Ciudades de Refugio: Una muestra de misericordia
A partir del verso 35:9 se nos hace referencia a las ciudades de refugio, a las cuales podrían huir las personas que accidentalmente, esto es que sin premeditación, hubiesen dado muerte a alguien. Sin embargo a pesar de que hubiera sido un accidente trágico, la familia de la víctima tenía derecho legal a vengar la muerte de su ser querido; mas si el acusado lograba entrar a una de las ciudades designadas como de refugio, estaba protegido hasta que hubiese un juicio que demostrara su inocencia; pero en caso de que resultara culpable y fuera probado que sí hubo mala intención, el individuo sería culpable de asesinato y la pena sería la muerte. Por otro lado si era declarado inocente, no podría salir de tal ciudad hasta la muerte de quien estuviera como Cohen Gadol (Sumo Sacerdote). Para entonces las cosas ya se habrían aclarado y la persona inocente podría regresar a su vida normal.
De alguna manera que no se nos explica, la muerte del Cohen Gadol cancelaba el derecho legal del vengador a ejecutar venganza; este ya no podría cegar la vida del agresor impunemente; después de la muerte del Cohen Gadol, cuando el refugiado podía salir libre de la ciudad, si aquél lo hallaba y le daba muerte, se consideraría entonces un asesinato con pena de muerte para el agresor. Recordemos que una condena de pena de muerte, no se podía dar sin el testimonio de por lo menos dos personas que hubieran sido testigos oculares del hecho:
Cualquiera que mate a alguno, por el testimonio de testigos se hará morir al homicida, pero el testimonio de un solo testigo no bastará para que una persona muera. Números 35:30
Este es un concepto muy interesante, porque muestra la comprensión de los sentimientos humanos tanto del agresor como de la familia de la víctima. Se presume la inocencia del autor del crimen, hasta que se demuestre lo contrario; entre tanto no está confinado a una celda, como si fuera un animal, sino a una ciudad, que por lo general era amurallada, y así la persona quedaba bajo la responsabilidad de los ancianos gobernantes de ella. Esto no suena parecido en lo más mínimo a lo que existe hoy: cárceles en las que el mal se concentra y en vez de reparar, destruyen a sus presos.
Otro aspecto valioso que vale la pena resaltar, es que la persona podía continuar haciendo su vida en la ciudad donde estaba asilada. De hecho no debió ser fácil para ella dejar atrás familia, trabajo y demás, pero aún así este individuo podía estar activo y en contacto con su familia, que seguramente en algunos casos, se debió haber trasladado para estar a su lado.
Las hijas de Zelofejad
El libro de números, cierra su contenido proveyendo unas instrucciones respecto a las hijas de Zelofejad, para que sus heredades no se perdieran de la tribu a la que pertenecían. Este es el único caso en el que reglamentó que las mujeres se casaran con varones de su propia tribu; pero aparte de esta situación no había ninguna prohibición que impidiera que se mezclaran entre las tribus. Lo importante era tener presente que la heredad de los varones permaneciera dentro su propia tribu.
Es impresionante ver cómo hasta en estos detalles, Yehováh interviene dando instrucciones claras que definen las situaciones. Es lo que puedes experimentar al decidir obedecer los Mandamientos, Estatutos, Ordenanzas, Decretos, Consejos, Testimonios y demás de nuestro Padre Yehováh. Todo asunto queda resuelto y podemos entonces definir claramente nuestro compromiso a partir de la realidad de haber sido apartados por Él. Piénsalo bien. La obediencia, lejos de ser una carga, es una forma de liberarnos de las tentaciones.
Cierre del Libro de Números
Estos son los mandamientos y decretos que Yehováh ordenó por medio de Moshé a los hijos de Yisrael en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. Números 36:13
Aquí terminan los Mandamientos y Decretos entregados por Yehováh. En Deuteronomio hallaremos resúmenes de todo lo entregado en los libros anteriores y mayor claridad para la aplicación de los mismos.