La premisa que el Dr. Scott Laird repite frecuentemente en su libro, con la que estoy totalmente de acuerdo, y que debemos procurar no olvidar es:
“Una dieta de alimentos enteros a base de plantas (principalmente crudas) tiene el poder dado por YHVH para reconstruir la capacidad de auto-curación del cuerpo, es decir, revertir los síntomas de la enfermedad y mantener ese estado saludable”
¡Sí, yo sé lo que probablemente estas pensando! No querrás ser una de esas personas “extrañas” que usan sandalias baratas, con barba crecida, fanáticos de las rastas, adoradores de la tierra, etc. Ni se trata de simplemente contar a tus amigos que eres “un vegano”; sino de entender que el resto del mundo en general no está dándole a los vegetales la importancia que merecen. Y esa es exactamente la razón por la que DEBERÍAS hacerlo (menos las sandalias, la barba, las rastas y las prácticas religiosas inventadas; …a menos que te gusten las sandalias, las barbas y las rastas).
Ahora hablando con seriedad, cuando tu dieta y estilo de vida son más saludables que las del mundo que te rodea, entonces las estadísticas del mundo no se aplican a ti. Piénsalo: Una estadística que dice: “Una de cada X cantidad de personas se quedará atrapada en un ascensor en su vida”, no se aplica a ti si nunca usas un ascensor. Del mismo modo, una estadística que afirma: “Una de cada X cantidad de personas desarrollará esta o aquella enfermedad”; dicha estadística se obtiene de una muestra de individuos típicos de todos los ámbitos de la sociedad, que pueden o no estar cuidando su dieta y estilo de vida. Pero si en cambio, tú eres uno de esos “extraños” que realmente cuida su salud y estilo de vida de una manera que el resto de ese grupo de muestra no lo hace, entonces no serás parte de esa estadística y los resultados no se aplican a ti. Esto es poderoso, así que déjame repetirlo. Si estás haciendo algo diferente, algo mejor que todos los demás, serás eliminado de la ecuación. Esas estadísticas de “enfermedades populares” no se aplicarán a ti.
En esencia, cuando decides cuidar tu salud de una manera “extraña”, pero extremadamente protectora y empoderadora, estás cambiando el juego; porque literalmente eres lo que comes. Tu cuerpo será diferente al de los demás. Tus células serán más vibrantes y resistentes a los síntomas de la enfermedad porque les estás proveyendo alimentos repletos de fuerza vital, y eso les da una ventaja de salud. La forma en que tu cuerpo responde a los factores cotidianos de la vida es significativamente superior, cuando eliges comer un alto porcentaje de alimentos y jugos crudos y vivos, a base de plantas, porque tu cuerpo está adecuadamente equipado para enfrentar la situación en lugar de sucumbir a la enfermedad.
Tomemos el ejemplo de estar afuera a la luz del sol (sin quemarte). Cuando estás bajo el sol, estás exponiendo tu piel, que es el órgano más grande del cuerpo. Y al igual que cualquier otro órgano, la capacidad de la piel para resistir la oxidación y la enfermedad depende de lo que comes, porque todo lo que comes eventualmente llega a tus órganos, incluida la piel. Es por eso que los síntomas de enfermedades de la piel como el eccema y la psoriasis a menudo se pueden corregir con un cambio en la dieta; la mayoría de las veces, estos síntomas son simplemente la reacción a una dieta inadecuada. El cuerpo está tratando de expulsar las toxinas de cualquier forma posible, incluso a través de la piel.
Por lo tanto, si todo lo que comes se abre camino hacia tu piel, si comes una dieta como todos los demás (abundante en comida que no equipa las células del cuerpo para protegerse a sí mismas), dejarás tu piel indefensa contra los rayos oxidantes del sol, porque las células están mal preparadas para enfrentar la amenaza. Esto, a su vez, hace que funcionen mal, lo que conlleva enfermedades como el cáncer de piel. Pero cuando consumes una dieta rica en alimentos crudos y vivos cargados de antioxidantes, todos los órganos de tu cuerpo, incluida la piel, están bien equipados para revertir el daño oxidativo. Entonces, en lugar de funcionar mal cuando el sol toca tu piel, ella sabe exactamente qué hacer; absorber los rayos UVB del sol y utilizar los aceites beneficiosos en la piel, para convertir el colesterol en pre-vitamina D3, que beneficia todo el cuerpo.
Contrariamente al consejo que hemos escuchado toda nuestra vida, resulta que los mejores momentos para absorber los beneficios de los rayos UVB parecen ser entre las 10:00 am y las 2:00 pm cuando el índice UV está por encima de 3. Por supuesto, cuando el sol está directamente por encima de la cabeza, también debes ser muy diligente para no quemarte. Fuera de estas horas principales, cuando los rayos del sol se encuentran en un ángulo que los obliga a atravesar más de la atmósfera, un mayor porcentaje de los rayos se absorberán en la atmósfera. Esto significa que se absorbe menos luz solar en la piel y en última instancia, se crea menos vitamina D.
En conclusión: Haz lo que nadie más está haciendo y los resultados serán diferentes.