Seis meses después de la llamada Ley de Respeto, Agencia y Dignidad Transgénero de California, las consecuencias han sido especialmente severas en un lugar en el que la mayoría de la gente no piensa: las prisiones de mujeres.
Una de las desafortunadas consecuencias de la nueva ley del gobernador Gavin Newsom (Demócrata de California) es que los hombres pueden afirmar ser mujeres o “no binarios” y ser transferidos, sin hacer preguntas, a una prisión femenina. Hasta ahora, Brandon Showalter en el Christian Post advierte, 255 lo han hecho.
De hecho, señala, “no se ha denegado ni una sola solicitud de traslado de ‘vivienda basada en el género'”, lo que significa que las presas y las funcionarias correccionales viven en un estado de miedo y frustración.
En el extremadamente izquierdista Frente de Liberación de Mujeres (WoLF), un grupo que normalmente no se pondría del lado de los conservadores, está horrorizado de que el estado no esté poniendo la seguridad de las mujeres en primer lugar. “… Es cruel e inhumano tratar de resolver este problema solo para un pequeño subconjunto de hombres en riesgo decidiendo tener prisiones de hombres y luego prisiones de sexo mixto. Las instalaciones para mujeres de California son principalmente dormitorios de planta abierta y de baja seguridad, y ya están hacinadas”, dijeron.
Como la mayoría de los californianos que se oponen a la idea, desean que el estado cree unidades especiales o alas para los prisioneros en función de su identidad.
En cambio, están poniendo a las mujeres, muchas de las cuales ya han sido abusadas o agredidas, en peligro de violación, abuso sexual o algo peor. “El propio Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California reconoce que poner a los hombres (el 90 por ciento de los cuales todavía tienen penes funcionales) en prisiones de mujeres presenta un riesgo de embarazo”.
Una reclusa, en una entrevista con Los Angeles Times, dijo que el personal en realidad les había dicho que “esperaran violencia” con los traslados. “Creo que deberían estar a salvo”, acepto que haya hombres que sientan mujeres, “pero eso también infringe mi derecho a estar a segura”, dijo.
En cuanto a los oficiales en estas prisiones, algunos están recurriendo a alias para contar sus historias a los medios locales. Si no se sienten cómodos con la nueva ley, han dicho, serán despedidos. “Ya han dicho que seremos multados todo el tiempo hasta el despido”, insistió uno.
Y bajo la administración Biden, los límites seguirán desapareciendo, no solo en las prisiones, sino en los refugios de vivienda, las escuelas, los deportes y en todas partes donde las mujeres y las niñas perderán su derecho a la privacidad y la seguridad.
Si la extrema izquierda continúa por este camino de elevar el transgénero por encima del sentido común, entonces es solo cuestión de tiempo antes de que más personas salgan heridas.
Publicado originalmente en Family Research Council – republicado con permiso.