Antes de todo, definamos el término que uso en este artículo: Una distopía es lo opuesto a utopía. Es una sociedad ficticia indeseable en sí misma, de características negativas causantes de la alienación humana, o la pérdida del control sobre uno mismo debido a la segregación, totalitarismo, control, inseguridad, pobreza, índice de violencia, poca higiene, falta de salud y soledad.
Somos testigos de cómo los gobiernos están dirigiendo a los pueblos a una distopía basándose en una pandemia creada por ellos mismos.
Todos estamos sorprendidos con el nivel de maldad utilizado por los líderes políticos y sus gobiernos para lograr la meta impuesta por la élite: que todo el Mundo esté vacunado y que lo siga haciendo cuantas veces ellos lo indiquen para luego pasar a implantar el chip, el cual ya promocionan descaradamente, que servirá para controlar la vida entera del ser humano.
Queda demostrado lo bien estudiado que las élites tienen el comportamiento del hombre y que tenían la certeza de que la humanidad rogaría por la “solución” que ellos ya tenían preparada de antemano.
Teniendo el control sobre los medios de comunicación, los usan como una herramienta para instaurar miedo a niveles que llevan al hombre a perder toda capacidad de razonamiento y pensamiento crítico, sobre todo cuando desconoce o no tiene presente la Toráh de Yehováh en su vida.
Para nosotros, los hacedores de Toráh y creyentes en el Elohim Único y Todopoderoso, es una oportunidad grandiosa y motivo de agradecimiento, pues podemos ver Su mano protectora sobre nuestras vidas cuando los tiranos están haciendo hasta lo imposible por controlarnos. Ellos nos quieren esclavizar, sin saber que Yehováh ya nos sacó de la esclavitud en Mitsrayim abriendo el mar y permitiéndonos cruzar caminando sobre tierra seca para luego cerrarlo sobre nuestros enemigos, eliminándolos a todos.
Yehováh caminó con nuestros padres durante cuarenta años a través del desierto, alimentándolos todos los días y aún cuidando de su ropa y calzado tal como lo continúa haciendo el día de hoy con nosotros, porque ÉL no cambia.
Porque yo, Yehováh, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Malaquías 3:6
Sólo con nuestra confianza puesta en Yehováh podremos permanecer firmes ante las amenazas y la tiranía de los gobiernos. ÉL nos conducirá, nos sostendrá y defenderá en los tiempos venideros que se presentan complicados, tal como lo fueron para Daniel y sus amigos en Babilonia bajo el mandato de Nabucodonosor.
Los tiranos exigen adoración desde la antigüedad, característica del hombre que compite con Dios y que siempre ha querido usurpar su lugar; pero tenemos un Elohim celoso que pelea por su pueblo y hace justicia, tal como lo hizo con los amigos de Daniel al salvarlos del horno de fuego.
Porque Yehováh tu Dios es fuego consumidor, un Dios celoso. Deuteronomio 4:24
No les temáis, porque Yehováh vuestro Dios es el que pelea por vosotros. Deuteronomio 3:22
Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Daniel 3:26
Dirijamos nuestra mirada a estos jóvenes, para que nos sean de inspiración y fortaleza en estos tiempos distópicos.
Shalom.