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Deuteronomio 16:18 – 21:9 | Shoftim

Parashá Anual – Deuteronomio 16:18 – 21:9

Nombre de la Parashá: Shoftim – Jueces

Lecturas Complementarias: Isaías 51:12 -52:12 | Juan 14:9-20

La base para poseer la tierra

La justicia, sólo la justicia seguirás, para que vivas y poseas la tierra que Yehováh tu Dios te da.  Devarim (Deuteronomio) 16:20

Justicia, es la expectación de Yehováh en el comportamiento de sus hijos. Para tal efecto ordenó nombrar jueces y oficiales.  Los primeros con la responsabilidad de gobernar de acuerdo a los parámetros dados por la Toráh. Los segundos tendrían la responsabilidad de aplicar las decisiones de los jueces y además estarían circulando por el mercado y las calles para hacer cumplir los estándares de honestidad – estos últimos eran algo parecido a la policía que conocemos hoy.

Observemos la importancia de no comprometer, bajo ninguna circunstancia el juicio justo. El soborno, ya practicado entonces, no se debía aceptar porque tuerce el derecho. Hoy ha cambiado su nombre a “lobby” y los grandes empresarios e interesados emplean enormes sumas de dinero para influenciar las decisiones de los senadores encargados de aprobar nuevas leyes que están muy lejos de ser justas.

No en vano en USA hay más de 4.2 millones de leyes! La mayoría de ellas producidas de ésta manera. Hubiera sido más fácil, enseñar la Toráh desde los hogares y las escuelas, al fin y al cabo solo son alrededor de 613 mandamientos, y no todos aplicables a cada individuo.

La justicia es la esencia de la prosperidad; su ausencia, el caos y la destrucción, que es lo que se aproxima sobre el mundo: un juicio del Legislador Soberano debido a la injusticia de los hombres.

Conexión del árbol de navidad

No plantarás para ti Asera, de ninguna clase de árbol junto al altar de Yehováh tu Dios, que harás para ti, ni te erigirás estatua: cosas que Yehováh tu Dios aborrece. Devarim 16:21-22

Los vs. 21 y 22 advierten sobre NO USAR ningún árbol sagrado junto al “altar que hagas para Yehováh“. Dirás: pero en mi casa no hay altares! Busquemos el espíritu del mandamiento: Si los árboles, de cualquier clase, son abominación cerca del altar, ¿por qué no habrían de serlo cuando los usamos como símbolos de celebraciones de claro origen pagano? Es igual aunque los consideremos de otra forma en nuestro corazón. El argumento: “Dios sabe que lo hago con buena intención”, no cuenta. Es mejor obedecer.

Devarim 17:7 nos revela que Yehováh conocía de antemano las inclinaciones del corazón de su pueblo. Por eso advierte de los procedimientos a seguir, en caso de hallar a alguien que hubiese transgredido el pacto celebrado con Él. La pena capital erradicaría de raíz la maldad del pueblo. Notemos la insistencia en obrar con suma justicia, siendo indispensable verificar previamente los hechos con dos testigos por lo menos.

Este fue el caso de lo que pretendieron hacer con Yeshúa. Nos narran los Evangelios que los sacerdotes, desobedeciendo la Toráh, consiguieron testigos falsos que lo acusaran para poder sentenciarlo a muerte, y aún así, tales testigos no pudieron ponerse de acuerdo y fallaron. Fue hasta cuando Yeshúa mismo habló que los sacerdotes hicieron su juicio: “ya no tenemos necesidad de testigos! Él mismo ha hablado.”  Y así se celebró el juicio más injusto de la historia: Condenar a una persona, acusada de ser ella misma, es decir por su identidad, mas no por haber cometido delito alguno.

Los casos difíciles

En Devarim 17:8-13, Yehováh ordenó que los casos difíciles, fueran llevados antes los levitas y el juez de turno que hubiese en ese tiempo. Este es el origen de lo que sucede hoy acudiendo a los tribunales supremos o a las cortes constitucionales, cuando se considera que los jueces locales no han procedido con justicia. El problema actual es que la mayoría de nuestras “autoridades legislativas supremas“, han sido corrompidas.

Una vez emitido el veredicto, éste debería ser acatado sin desviarse ni a derecha ni a izquierda. Hacerlo era considerado soberbia, lo cual era castigado también con la pena capital (Vs. 12)

¡Queremos un rey!

Observemos que en  Devarim 17:14 – 20, Yehováh da instrucciones muy claras para cuando el pueblo pida un rey. Este debería escribir una copia de la Toráh para sí mismo, de manera que pudiera leerla todos los días de su vida, y aprendiera de esa forma a temer a Yehováh. Así protegería su corazón de enaltecerse ante sus hermanos, ejercería correctamente el derecho y tanto él como su dinastía tendrían larga vida. No hay registro de que esto se hubiera llevado a cabo, lo cual explica el deterioro moral de Yisrael con el paso de los años pues sus gobernantes llegaron a ser totalmente ignorantes de las Leyes de Yehováh. Las Escrituras registran que incluso los rollos de la Toráh estuvieron refundidos en los archivos por muchos años, sin que nadie se ocupara de ponerlos en vigencia.

