Avraham y los angeles

Bereshit 18:1-33 | Vayar Elav

Parashá Trienal – Bereshit (Génesis) 18:1-33

Nombre de la Parashá: Vayar Elav – Se le apareció

Lecturas Complementarias: Isaías 33:17 – 34:12 | Lucas 8: 40-56

Avraham: Un Excelente anfitrión

Las culturas orientales se enorgullecen de la práctica de la hospitalidad, porque las sociedades nómadas consideran que ser hospitalario aún respecto de las personas extrañas, es un asunto de responsabilidad moral. Estar viajando por los áridos parajes del desierto es muy arriesgado; y normalmente la bondad de alguien que los reciba puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Avraham y Sarah eran personas que se preocupaban realmente por este asunto.

La literatura hebrea, afirma que Avraham tenía su tienda abierta por los cuatro costados, a fin de que los viajeros pudieran llegar fácilmente de todos los puntos cardinales. Entonces Avraham los alimentaba, los protegía y los trataba de la mejor manera posible.

Después de haber llevado a cabo la circuncisión de todos los de su casa, Avraham recibe la visita de tres extraños. Diligentemente se apresura a recibirlos y a preparar comida apropiada para ellos según su costumbre. Si bien el Talmud afirma que fueron dos apariciones diferentes, una en el verso 18:1 y otra a partir del verso 2, no hay suficiente evidencia para tal afirmación. Lo cierto es que la actitud de nuestro padre Avraham hacia la gente en términos de la hospitalidad, es algo que también Yeshúa, nuestro Mesías, evaluará cuando llegue el tiempo:

Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ¡Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo! Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me acogisteis, desnudo, y me cubristeis; estuve enfermo y me visitasteis; estaba en prisión y vinisteis a mí. Mateo 25.34-36

Hospitalidad sin igual

La descripción de la diligencia de Avraham en los versos 2-8 del capítulo, nos permiten aprender muchas cosas prácticas. He aquí algunas de ellas:

  • Prontitud para recibir a los visitantes. Evidentemente no era una carga para Avraham que llegaran personas a su tienda.
  • Respeto por los visitantes. Conforme a la costumbre, Avraham se inclinó hasta el suelo en señal de respeto y bienvenida.
  • Los trajo bajo la sombra, a un lugar cómodo y proveyó agua para lavar sus pies, algo acostumbrado con los visitantes.
  • Los invitó a comer “un bocado de pan“, lo cual resultó ser en realidad un banquete que incluyó: pan, mantequilla, leche y carne de un becerro bien aderezado.

Ciertamente, esta es una gran lección. En la actualidad vivimos en un mundo egoísta, donde la indiferencia ante las necesidades de los demás parece ser la norma. Solo nos preocupamos por nuestras propias necesidades y las visitas las consideramos “una carga“. Pero no es esto lo que nos muestran las Escrituras. Avraham y Sarah, que está detrás de todo lo que sucede, fueron diligentes para atender de la mejor manera a sus visitantes, aún sin saber quienes eran ellos. No imaginamos su sorpresa cuando se enteraron de quienes eran realmente.

Nota interesante: El verso 18.9 nos narra que Avraham y su esposa, sirvieron a los visitantes, que ya sabemos quienes eran, comida que incluyó lácteos y carne; mezcla que al presente prohíbe el judaísmo a sus practicantes, basándose en el mandamiento de Exodo 23.19 que declara:

Las primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la Casa de Yehováh, tu Dios. No cocerás al cabrito en la leche de su madre.

De hecho, el mandamiento en referencia hace alusión a la costumbre cananea de realizar tal práctica como un ritual para la fertilidad de las mujeres, lo cual Yehováh prohíbe de manera inequívoca. Pero no es un mandamiento respecto de la dieta que debería observar el pueblo de Yisrael.

¿Hijos de María? o de Sarah…

El catolicismo nos enseñó que María (Miriam) la madre de Jesús, es nuestra madre.  Por eso se desarrolló el culto a ella y mucha gente la venera como intermediaria para que, por su relación con su hijo, nuestro señor, podamos conseguir lo que queramos, pidiéndoselo a ella. Nada que ver con la verdad de las Escrituras.

