La iglesia no reemplaza a Yisrael en los planes eternos, porque Yehováh no se ha rendido en su propósito de sostener a Su pueblo.
El sistema de interpretación dispensacionalista ha sido objeto de mucha oposición; por muchos años ha tenido opositores sosteniendo la opinión de que el dispensacionalismo es una teología nueva que comenzó en el siglo XIX. Una de las objeciones más citadas en contra de tal doctrina alude a que es una enseñanza emanada en 1830 de las visiones de una joven escocesa llamada Margarita McDonald o del libro “La venida del Mesías en gloria y majestad” (1790) escrito por el jesuita chileno Manuel Lacunza. Otros críticos asumen que es una doctrina inventada por John Nelson Darby, quien pertenecía a un grupo de creyentes llamados “Hermanos de Plymouth”. El teólogo Ryrie escribe lo siguiente:
Una declaración típica acerca del dispensacionalismo se expresa de esta manera:
“El dispensacionalismo fue formulado por uno de los movimientos separatistas del siglo XIX, los hermanos Plymouth.”
Esta afirmación provoca ciertas reacciones, porque da lugar a dos importantes aspectos que necesitan ser considerados seriamente:
El dispensacionalismo es de época reciente; por lo tanto no es confiable.
Surgió de un movimiento separatista y por lo tanto se debe rechazar.
Por su parte, los seguidores de esta doctrina sostienen que las creencias básicas del dispensacionalismo fueron aceptadas por los apóstoles (???) y la primera generación de la iglesia, de lo cual no existe constancia. Lo que es claro para los dispensacionalistas y no-dispensacionalistas es que, tal doctrina comenzó a tomar forma por ¡los años 1800!
Lo que enseña el Dispensacionalismo
La teología de las dispensaciones, enseña que Yehováh se relacionó con la humanidad bajo diferentes condiciones, y establece que cada vez que el hombre falló, Dios se ideó una nueva condición que estaría en vigencia hasta que fallara de nuevo; así ante cada fracaso del hombre, se establecería un nuevo acuerdo sin progreso alguno. Nada más equivocado.
El libro del Génesis (Bereshit – Inicio) muestra que Yehováh tiene un plan que se ha venido desarrollando poco a poco y como un pergamino se ha ido desenvolviendo para revelar cada vez más de su grandeza, su sabiduría, su carácter y su amor. No hay varios planes que se sucedan uno a otro.
Lo que hallamos en todos los relatos de la Biblia es la revelación creciente de un plan que se anuncia en Génesis 3:15 y que se va desarrollando sin falta alguna, pasando por la formación de la nación de Yisrael como el instrumento que Yehováh utilizaría para enviar posteriormente al Mesías. Este vendría una primera vez para entregar Su vida rescatando lo que se había perdido y para dar continuación a la siguiente fase del plan eterno, dándonos participación a sus seguidores o discípulos en el restablecimiento del orden perdido una vez en el Edén.
De manera paralela, el carácter de Yehováh se revela por medio de Sus instrucciones o Toráh, desde el día siguiente a la creación de Adán, pues ya vimos cómo su primer día de vida fue un Shabbat, el cual habría de observarse desde entonces, aunque no esté explícitamente dicho de esa manera. Y esa Toráh que nos revela el carácter y la justicia de nuestro Creador y Padre, se va descubriendo poco a poco a través de sus siervos: Hébel (Abel), Janok (Enoc), Noaj (Noé), Avraham (Abraham), Moshé (Moisés) y Yeshúa (Jesús) quien ha de ser el modelo perfecto de la obediencia a la Toráh viviente, mostrándonos con Su vida que Él es el Camino al Padre por lo cual expresó: el que me ha visto a mi, ha visto al Padre. Juan 14:9.
Esta perspectiva es vital mantenerla mientras avanzamos por la lectura de la Toráh o de toda la Biblia, pues de otra manera nuestro estudio quedará fraccionado y pasaremos la vida tratando de poner juntas todas las piezas y creando doctrinas que den un poco de sentido a su contenido.
