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Devarim 23:9-20 | Ki tetsé

Parashá Trienal – Devarim (Deuteronomio) 23:9-20

Nombre de la Parashá: Ki tetsé = Cuando salgas

Lecturas Complementarias: Isaías 1:16-17 | Mateo 8:1-4

El estándar de la guerra

Cuando estéis en el campamento, en guerra con vuestros enemigos, debéis guardaros de cualquier cosa mala. Si hay entre vosotros un hombre impuro por causa de una emisión nocturna, debe salir del campamento; no debe entrar en él.
Cuando llegue la noche, se bañará con agua, y después de la puesta del sol podrá entrar en el campamento. .
Devarim 23:9-11

Para quienes no hemos participado en guerras o en batallas, estas son palabras difíciles de comprender. Después de todo se va a una batalla a pelear y a matar a otros; entonces uno pensaría: “¿qué hay más malo que eso a lo que vamos? ¡Vamos a matar gente!”. Pero los versos posteriores nos aclaran el asunto. Los versos advierten de cuidarse de impureza ritual. Esto significa que las relaciones sexuales estaban vetadas en tiempo de guerra, tal como lo entendió David según se nos dice en 1 Samuel 21:5:

Y David respondió al sacerdote, y le dijo: Ciertamente las mujeres nos han sido vedadas; como anteriormente, cuando he salido en campaña, los cuerpos de los jóvenes se han mantenido puros, aunque haya sido un viaje profano; ¿cuánto más puros estarán sus cuerpos hoy?

Ahora bien hay diversas interpretaciones entre los rabinos: Unos piensan que la ordenanza solo se aplica a los levitas y al campamento de esto, que por extensión significaría el Templo, mientras otros piensan que es aplicable en general a todos los varones como lo sugiere la lectura simple del texto.

El uso de la Pala

También debes tener una zona fuera del campamento para usarla como letrina. Debes incluir una pala en tu equipo, y cuando hagas tus necesidades, debes cavar primero un agujero y después cubrir tus excrementos. Porque Yehováh tu Dios se mueve en tu campamento para rescatarte y entregarte a tus enemigos. Por lo tanto, tu campamento debe ser un lugar santo. [Yehováh] no debe ver nada indecente entre vosotros, o se apartará de vosotros.
Devarim 23:12–14

Los campamentos militares de los antiguos, se convertían en lugares de inmundicia y hedor insoportables, exponiendo a los soldados a enfermedades más peligrosas que la mima guerra. Así Yehováh protegía su ejército al darle estas normas de higiene. La pala para tal uso era parte de la dotación de armas que debía tener un soldado.

Ahora bien, siendo que la presencia de Yehováh se paseaba por el campamento, este debería estar en las condiciones adecuadas.

Un esclavo escapado

Si un esclavo se ha escapado de su amo y se ha refugiado contigo, no debes devolverlo a su amo. Deja que se quede contigo, en el lugar que más le convenga en vuestros asentamientos; no lo maltratéis. Devarim 23:16-17

Expresa y claramente, la Toráh prohibe negar el asilo a un esclavo que haya escapado de su amo. En el presente, argumentaríamos que tal condición no existe, pero sí; solo se han cambiado las palabras. Muchas del as factoría en la China por ejemplo, esclavizan a sus empleados exigiéndoles jornadas de trabajo agotadoras a cambio de salarios irrisorios; en algunos casos la gente hasta vive en las factorías para que puedan trabajar noche y día.

Entonces cuando personas en estas condiciones logran escapar, no solo de sus amos (jefes), sino de su país, merecen ser acogidos con misericordia y bondad; está prohibido repatriarlos. Esto se conoce en lenguaje contemporáneo como “asilo”.

El Brit Hadashá (Nuevo Testamento) nos narra el caso de Onésimo, quien parece haber sido esclavo o a lo menos siervo, de Filemón. Shaúl intercede por él por cuanto el hombre había sido conducido al Mesías y ahora se esperaba que su antiguo señor lo recibiera y restaurar de nuevo su relación con él.

 

Prostitución y homosexualidad

Ninguna mujer de Isra’el debe ejercer la prostitución ritual, y ningún hombre de Isra’el debe ejercer la prostitución homosexual ritual.
Nada de lo que se gane con la prostitución heterosexual u homosexual se traerá a la casa de Yehováh tu Dios en cumplimiento de ningún voto, porque ambas cosas son aborrecibles para Yehováh tu Dios. Devarim 23:18-19 (CJB)

La Toráh explícitamente condena estos dos tipos de actividad comunes en esos tiempos. Los templos paganos tenían mujeres y hombres disponibles para “cultos rituales” que no eran otra cosa que relaciones sexuales por dinero.

Expresamente se prohibe traer “ofrendas” al templo, producto de esta clase de actividades; las razón es obvia: tal dinero es producto de una actividad condenada por las Escrituras. 

Alguna versiones traducen: Ni dádivas de prostitutas ni precio de perro, en una clara alusión a la práctica de la homosexualidad, y no a una mascota. Así Shaúl (Pablo) y el libro de Apocalipsis también declaran:

Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. Filipenses 3:2

Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. Revelación 22:15

y estas son referencias a los varones homosexuales.

Acerca de intereses

No debes prestar a tu hermano con intereses, no importa si el préstamo es de dinero, comida o cualquier otra cosa que pueda generar intereses. A un forastero puedes prestarle con intereses, pero a tu hermano no debes prestarle con intereses, para que Yehováh, tu Dios, te haga prosperar en todo lo que te propongas hacer en la tierra a la que entras para tomar posesión de ella.
Devarim 23:19-20

Como suele suceder en asuntos relacionados con el dinero, inmediatamente surgen los argumentos y las “aclaraciones” respecto a este mandamiento. Ahora bien, el buen sentido común nos indicará cómo y en qué circunstancias se aplica esta instrucción. Como hemos dicha antes, en el caso de préstamos con e propósito de invertir para ganar dinero, es lícito cobrar intereses y en esto no es una contravención de este mandato. Tampoco aplica a instituciones, sino solamente a los tratos entre individuos y en particular entre hermanos en la fe.

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