Avraham y Yitsjaq fueron probados
Conociendo de antemano el final de la historia de Avraham ofreciendo a su hijo Yitsjak, resulta imposible para nosotros dimensionar adecuadamente lo que significó realmente tal prueba para él. Pero la realidad es que Avraham creyó ya fuera que Yehováh resucitaría a Yitsjak, o que proveería un substituto para evitar el sacrificio de su hijo, tal y como lo revelan sus palabras a los siervos que les acompañaban:
Y dijo Avraham a sus mozos: Permaneced aquí con el asno, que yo y el muchacho iremos hasta allí y nos postraremos. Después regresaremos a vosotros. Génesis 22:5
Contrario a lo que hemos visto representado tradicionalmente en las ilustraciones gráficas de éste evento, Yitsjak no era un niño sino que contaba con aproximadamente 37 años, conforme a la cronología aceptada por la historia judía, aunque era considerado “un muchacho” en aquél tiempo. Tengamos en cuenta lo siguiente:
Yitsjak llevó sobre sí la leña para el holocausto, que ciertamente no eran solo unas ramas; lo que muestra que debía ser ya un hombre adulto.
Voluntariamente se sometió al plan de su padre Avraham. A esa edad podría haberse resistido para evitar su muerte; pero se dejó atar por su padre quien lo puso sobre los troncos.
No se quejó durante el proceso.
Regresó solo a casa.
¿Notas el paralelo con la vida de Yeshúa? Yitsjak es un tipo o sombra del Mesías, quien siendo ya un hombre adulto, llevó sobre sí el madero, sin quejarse; “se dejó crucificar“, es decir que voluntariamente aceptó el sacrificio, para finalmente vencer la muerte y regresar “solo” resucitado a Casa. Por el otro lado, Avraham es una figura del Padre entregando a Su Hijo en lugar nuestro. Algunos afirman que el lugar del sacrificio corresponde al mismo lugar en el cual Yeshúa ofrecería su vida por nosotros. Es maravilloso cómo el Padre nos muestra el fin desde el principio.
Así como Avraham no dudó en obedecer y al final recibió lo prometido (Romanos 4:20-21), nosotros podemos aprender a esperar confiadamente por los tiempos (mo’ed) de Yehováh, para ver el cumplimiento de sus promesas.
Fue en el mo’ed (tiempo fijado por Yehováh), que Sarah tuvo a Yitsjak; fue en el mo’ed de Yehováh que Yeshúa vino y se entregó por nosotros; y será en el mo’ed de Yehováh que veremos su regreso. Yehováh maneja su propio calendario y conforme a éste, es que administra Su Creación.
El mismo Elohim que ha permitido la ceguera de la tribu de Yahudáh (Judá) respecto de Yeshúa, y la ceguera de Efrayin (la iglesia) respecto a su verdadera identidad y la responsabilidad de obedecer la Toráh, removerá esa venda en Su mo’ed, para llevar a todo Yisrael: – Yahudáh y Efrayin (nosotros)-, a la salvación.
Aplicación Práctica
Las pruebas nos perfeccionan. Avraham fue sometido a muchas; y entre más avanzaba, más difíciles eran éstas.
Una vida sin pruebas está sospechosamente desviada del Camino. Quienes se declaran seguidores de Yeshúa sufrirán persecución, pues ¿qué comunión tiene el mundo con Yeshúa? Decidirse a andar por un camino de obediencia a la Toráh de Yehováh, tiene un costo alto que muy pocos están dispuestos a pagar.