia para cuidarla, protegerla y proveer todo lo que esta necesita.

De la misma manera como Yosef apresuró a sus hermanos para traer a su padre y el remanente de su familia, una vez que inicien los eventos que conducen a su revelación, los sucesos de nuestra era se precipitarán y rápidamente irán en sucesión hasta llegar el momento de la reunión de todo su pueblo. Apocalipsis 22.20: “Si. ¡Vengo pronto!”

El Rol de Binyamin

El hermano menor de Yosef juega un rol igualmente importante en toda la narración. Siendo el hermano menor, hijo de la madre de Yosef, parece representar a los judíos mesiánicos, que no rechazaron el testimonio del Mesías.

Binyamin estuvo ausente cuando se dio el complot de sus hermanos para deshacerse de Yosef. A lo largo de toda la historia no aparece de manera activa, pero emerge al final cuando Yosef le da un papel protagónico al servirle una porción preferencial de comida, mayor que a sus hermanos, y posteriormente cuando ordena poner su copa en el costal de este; luego es a él, a quien reclama como esclavo y así toda la narración convierte a Binyamin en el centro de la escena. Al darse a conocer, Yosef alude a todo lo que ha sucedido con Binyamin, ante la incredulidad de sus hermanos:

Y por cierto, vuestros ojos pueden ver, y los ojos de mi hermano Benjamín, que es mi boca la que os habla. Génesis 45.12

Yosef estaba escondido detrás de ropajes egipcios hablando por medio de un intérprete, y simulando no saber la lengua de sus hermanos. De manera similar ha sucedido con Yeshúa dentro del cristianismo, que ha escondido su identidad del Mesías Hebreo, al vestirse con ropajes de cultura griega, haciéndose irreconocible para sus hermanos yahuditas. Pero así como al final de todo el drama, lo sucedido con Binyamin, es decir el trato que Yosef le había dado a su hermano menor, les ayudará a abrir los ojos al resto de los hermanos; al final lo que está sucediendo con los yahuditas que no han rechazado al Mesías, ayudará a que el resto de Yahudáh abra también sus ojos para reconocerlo.

Detalles para explorar en el resto de la Parashá

Si bien, esta porción es larga, también es densa en contenido. Y nos faltaría espacio y tiempo para agotar todos los detalles que se hallan escondidos en ella. A continuación hacemos una lista de los detalles que el lector estudioso y ansioso de descubrir la Verdad, podrá hallar:

  • ¿Qué representaron los regalos que Yosef envió a su familia?
  • La recomendación de no discutir por el camino, ¿A qué se debió? ¿Qué buscaba evitar? Ver Isaías 11.13
  • Considera los detalles que debió envolver la comunicación de la noticia a Ya`akov, respecto a que Yosef estaba vivo. ¿Qué significa que su espíritu revivió?
  • Ya`akov, busca la dirección de Yehováh, antes de partir. Genesis 46.1-4
  • La última aparición de Yehováh.
  • Los Setenta que entraron en Mitsráyim.

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