En el presente las cosas serían muy distintas si las personas en autoridad hicieran algo similar. Pero a falta de esto, los padres de familia -hablo a los varones- podemos hacer tal cosa (leer diariamente la Toráh), de manera que “el reino” que nos ha sido confiado -el hogar-, sea gobernado con entera rectitud y justicia. La ausencia del conocimiento de la Toráh, es lo que hace a los hogares vulnerables y les conduce al deterioro de las relaciones familiares exponiéndolos a la destrucción a manos del enemigo.

Notas explicativas de varios versos

Devarim 18:1-8

Estos versos hablan de manera clara respecto a los derechos de los Levitas. Para mayor comprensión sobre el tema del Diezmo, revisa el tema: Aclaremos el Asunto del Diezmo.

Devarim 18:9

Cuando entres en la tierra”, es una sombra o figura de lo que nos ha sucedido a nosotros al “entrar en el Mesías“. Es decir una vez que hemos decidido salir del mundo para vivir siguiendo a Yeshúa, toda la Toráh se convierte en nuestra guía de vida.

Devarim 18:10-14

Son instrucciones claras respecto de mantenernos apartados de todo lo relacionado con prácticas ocultistas, aunque parezcan inocentes y divertidas. Cosas como los agüeros (tocar madera, romper un espejo, pasar por debajo de una escalera, evitar un gato negro etc.), las lecturas de horóscopos, juegos de adivinación como la ouija, tatuajes, dijes, amuletos para la buena suerte y demás son todas prácticas que caben dentro de esta prohibición.

Devarim 18:15

Esta es una referencia a Yeshúa, quien en su primera visita, vino como El Profeta anunciado por Moshé y no como El Mesías, condición en la que vendrá por segunda vez.

Devarim 18:22

Ver tema: Profetas Contemporáneos… ¿Se les puede creer?

Devarim 19:1-13

Yehováh no estableció sistemas de cárceles para retener a los culpables de delitos. Las ciudades de refugio eran solo para quienes hubieran causado la muerte a alguien de manera accidental, es decir sin intención. Pero en caso de que la hubiese habido, el culpable tenía que morir.

El sistema de Yehováh evitaría los problemas actuales de las cárceles, las cuales se han convertido en un negocio, además de ser nidos de delincuencia organizada cuya sobre población es una enorme carga para la sociedad que sostiene tal sistema con sus impuestos. Adicionalmente, mucha gente inocente cae allí, y es tratada de manera inhumana. 

Devarim 19:15

Esta es una ampliación del noveno mandamiento del Decálogo: No darás falso testimonio. Exodo 20:16.

Devarim 19:21

Este verso es un hebraísmo, para expresar que quien es culpable debe pagar el equivalente del daño que causó. No se debe tomar literal.

Devarim 20:1-4

La fe se basa en experiencias que hemos vivido en el pasado. No se puede tener fe de repente. Es algo que necesitamos desarrollar con la práctica y por eso Yehováh motiva a su pueblo a no temer de cualquier enemigo, pues ellos ya han visto lo que Yehováh es capaz de hacer.

Devarim 20:5-9

Este es un hermoso pasaje que muestra la sensibilidad de Yehováh ante las expectaciones humanas. Yehováh no es atropellador. No ordena reclutar indiscriminadamente, sino que considera las condiciones reales de sus hijos para favorecerlos.

El pasaje también tiene un carácter profético respecto de Yeshúa. Cuando regrese para conducir a la novia a las bodas con Yehováh, no podrá ir a la guerra hasta después de un año, porque la Toráh lo ordena así. Esto significa que la batalla final tendrá lugar por lo menos un año después de las bodas del Cordero. Ver tema: Los Tiempos del Final Acortados

Devarim 20:10-15

Estos versos nos muestran los términos, en que Yisrael debería plantear la guerra a los pueblos distantes de su heredad. No era de manera cruel al estilo de los mercenarios (asesinos pagados como el caso actual de ISIS). Habría propuestas y ante las negociaciones fallidas, actuarían sin reparo.

Devarim 20:16-17

Con los pueblos que ocupaban la tierra que les había sido asignada, no había negociación. La razón es clara: para que no te induzcan a hacer las cosas aborrecibles que ellos han hecho para sus deidades… (v. 18).

Devarim 21:1-9

Este procedimiento que se hacía delante de Yehováh, tenía el propósito de demostrar la inocencia de los ancianos de la ciudad en cuestión. Tal acto tenía la validez y solemnidad de un juramento ante Yehováh.

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