La primera palabra de las Escrituras es de suma importancia. Para descubrirla necesitamos entender que el Hebreo era originalmente un lenguage pictográfico, es decir que usaba dibujos para expresar ideas.
La primera letra de la palabra es una BET (ב) y en los textos antiguos aparece mucho mas grande que el resto de las letras. Esto no es solamente un efecto decorativo; es la forma en que se buscaba llamar la atención a la palabra porque de hecho su contenido es muy importante.
Esta letra representa una casa o tienda y significa CASA, lo cual nos sugiere que el contenido del libro será acerca de una casa. La palabra B’reshit termina con la letra TAV (ת), que en el hebreo antiguo se representaba con una X y cuyo significado era “marca”. Hasta el presente una “X” es aceptada como la firma de una persona que no sabe escribir.
Entonces la palabra B’reshit, comienza con una “casa” y termina con una “marca”, es decir la firma de un pacto o contrato. Esto es un brevísimo resumen del contenido de tal palabra, pues no hemos analizado las letras intermedias, pero nos motivará a entrar en la narración de cómo Yehováh creó una “casa” para que habitásemos en ella. Y por supuesto sabemos que al mudarnos a una vivienda hay contratos que respetar. Así es que Yehováh nos irá revelando a lo largo de la Toráh y del resto de las Escrituras, cuál es el pacto al que nos llama.
B’reshit significa: En el principio. Que bueno fuera poder borrar de nuestra mente la información errada que hemos recibido en el pasado y comenzar con “el tablero en blanco” para permitir que Yehováh escribiera Su Verdad, la Única Verdad, “desde el principio”. Sin embargo, si tú eres un buscador de ella, tienes ahora una oportunidad de reiniciar tu jornada echando mano de la Toráh cuyo ciclo de lectura empezamos de nuevo, de esa manera, podrás filtrar todo aquello que nunca debió entrar en tu vida.
La Toráh fue originalmente revelada y luego escrita en Hebreo; esta fue la lengua escogida por el Creador para revelarse y darnos a conocer su plan eterno. Pero la migración de este mensaje a diferentes lenguas y a través de múltiples culturas, ha hecho que lo que tenemos en nuestro idioma no sea totalmente exacto, ya que está filtrado por las mentes de los traductores y por el inevitable paso a través del túnel del tiempo con todos sus oscuros y a veces estrechos pasadizos. Es por eso que Yirmeyahu (Jeremías) afirma:
Oh Yehováh, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en tiempo de adversidad, a tí vendrán las naciones desde los extremos de la tierra y dirán: Nuestros padres heredaron engaños, cosas inútiles y sin valor”
Yirmeyahu 16:19
Algunas de las mentiras heredadas
He aquí unos cuantos ejemplos:
La mayoría de biblias modernas han ocultado el verdadero nombre de nuestro Padre Yehováh, reemplazándolo con el título SEÑOR,
De manera similar, han cambiado la palabra Shabbat o Sábado por la expresión “día de reposo” para justificar su cambio al domingo;
Han eliminado la ambientación oriental de la narración al cambiar todos los nombres de las ciudades y de los personajes por nombres occidentales.
Como si lo anterior fuera poco, la iglesia ha adicionado tradiciones de origen pagano que nada tienen que ver con Yehováh y Su Palabra.
Por lo anterior, es determinante sumergirnos en Su Palabra revelada y escudriñar con celo la Toráh que ha de ser el parámetro digno de confianza a cuya luz todo lo demás debe ser examinado.
Te dejaré algunas preguntas para que saborees más el primer capitulo del Génesis:
Observa que al finalizar cada uno de los seis días de la Creación, la Biblia dice que: fue la tarde y la mañana un día. Pero no dice así del Shabbat… ¿Por qué?
Y otro asunto para pensar… ¿Cuál fue la diferencia en el proceso de Creación entre los demás seres vivos y el hombre?
Para Yehováh un día es como mil años y mil años como un día. Ninguno de los hombres pre-diluvianos llegó a los mil años, cumpliéndose así la sentencia dada a Adán cuando pecó: El “día” que de él comieres, (del árbol) ciertamente morirás. Todos pues murieron antes de cumplir mil años.
El primer día de vida para Adam fue un Shabbat; obviamente un día para tener comunión con su Creador y comenzar a conocerle. ¿No le habrá comunicado Yehováh la importancia de ese día a su criatura?