Tanto Shaúl como Shimón Kefa, dan a entender que si bien Avraham es nuestro padre según la fe, entonces Sarah por extensión, es “nuestra madre”: Gálatas 4 y 1 Pedro 3.5-6. Pero esto no significa que Sarah sea ni intercesora, ni que debamos rendirle culto a ella. Mas bien la referencia es una manera de llamar nuestra atención para que imitemos su estilo de vida y aprendamos tanto de Avraham como de Sarah, por medio de las experiencias que tuvieron durante su vida.

Según una interpretación de Shaúl, Sarah es “la libre” de quien somos hijos; no de Hagar la esclava. Por otro lado, este pasaje nos muestra a Sarah como una sombra de la Yerushaláyim de arriba.

El tiempo designado para la llegada de Yitsjak

Para que se cumpliera lo que nuestro Padre Yehováh había prometido, era necesario que sucediera un rejuvenecimiento milagroso tanto en Avraham (?) como en Sarah; ella por su parte ya había cesado de ovular y por su comentario, tal parece que Avraham también había cesado en sus funciones viriles.

El verso 14 nos dice algo muy interesante: “Al tiempo señalado, volveré a ti…” La palabra utilizada para tiempo señalado es moed (מֹועֵד), la misma palabra utilizada en Génesis 1:14 para referirse a los Tiempos Señalados por Yehováh. Esto parece indicar que el nacimiento de Yisjak fue en uno de los Festivales de Yehováh, probablemente en Sukkot, por la descripción que de esto hace el capítulo 16 del libro de los Jubileos. De todas maneras es notable que los eventos singulares de la historia relacionada con el Plan de Yehováh, estén alineados con sus MOEDIM; eso sería lo más apropiado.

El juicio sobre Sodoma

La narración nos conduce al asunto del juicio que se aproxima sobre Sodoma. Dos de los visitantes se alejan en esa dirección, mientras que el Otro se queda conversando con Avraham; y este Otro resulta ser Yehováh mismo (?). Obviamente, la pregunta es: ¿Cómo vio Avraham a Yehováh y no murió? Quizás era el Ángel de Yehováh que habló en Su nombre. (Ampliaremos el tema durante la reunión del Shabbat).

EL pasaje nos revela una de las perlas más valiosas que usualmente pasan desapercibidas para el lector casual. Se trata del verso 19:

…Porque lo he escogido para que instruya a sus hijos y a su casa y a sus sucesores a mantenerse en el camino de Yehováh practicando justicia y derecho, para que cumpla YHVH sobre Abraham todo cuanto ha predicho acerca de él.

La razón por la cual nuestro Padre Yehováh revela a su siervo lo que va a hacer, es que Él conoce que Avraham ha de instruir tanto a su casa como a sus sucesores, para mantenerse en “el camino de Yehováh“, practicando justicia y derecho! Esa es la tarea que se le asignó a Avraham y que él voluntariamente aceptó. Y nosotros como sus hijos, estamos bajo ese mismo pacto y tenemos esa misma responsabilidad: Mantenernos en “el camino de Yehováh” practicando la justicia y el derecho, e instruir a nuestra casa y descendencia para que hagan lo mismo.

Lo cierto es que Avraham al enterarse de lo que va a suceder en la ciudad donde habita su sobrino Lot, intercede por la ciudad. De esta conversación podemos aprende varias cosas:

  • Yehováh siempre dará a conocer sus planes a sus hijos. Es un asunto de respeto debido a la relación que tiene con nosotros. Yehováh es realmente un Elohim Grande.
  • Yehováh está dispuesto a “negociar”, y escucha pacientemente nuestras propuestas.
  • La justicia de Yehováh es perfecta. El clamor contra Sodoma había llegado a su tope. La misericordia de nuestro Padre tiene límites también, y cuando ya es tiempo de ejecutar sus juicios, ya no hay nada que hacer.
  • A pesar de que Lot no era un modelo de espiritualidad, Yehováh toma cuidado de él y lo protege. Esto no significa que podemos vivir mediocremente, confiados en la bondad de Yehováh. Somos responsable por llevar una vida conforme a su Toráh, lo mejor que podamos.
  • En todo esto hay una sombra o patrón de la manera como Yehováh actúa: Espera pacientemente, verifica la verdad de los hechos, envía mensajeros a advertir, saca a sus elegidos y luego viene el juicio.

Quiera Yehováh Padre nuestro, que nuestras vidas progresen hacia una fe madura y hacia una mayor intimidad con Él. Será la única manera de poder dialogar con Él cuando lleguen los tiempos del juicio.

 

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