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Bereshit 14:1-24 | Bimé Amrafel

Parashá Trienal – Bereshit (Génesis) 14:1-24

Nombre de la Parashá: Bimé Amrafel – En días de Amrafel

Lecturas Complementarias: Isaías 41:2-14 | Hebreos 7:1-19

En el capítulo anterior pudimos ser testigos de la decisión tomada por Lot, quien se dejó encantar por la belleza de la tierra y se apartó de su tío Avraham para ir levantando su tienda, en un proceso que debió ser corto, hasta llegar a vivir en Sodoma, cuyos habitantes son descritos por las Escrituras como malvados y pecadores contra Yehováh.

La eterna lucha por el poder

Los seres humanos somos insaciables, cuando se trata de adquirir cosas de este mundo, tales como el poder. La narrativa de este capítulo 14 es un buen ejemplo. Kedorlaómer, un exgeneral del ejército de Nimrod, según la narración en el libro de los Jubileos, había sometido por doce años a los reyes vecinos. Ahora vale la pena aclarar, que tales reinos, muy probablemente estaban constituidos principalmente por una ciudad amurallada y algo de tierras; de manera que podía haber tantos reinos como ciudades se pudieran amurallar para reclamar autoridad en ese territorio y enseñorearse de las personas vecinas. De hecho se nombra que Sodoma era un reino, Gomorra, otro más, Admah, Seboim, y otras más ciudades en referencia, son reconocidas como reinos.

Kedorlaómer había logrado someter a varias de estas ciudades, pero como suele suceder, los oprimidos se hastiaron y resolvieron rebelarse, con tan mal resultado que tuvieron que huir, cayendo algunos de ellos en pozos de asfalto y otros teniendo que refugiarse en las montañas. Los invasores tomaron el botín y como Lot vivía en Sodoma, fue capturado igualmente.

Avram al rescate

Un sobreviviente de tal desastre, huye para contar a Avram el triste destino de su sobrino, ante lo cual, sin dudarlo, Avram parte a su rescate. La narración de este hecho nos hace recordar a los emisarios que llegaron a Job para contarle de las desgracias sucedidas a sus bienes y su familia. Job 1.15

Con un “ejército” de 318 individuos, Avram sale en rescate de su sobrino. No iba para tomar venganza de los reyes derrotados ni tampoco considerando la oportunidad de hacer un negocio a poder rescatarlos. Su interés era su familia nada más. Así que aprovechando el descuido producto de una victoria fácil, Avram cae sobre los ejércitos enemigos y los derrota.  Es notable que esta era una coalición de cinco reinos o ciudades, por lo cual su ejército debía ser sensiblemente superior al de Avram. Sin embargo, el factor sorpresa, y desde luego la protección y el favor de Yehováh, le dieron la victoria.

Es de resaltar la ausencia de deseos de poder de Avraham. En esta oportunidad hubiera podido erigirse perfectamente como un nuevo rey, pero no lo hizo, porque tenía claro que su destino era otro. Obviamente, tuvo que enfrentar al sistema vil y corrupto de los reyes malvados, pero en ningún momento promovió “otro sistema” lo cual hubiera sido fácilmente aceptado.

Encuentro con el Melek-Tzdik (Melquisedek)

Ya de regreso, Avram se encuentra con el Melek-Tzadik, que significa el Rey de Justicia. Lamentablemente las traducciones han hecho de este título un nombre: Melquisedec, por su parecido fonético y ante el desconocimiento de su significado.

Fuentes extrabíblicas afirman que Shem, el hijo de Noaj, vivía en esa área, porque cuando se hizo la repartición de las tierras después del diluvio, esa parte le correspondió a él y su descendencia; si bien posteriormente Kena’an (Canaán) el hijo de Jam (Cam), se posesionó de ella porque le pareció mejor que su parcela y por eso el nombre de la tierra llegó a ser Canaán.

Shem, pues, vivía en Salem y como ancestro de Avraham y rey de su ciudad, salió para darle la bienvenida y bendecirlo:

…Melquisedec, Rey de Salem, sacerdote de ’Elyón, sacó pan y vino, y lo bendijo diciendo: ¡Bendito sea Avram por ’Elyón, poseedor de cielos y tierra, y bendito sea ’Elyón, quien entregó a tus adversarios en tu mano! Y le entregó el diezmo de todo.  Génesis 14.18-20

Melek = Rey; Tzadik=Justicia. Melek-Tzadik = Rey de Justicia. En ese tiempo, este rol sacerdotal le correspondió a Shem, razón por la cual salió a encontrar a Avram, descendiente suyo y para bendecirlo compartiéndole Pan y Vino.

Este es el primer registro de tal cosa y desde entonces el pueblo de Israel mantiene la tradición de partir el pan y compartir el vino; incluso en el presente, cuando nuestros hermanos de Yahudáh (Judíos) dan inicio al Shabbat, parten el pan y comparten el vino en las casas donde se reúnen. Y fue Yeshúa quien nos mostró el significado de esta tradición milenaria, cuando la noche en que iba a ser entregado partió el pan y lo repartió entre sus discípulos junto con el vino.

Avram entregó el diezmo al Melek-Tzadik quien representaba a Yehováh. Nuestro padre Avram, entendía perfectamente la responsabilidad de reconocer el poder y la protección de Yehováh, y que la manera de hacerlo era entregando la décima parte de lo que había capturado del botín de sus enemigos.

Y esta es una gran lección. Avram cumple con esta responsabilidad aún antes de que fuera establecida por medio de la Toráh; lo cual significa que de alguna manera Yehováh le reveló este mandamiento, cuya obediencia pone de manifiesto que reconocemos la soberanía y la propiedad de Yehováh sobre nosotros. Esforcémonos en seguir su ejemplo y entreguémosle a Yehováh lo que le pertenece.

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