Si hay un personaje de la Biblia que tuvo muchas razones justas para amargar su corazón y desarrollar un espíritu de resentimiento, ese fue Yosef! Veamos:
Criticado por sus hermanos desde pequeño.
Odiado por ellos y objeto de su burla.
Víctima de intento de asesinato por parte de ellos.
Vendido como esclavo por sus hermanos
Separado de su padre
Acusado de ser abusador sexual siendo inocente
Olvidado por el copero de Faraón a quien había beneficiado con la interpretación de su sueño.
Ante todo lo anterior, Yosef pudiera haber desarrollado un espíritu de amargura y resentimiento que hubiera descargado en quienes tuviera alrededor suyo, haciéndoles sufrir injustamente; sin embargo eligió otro camino: Confiar en la perfecta soberanía de Yehováh y en que Él, seguramente tendría un propósito para todo lo que le permitió atravesar. Yosef entendió que estaba en un entrenamiento que a su tiempo daría fruto y así fue:
Yosef les dijo: No temáis, pues ¿acaso estoy yo en lugar de ’Elohim? Aunque vosotros pensasteis mal contra mí, ’Elohim lo encaminó para bien, para hacer como en el presente, para mantener vivo a un pueblo numeroso. Así pues, no temáis, yo os sustentaré a vosotros y a vuestros pequeños. Luego los consoló y les habló al corazón.
Génesis 50:19–21
Este diálogo con sus hermanos, nos permite desentrañar lo que hubo en la mente y el corazón de Yosef durante el tiempo de su prueba y a la vez descubrir cómo se protegió de los pensamientos destructores que hubiera podido albergar y que le hubieran llevado a desarrollar sentimientos oscuros contaminando su vida e incitándole a vengarse de sus hermanos cuando fuera oportuno.
Yehováh es Soberano
Yeshúa lo declaró de una manera muy explicita cuando afirmó:
No temáis a los que matan el cuerpo pero al alma no pueden matar, temed más bien al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. ¿Acaso no se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Y en cuanto a vosotros, aun los cabellos de la cabeza, todos están contados.
Así que, no temáis, más valéis vosotros que muchos pajarillos.
Mateo 10:28–31
¿Lo percibes? La soberanía de Yehováh es absoluta! El hecho de que Él no esté diciéndonos minuto a minuto: “oye… tranquilo que Yo tengo el control”, no significa que las circunstancias por las que estamos atravesando se hayan escapado a su soberanía.
En realidad necesitamos ser entrenados en el ejercicio de la fe, la cual se manifiesta en la obediencia sin reparos a su Toráh o instrucciones, tal como lo hizo Yosef, aún en los momentos más oscuros. Este había recibido los parámetros para una vida íntegra de parte de padre Yitsjaq y su abuelo Avraham, y eso fue suficiente para someter su vida a ellos.
Por supuesto que habían razones justificadas para desarrollar un espíritu vengativo y para haber descargado en sus hermanos toda la frustración e ira acumulada a lo largo de 15 años de injusto sufrimiento. Pero la confianza en que había un Ser Todopoderoso controlando sus circunstancias y el entendimiento de que todas ellas tenían un propósito hicieron la diferencia.
Así llegado el momento oportuno, Yehováh reveló el futuro al Paroh mediante un sueño que solo Yosef podría interpretar y esto le abrió las puertas para salir de su cruel situación y para llevarle al puesto de mayor honra que alguien pudiera ostentar en ese tiempo.
Para Yehováh no hay nada imposible…! Aunque pensándolo bien, sí hay un par de cosas que Él no puede hacer: Obrar injustamente y manipular nuestras vidas en contra de nuestra voluntad; porque siendo Él respetuoso del libre albedrío con el cual nos equipó, no puede violar esa libertad que nos otorgó: nos respeta a pesar de que decidamos volvernos contra Él y aunque decidamos hacer nuestra voluntad y no la Suya.
Pero cuando hacemos la decisión correcta, confiando plenamente en que aún las circunstancias más difíciles de la vida, tienen un propósito de acuerdo a Sus planes eternos, entonces nuestra mente y corazón son libres y esperan en el tiempo Suyo para entender las razones de nuestro entrenamiento permitiéndonos entonces cumplir con Su plan perfecto.
No lo olvides: Yehováh NUNCA, NUNCA, NUNCA, se equivoca y en TODO, TODO, TODO lo que permite que ocurra en tu vida tiene un propósito. Tan solo haz la decisión correcta ahora.