Parashá Trienal – Bereshit (Génesis) 17:1-27
Nombre de la Parashá – Avram – Abram
Lecturas Complementarias: Isaías 63:10-19 | Romanos 4:10-25
Pasaron más de diez años antes de que Yehováh apareciera de nuevo a nuestro padre Avram. Para entonces contaba con 99 años y ¡nada que se cumplía la promesa! Pero había llegado el tiempo. Yehováh le asegura que el pacto está aún en pie y una vez más le reitera varias promesas siguiendo un patrón quiástico* , lo cual significa que en los versos 7 y 8 hay una simetría inversa que hace mas significativo y hermoso el contenido:
1 – Serás padre de una multitud de naciones
2 – No te llamarás más Avram
2 – Sino que te llamarás Avraham
1 – Serás padre de una multitud de naciones
Avram significa: Padre exaltado, mientras que Avraham significa: Padre de muchos. En la Biblia, el cambio de nombre significa un cambio de propósito o de destino. Yehováh mismo otorgó los nombres a los patriarcas: a Avram lo llamó Avraham; a Yitsjaq, Él mismo le dio el nombre antes de nacer; y a Ya`akov lo renombró Yisrael.
Cómo lo entendió Shaúl (Pablo)
Shaúl (el apóstol Pablo), halló que el nombre de Avraham tenía un nuevo significado y lo usa como prueba de que las buenas noticias acerca de Yeshúa (evangelio), son para todas las naciones:
Abraham, el cual es padre de todos nosotros, como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes, …el cual, contra esperanza, creyó en esperanza, para llegar él a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que le había sido dicho: Así será tu descendencia [como las estrellas del cielo]. Romanos 4.17-18
Según la interpretación de Shaúl, los gentiles temerosos de Yehováh, vienen a ser “hijos de Avraham” por la fe en Yeshúa, quien a su vez es descendiente de Avraham. De esta manera Avraham se convierte en el padre de muchas naciones.
Aquí surge un tema que se presta para una larga discusión, pero que por razones de espacio solamente dejaré planteado, para que el lector haga su propia investigación y razonamiento.
- ¿Qué significaba para Shaúl el término “gentiles“? ¿Eran paganos sin conexión alguna con el pueblo de Yisrael? o eran posibles descendientes de las “tribus perdidas” que en el tiempo de su ministerio estaban despertando a su fe ancestral y por tanto eran simpatizantes con el judaísmo de la época y por eso se acercaban a las sinagogas?
- ¿Es posible que la estrategia de Yehováh para alcanzar multitud de pueblos, todos aquellos que no tenían conexión alguna con Abraham, haya sido la dispersión del pueblo de Yisrael para permitir que al mezclase con las otras naciones, conservaran en su ADN el rastro de ser hijos de Abraham para poder entonces incorporar individuos de “muchas naciones”, cumpliendo así la promesa hecha a Abraham?
La señal del Pacto
Este es mi pacto que guardaréis entre Yo y vosotros y tu descendencia después de ti: Que todo varón entre vosotros sea circuncidado. Circuncidaréis la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre Yo y vosotros. Génesis 17.10-11
Yehováh ordena a Avraham ejecutar la circuncisión como una señal de estar en su pacto. Notemos que no dice, que la circuncisión será un requisito para alcanzar la salvación. Es simplemente una señal que autentica a aquellos que hemos aceptado entrar en pacto con Yehováh. En general podemos hallar varias señales de diversos pactos:
- El arco iris, señal de un pacto con toda la humanidad, por lo cual es visible para todos.
- El Shabbat, señal de quienes son el pueblo de Yehováh. Solo lo observamos quienes nos consideramos parte de Su pueblo Yisrael.
- El Templo, señal de su pacto con la dinastía de David.
- La circuncisión, señal de quienes aceptamos entrar en pacto con Yehováh, visible solo para cada individuo.
Es notable que Avraham tenía 99 años cuando se circuncidó; su hijo Yismael tenía 13. En el mismo día Avraham y toda su casa, incluyendo a todos los varones que habitaban con él fueron circuncidados. Y esto es un buen ejemplo de que, quien desea realmente obedecer los mandamientos de Yehováh, se puede circuncidar cualquiera sea su edad.
Así es que la semilla que habría de dar origen a la descendencia de la cual habría de venir el Mesías, debería pasar a través de un órgano circuncidado, uno que tuviera la señal del pacto con Yehováh. Por eso Yismael no podía ser heredero de la promesa.
¿Nos debiéramos circuncidar hoy, quienes estamos retornando a las raíces de nuestra fe?
