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¿Cómo puedo glorificar a Dios con mi cuerpo?

Yehováh nuestro Padre nos creó como seres integrales, nuestro ser no está compuesto por secciones diferentes e independientes, donde el cuerpo va por un lado, el alma por otro y el espíritu igualmente, sino que todo es una unidad interrelacionada.

Glorificar es dar honor, hacer a alguien digno de fama. Si en realidad este es nuestro deseo, lo mejor que podemos hacer es glorificar a nuestro Padre con todo lo que somos, de manera que incluso nuestros conocidos también se motiven a hacerlo.

El primer paso es anhelar hacerlo y trabajar por ello. Empezaré por mencionar que debemos alabarle aun con lo que ingerimos.

Alimentación

Es necesario cuidar nuestra alimentación, la dieta debe ser balanceada y siempre basada en lo que la Escritura declara que es alimento. No es fanatismo, su Palabra es útil para toda buena obra y siendo así, tener en cuenta las enseñanzas bíblicas nos ayuda a saber escoger bien nuestros alimentos sin pensar en legalismos, ni religiones. Me refiero a saber escoger que alimentos son buenos para mi salud y cuales debo alejar. El profeta Daniel sabía que muchos de los alimentos del lugar donde se encontraba, no estaban permitidos por la Escritura y por eso evitó consumirlos. No escribiré una dieta para no polemizar sobre el tema, pero sí te invito a leer algunas citas de la Escritura sobre la alimentación sana.

Habló Yehovah a Moshé y a Aarón, diciéndoles: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra.
Levítico 11:1-2
(Te invito a estudiar todo el capítulo)

Alimentarme de manera adecuada es una forma de glorificar a Yehováh con nuestro cuerpo, ya que éste no solo se mantendrá sano, sino nos ayudara a tener una buena comunión con nuestro Padre.

Pon cuchillo a tu garganta, si tienes gran apetito.
Proverbios 23: 2

Saber escoger una dieta balanceada es importante, pero la cantidad lo es mucho más, aun una gran cantidad de una buena dieta, también puede ser perjudicial para la salud. Necesitamos aprender a escoger bien nuestra alimentación, sacar de nuestra vida elementos o sustancias que no están permitidos por la Escritura y que son perjudiciales; de esta forma vamos a glorificar al Padre con nuestra salud física y mental.

Sexualidad

Nuestro cuerpo no fue creado para ningún tipo de exceso, mucho menos para actos contra la naturaleza. Todos los excesos dañan nuestra vida y la inmoralidad sexual es algo que nos daña física, emocional y espiritualmente.

Los alimentos son para el estómago y el estómago para los alimentos; así es, y Elohim los destruirá a ambos. Pero el cuerpo no es para la inmoralidad sexual, sino para Yehováh, y Yehováh para el cuerpo.
1Corintios 6: 13

Practicar el sexo en contra de lo que dice la Palabra de Yehováh, daña todo nuestro ser y nos aleja de toda forma de adoración al Padre. Cualquier pecado está fuera del cuerpo, pero la inmoralidad sexual es atacar nuestro cuerpo que es morada del Ruaj de Yehováh.

Es nuestra responsabilidad dignificar nuestra vida sexual y buscar glorificar al Padre con ella.

La vida sexual, sin la dirección por medio de la Palabra termina por hacer daño y conduce a la persona incluso a la muerte física; todo tipo de desorden sexual es contrario a la Escritura, así quienes buscamos amarle y adorarle debemos ser libres de tales desórdenes.

Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo.
1Corintios 6:18

 

Pensamientos

La mente también hace parte de nuestro cuerpo; por tanto somos responsables de cuidar lo que permitimos que se aloje en ella; un pensamiento que no es rechazado termina en un acto. Hay quienes desagradan al Creador porque permiten incertidumbres, dudas, pensamientos negativos y hasta inmorales.

La mente es el lugar donde el oponente lanza sus ideas y hasta lo que piensa de nosotros; también envía dardos para que creamos que somos nosotros los que estamos sacando esas ideas o pensamientos de nosotros mismos. Es por eso que hay que está en nuestras manos escoger los pensamientos aceptamos.

La mayoría de las personas se preocupa por las cosas que se ven, sin importarles las que no se ven. Estas también pueden afectar nuestra comunión con el Padre.

Es muy importante cuidar tanto nuestro cuerpo físico como nuestra mente, cada día tenemos la responsabilidad de escoger si glorificamos a Yehováh o no; también es nuestra responsabilidad desechar todo aquello que nos daña como personas y que afecta negativamente la relación más valiosa que tenemos.

Decide a partir de hoy, glorificar a Yehováh con toda tu alma, tu cuerpo y todo tu ser; trabaja por las cosas eternas y aquellas que alimentan tu comunión con Él, las cuales se reflejan aquí y ahora en tu vida, pero por sobre todo, tienen eco en la eternidad.

Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.
Efesios 5:15-16

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