decálogo

Devarim 5:1 – 6:3 | HaMishpatim

Devarim (Deuteronomio) 5:1 – 6:3

Nombre de la Parashá: HaMishpatim – Los Reglamentos

Lecturas Complementarias: Romanos 10:1-17 | 13:8-14

El Segundo Discurso de Moshé

Convocó entonces Moshé a todo Yisrael, y les dijo: ¡Oye Yisrael los estatutos y decretos que hablo hoy a vuestros oídos para que los aprendáis y los pongáis por obra! Yehováh nuestro Dios concertó un Pacto con nosotros en Horeb. No fue con nuestros padres que pactó Yehováh esta Alianza, sino con nosotros, nosotros los que hoy estamos aquí, todos vivos. Deuteronomio 5:1–3

Nuestra tendencia a evadir las responsabilidades es lo primero que nos asalta siempre; buscamos culpables, o responsables antes de asumir lo que nos corresponde. Tal parece que la nueva generación allí presente, consideraba que el pacto había sido hecho con los padres de ellos y nada más. Suena parecido a lo que escuchamos en la iglesia por tanto tiempo: Eso de la Toráh es para los judíos… no para nosotros.

Moshé por tanto enfatiza que ese pacto involucra a sus oyentes que ¡están vivos! ¿No parece demasiada obvia esta declaración? Bueno, la Toráh es dada a quienes están vivos… espiritualmente. De hecho los cantores en las sinagogas, antes de la lectura pública de la Toráh hace mención de esto. Y es que tristemente quienes están muertos a la Toráh, aunque estén vivos físicamente y caminen y se muevan, es como si estuvieran muertos: No ven, no oyen y por supuesto, no obedecen. Tener vida es más que tener pulso en las venas; así quienes estaban allí con Moshé, estaban realmente vivos porque estaban en una relación de pacto serio con Yehováh.

Ahora bien. Nosotros estábamos presentes allí, porque estábamos en los “lomos de nuestros padres” y participamos (estando en ellos potencialmente) del pacto que Yehováh hizo con todos ellos.

Daremos un vistazo a un par de diferencias que hay entre la lista de los Diez Mandamientos registrada en Éxodo y la de este libro.

Guardar y Acordarse del Shabbat

Éxodo 20:8 nos habla de Acordarse del Shabbat, mientras que Devarim 5:12 nos habla de guardar u observar el Shabbat. ¿Por qué la diferencia? En Éxodo se relaciona el Shabbat con la Creación; pero Devarim lo conecta con la salida de Mitsrayim.

Pues bien, las dos cosas son ciertas. Pero tal parece que para el pueblo de Yisrael son dos “niveles” distintos de significado. La primera mención en Éxodo está en relación con algo que toda la humanidad debiera hacer porque hace referencia a la Creación, antes de que Yisrael existiera, así que fue establecido de manera universal; pero la segunda mención en Éxodo tiene un carácter mucho mas comprometedor porque está ligada a la liberación de Yisrael de la esclavitud en Mitsrayim. Así a las otras naciones se le dice: Acuérdate del Shabbat, mientras que al pueblo de Yehováh se le ordena: Guarda el Shabbat.

Desear o Codiciar

El décimo Mandamiento nos presenta una diferencia en hebreo que no aparece en las traducciones al español. Mientras que Éxodo 20:17 dice: No codicirás jamad la casa de tu prójimo… Devarim 5:21 nos dice: No desearás avah la casa de tu prójimo…

¿Cuál es la diferencia? La palabra jamad es interpretada como codiciar, lo que describe la acción de planear conscientemente apropiarse de la propiedad de otra persona. Este es el Mandamiento codificado en Exodo 20; hasta aquí, sería permitido desearavah, las propiedades de otra persona ente tanto no las codicie jamad. Pero cuando llegamos a Devarim, el Mandamiento se vuelve más estricto: No desearás – avah. ¿Por qué? Bueno, si recordamos a Hava (Eva) en el Edén, todo comenzó por desear avah algo que no le estaba permitido. De manera que conociendo nuestra naturaleza, Yehováh sabe que hay una pequeña distancia entre desear y codiciar. Así que lo mejor es cortar el problema por la raíz y evitar tales deseos.

Revisemos lo que aplicó Shaúl (Pablo) a su propia vida: Filipenses 4:11-12 y  1Timoteo 6:8.

A continuación Moshé vuelve a recordar al pueblo la experiencia del Sinay. Y el énfasis lo hace porque seguramente quiere grabar firmemente en las mentes de sus oyentes, que los Mandamientos no fueron una invención suya; y muchos de ellos deben aun recordar lo que experimentaron y vieron en su juventud.

Cuidad de hacer tal como Yehováh vuestro Dios os ha mandado; no os desviéis a la derecha ni a la izquierda. Andad en todo el camino que Yehováh vuestro Dios os ha mandado, a fin de que viváis y os vaya bien, y prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a poseer. Devarim (Deuteronomio) 5:32–33

Esa expresión: No os desviéis a la derecha ni a la izquierda, bien pudiera recordarnos la importancia de no añadir ni quitar a Sus Mandamientos, lo que sabemos por experiencia que ha sido la historia: El pueblo judío le ha añadido cantidad de cosas, mientras que la iglesia le ha sustraído por igual y tanto el uno como la otra, han mezclado tradiciones, doctrinas y filosofías que lejos de conducir al pueblo de Yehováh cerca de Él, han terminado distrayéndolo y alejándolo. Seamos pues celosos en mantener la mira puesta solo en lo que se nos dice, porque esta es la base de nuestro éxito en esta vida:

Éstos, pues, son los mandamientos, los estatutos y los decretos que Yehováh vuestro Dios ordenó que os enseñara, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis para tomarla en posesión. A fin de que temas a Yehováh tu Dios, tú con tu hijo, y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todos sus estatutos y mandamientos que yo te ordeno, para que tus días sean prolongados. Oye pues, oh Yisrael, y cuidarás de hacerlo, como te habló Yehováh, el Dios de tus padres, para que te vaya bien y te multipliques en gran manera en la tierra que mana leche y miel. Devarim (Deuteronomio) 6:1–3

¿Vino Yeshúa a terminar la Toráh - Ley?

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