Mi convicción personal es que sí lo debiéramos hacer. No porque esto sea un requisito para salvación, ni porque signifique que nos estemos convirtiendo al judaísmo, sino simplemente porque es uno de los mandamientos que se hallan en la Toráh. Si quienes hemos sido despertados a nuestra identidad real, hemos comprendido el valioso significado de la obediencia a ella, entonces entendemos que todo lo que nuestro Abba ordena es para nuestro bien, y bien cabe la pregunta: ¿por qué no hacerla? Independientemente de lo que digan quienes nos rodean, esta es una señal íntima y muy personal por cierto, que cada uno de sus hijos lleva sobre sí, y que nos permite recordar muy frecuentemente que nos hallamos en pacto con Él. Un pacto eterno, que nos aparta del mundo circundante y nos mantiene enfocados en la búsqueda del propósito para el cual fuimos creados.
Notemos que no solo Avraham y su familia en la carne debería ser circuncidada, sino también todo varón que habitara en su casa. Para ellos no fue una elección como lo fue para Avraham. Aún los extranjeros que fueran adquiridos para ser parte del entorno de Avraham deberían también ser circuncidados. ¿Qué significa esto?
Parece claro sobre la base del v. 14 que el individuo mismo es quien toma la determinación con respecto a la membresía del pacto: sin embargo, “un varón incircunciso que no está circuncidado en la carne de su prepucio, esa persona será cortada de su pueblo; ha roto Mi pacto.” Notemos la declaración clara “ha roto Mi pacto.” ¿A qué se refiere esto?
En primer lugar, la decisión de ser o no circuncidado, la hace obviamente el propio hombre; lo que indica que tiene la edad suficiente para tomar esta decisión. Un varón cuyo padre descuidó el mandamiento de circuncidarlo al octavo día (por la razón que fuere), no queda excluido del pacto para siempre. En segundo lugar, observemos cuidadosamente que el texto dice “será cortado de su pueblo”, lo que indica que se lo considera un miembro de buena fe del pueblo del pacto hasta el momento en que se niegue a aceptar la señal del pacto: la circuncisión. Por lo tanto, en tal escenario, llegaría un momento en que, como miembro adulto de la familia, el hijo tendría que obedecer el mandamiento y circuncidarse. Sería su propia decisión y no la de su padre, lo que indicaría su disposición o rechazo a seguir el mandamiento de Yehováh respecto de la circuncisión, lo que a su vez se constituiría en una señal de estar en el pacto o por fuera de él.
Este “período de espera” entre el momento de su nacimiento y el momento en que tomaría personalmente una decisión con respecto a la circuncisión, puede ser ilustrativo de cómo debemos entender la circuncisión de los extranjeros que deseaban unirse al Dios de Yisrael. Como en la situación en que un padre descuidó el mandamiento de la circuncisión, y el estado del pacto de ese niño quedaba en espera de su propia obediencia personal al mandamiento al llegar a la adultez, los extranjeros que entraban al pueblo de Israel con la intención de ser miembros del pacto, eran recibidos con la idea de que finalmente, después de haber entendido los mandamientos y lo que se requería de ellos, recibirían la circuncisión como el signo de su fe en el Dios del convenio en el que ya habían creído. En el caso de que, con el tiempo, se negaran a aceptar la señal del pacto, tal desobediencia demostraría su falta de fe verdadera, y los dejaría fuera del pacto.
Esto no sería diferente de la situación en la que un varón que fue circuncidado en el octavo día se rebeló contra los mandamientos de Yehováh como adulto y también fue “separado de su pueblo”. La circuncisión debía ser un signo del pacto en el sentido de que el propio pacto se basa en la fe: una fe en que Yehováh es el Dios que hace pactos con Avraham, Yitsjak y Ya`akov, y que cumplirá sus promesas, aunque tal cumplimiento parezca imposible desde el punto de vista del hombre “.
*Quiástico, en forma de quiasmo: ordenación cruzada de dos o más palabras o grupos de palabras. Ejemplo: “Muchos que son primeros, serán postreros; y los postreros, primeros”.
En esta lectura, aparte de todo lo que aprendí de las reflexiones que nos comparte Miguel Angel, pude observar y reflexionar también en lo siguiente: YHVH vuelve a confirmarle el Pacto a Avram: le dará descendencia y tierra. Pero en esta ocasión, YHVH le pide algo a Avram: “camina en mis caminos y se sin tacha” (17:1), significa también perfecto, sin defecto, sin mancha etc.
YHVH no le había pedido a Avram que fuera íntegro antes de hacer el Pacto. El solo tenía que creer en su Creador. Sin embargo desde este momento en adelante YHVH espera que él actúe en base al Pacto y busque ser íntegro delante de YHVH .
Esto es lo mismo que YHVH espera de nosotros hoy en día. El no exige que hayamos sido perfectos en el pasado para establecer una relación con nosotros. Aún siendo pecadores, Él nos amó y nos salvó (Romanos 5:8)
Pero cuando lo reconocemos como Salvador y dueño de nuestras vidas, de allí en adelante El espera que caminemos en integridad y obediencia.