Cuando Yehováh determinó desde la eternidad formar una nación que le representara, no planeó reemplazarla; tampoco sucedió que se vio obligado a tener un plan alterno por que le tomara por sorpresa la debilidad e infidelidad de esa nación. Yehováh nunca ha desechado a Yisrael ni lo desechará o reemplazará:
Así dice Yehováh, que estableció el sol para alumbrar el día, y las leyes de la luna y de las estrellas para alumbrar de noche; que aterroriza al mar, y se ponen en consternación sus olas ¡Yehováh Sebaot es su nombre!
Si estas leyes se apartaran delante de mí, dice Yehováh, entonces también faltará la descendencia de Yisrael, para no ser nación delante de mí eternamente.
Así dice Yehováh:
Si los cielos pudieran ser medidos arriba, o se exploraran los cimientos de la tierra abajo, entonces también Yo desecharía a la descendencia de Yisrael por todo lo que hicieron, dice Yehováh. Jeremías 31:35-37
Como lo asegura esta porción, Yehováh nunca cambiará sus planes para Yisrael creando nuevas “dispensaciones”; ¡todo lo contrario! Tal como lo ha afirmado, continúa con su plan original a pesar de que el mismo pueblo no ha facilitado las cosas.
El Dispensacionalismo, da lugar a la Teología del Reemplazo
Quienes son animados por un espíritu anti-semita, encuentran en el dispensacionalismo una justificación y un gran aliado para formular la teoría de que Yehováh desechó a Yisrael por cuanto, según ellos dicen: “fueron los judíos quienes rechazaron y dieron muerte a Jesús” y entonces Él (Yehováh), se procura un pueblo nuevo, por lo cual declaran: “la Iglesia fue fundada en Pentecostés y REEMPLAZA a Yisrael en los planes de Yehováh“.
Pero… ¿Realmente rechazaron los judíos a Yeshúa?
Simplemente pensemos: Los doce apóstoles fueron judíos; los discípulos seguidores de estos, eran también judíos; la gente judía amaba y seguía a Yeshúa por miles; aún después de su muerte miles de judíos se volvieron a la fe en el Mesías como lo atestigua el libro de los Hechos:
Y la palabra de Yehováh crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Yerushalayim, y un gran número de los sacerdotes obedecían a la fe. Hechos 6:7
Yehováh no envió a Yeshúa a fundar una religión o “iglesia” aparte de Yisrael. Le envió a rescatar a las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael, como lo declaró de manera explícita:
A estos doce envió Yeshúa, y les ordenó, diciendo:
No vayáis a los gentiles ni entréis en la región de Samaria, sino id antes a las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael. Mateo 10:5-6
y…
Él respondiendo, dijo: No fui enviado sino a las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael.
Mateo 15:24
Por otro lado debemos mantener claro que Pentecostés era una Festividad Bíblica que se venía celebrando desde los tiempos en que fue entregada la Toráh en el Sinaí y también que el derramamiento del Ruaj ese día no ocurrió en “el aposento alto” sino en el Templo donde se hallaba congregada toda la multitud de fieles en obediencia a la Toráh.
Dicho de otra manera, la iglesia no reemplaza a Yisrael en los planes eternos, porque Yehováh no se ha rendido en su propósito de sostener a Su pueblo.
Ahora bien, tú que lees estas líneas y yo, tenemos la responsabilidad de tomar conciencia de nuestra verdadera identidad como parte de su pueblo Yisrael para desenmascarar el engaño desarrollado por el maligno, y alinearnos dentro del Plan Eterno. Yehováh cuenta con nosotros para concluir Su Plan porque así determinó que fuera. Pero nuestra vinculación a Su Pacto ha de ser del todo libre y voluntaria y como una respuesta de amor que se demuestra mediante la obediencia a sus Instrucciones (Toráh).