Nuestra vida consiste en un entrenamiento provisto por Yehováh para desarrollar nuestro carácter y capacidad de responder a sus instrucciones. El va a establecer su Reino en la tierra y va a requerir de hijos suyos que sean capaces de actuar bajo su dirección para administrar con justicia la Creación. Lo que sucedió a Yisrael, durante su travesía por el desierto, es un modelo de lo que Él está llevando a cabo con nosotros. ¿Cómo responderemos?

Deuteronomio 1:22, nos permite ver que la iniciativa de enviar espías a investigar la tierra fue del pueblo. Si bien en nuestra parashá de hoy, Yehováh da la orden de enviarlos, lo hace en respuesta a esa petición. Tal solicitud, lejos de ser una estrategia, refleja el temor que ya tenía el pueblo de Yisrael ante la misión de conquista que tenía por delante; Yehováh no necesitaba que los espías fueran enviados.

Observemos

• ¿Quién dio la orden final de enviar espías a la tierra? Estos eran jefes en sus tribus, lo que suponía que tendrían buenos criterios para evaluar la tierra.

• Dentro del grupo de espías que salieron, iba Oseas, cuyo nombre fue cambiado a Y’hoshúa (Josué).  ¿A qué tribu pertenecía él?

• Observa cuál era la tribu representada por Caleb y toma nota.

Las instrucciones de lo que deberían observar los doce espías eran muy claras, y efectivamente eso fue lo que hicieron durante 40 días! Tiempo suficiente para descubrir la tierra y regresar con una gran motivación a conquistarla.

Una vez cumplida la misión…

• Observemos el “reporte” entregado y la actitud de diez de los espías. ¿Qué características mencionaron ellos?

• Cómo difiere del reporte de Y’hoshúa (Josué) y Caleb. Recuerda a cuáles tribus representaban ellos: Efráyim y Yahudá respectivamente. Después del reinado de Sholomo (Salomón), el pueblo se dividió en dos grupos dirigidos precisamente por esas dos tribus: Yahudá y Efráyim.

Las actitudes negativas, cunden como la plaga

Notemos qué fácil es olvidar las maravillas de Yehováh en nuestro favor. Nuestros padres llevaban 14 meses viendo día tras días los milagros y el poder de su Libertador en favor de ellos. Pero ante un nuevo desafío, lo olvidaron todo.

Yehováh nos instruye por una parte a “no recordar las cosas pasadas”, aquellas que nos han causado dolor, amargura, rencor, etc.  pero por otro lado nos invita a mantener en mente las cosas grandes que Él hace en nuestro favor. Por eso encontraremos que Yehováh repite y repite las mismas instrucciones o mandamientos, para que queden cincelados en las mentes y corazones de su pueblo.

El costo de esa actitud negativa y murmuradora, fue ¡postergar la recepción de la Tierra Prometida cuarenta años! Así, pasaron los años vagando por el desierto, un año por cada día que pasaron los espías en la tierra, hasta que todos los adultos que se unieron en tal rebelión, cayeron muertos en él.

Duros  para aprender

El capítulo 14 nos narra en detalle las reacciones, los sentimientos, las quejas y los planes que consideró el pueblo ante el reporte de los diez espías. Incluso llegaron a considerar devolverse a Mitsráyim (Egipto)! Parece increíble! Lo triste es que todos los censados, mayores de 20 años, fueron arrastrados en esos pensamientos y apoyaron la idea.

Cuando Y’hoshúa y Caleb junto con Moshé y Aharon se oponen, ¡casi los lapidan! Yehováh entonces determina exterminar al pueblo y empezar de nuevo con la simiente de Moshé. Pero la intervención de éste a favor del Nombre de Yehováh y la fama que obtendría si así actuara, cambia los planes de Yehováh.

Aquí hay muchas lecciones que aprender:

• La murmuración envenena y mata.

• Es fácil olvidar los prodigios de Yehováh a nuestro favor.

• El temor puede conducir a la rebeldía.

• Moshé está enfocado en la gloria del nombre de Yehováh, no en la suya.

• Las palabras tienen consecuencias, muchas veces irreversibles. El pueblo que murmuró finalmente pereció en el desierto.

• La herencia que estaban a punto de recibir, no les pudo ser entregada hasta 40 años después, pero a sus hijos. ¿Estaremos retrasando bendiciones de Yehováh sobre nosotros y los nuestros a causa de la desobediencia?

• El remanente que sigue a Yehováh es muy pequeño. De los miles de hombres censados mayores de 20 años, solo dos entraron en la tierra: Caleb y Y’hoshúa.

• Las características de Caleb y Y’hoshúa: Confianza en Yehováh, disposición a obedecer, tenacidad, actitud positiva: solo ellos se enfocaron en la calidad de la tierra, lo que les habían ordenado hacer.

• Ante la disciplina declarada por Yehováh, el pueblo decide ir a la conquista pero por la motivación errada, rebelándose así una vez más contra las instrucciones de Yehováh!

• Cuando actuamos por orgullo, es decir motivados por nuestro ego, somos derrotados, pues Yehováh nunca nos respaldará procurándonos una victoria (Filipenses 2:3-4).

Instrucciones diversas, pero claras

• El pueblo fue instruido para presentar diferentes tipos de sacrificio: como ofrenda, por un voto, o por simple voluntad (es decir por gratitud).

• Aún si la ofrenda era voluntaria había que seguir instrucciones. Nunca hay algo como: “haz lo que te parezca”, que Yo entiendo tu actitud…

• Versos 15:14-16. El extranjero  puede participar igualmente como el nativo, PERO obedeciendo las instrucciones (Toráh) de Yehováh. De manera que aún si al presente te consideras extranjero (aunque ya no lo eres porque al decidir seguir a Yeshúa has sido injertado en Yisrael), debes seguir las mismas reglas y mandamientos que se le dieron a Su pueblo.

• Hay ofrendas por yerro, es decir por haberse equivocado o cometido un error, tanto para la congregación total como para el individuo. Pero…

• No había manera de obtener perdón cuando la transgresión era deliberada: Vs 30. Esto claramente muestra que la gente no alcanzaba su salvación por el cumplimiento de la Ley (Toráh), y así lo ha entendido Yisrael toda la vida. Yisrael nunca consideró que la obediencia a la Toráh era para lograr la salvación eterna. La salvación era, es y será por gracia es decir, un regalo del Padre. La Toráh ha existido para guiar al pueblo en sus relaciones con Él, con otros y con la Creación; si Yisrael hubiera obedecido celosamente hubiera sido luz para el resto de las naciones, que es lo explicado por el apóstol Shaúl (Pablo) en Gálatas 2:15-16.

• ¿Observas cómo Yehováh es de riguroso respecto del Shabbat?  Menos mal que hoy no hay que apedrear a los infractores, pues no alcanzarían las piedras. Pero Él sigue esperando que obedezcamos su Mandamiento a éste respecto.

• ¡Flecos en la ropa! ¿Debemos los varones atar esos flecos a nuestra ropa? ¿Qué de las mujeres? ¿con qué propósito?

Habla a los hijos de Yisrael y diles que se hagan flecos en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones, y que en cada fleco de los bordes pongan un cordón azul.  Tales flecos os servirán para que, cuando los veáis, os acordéis de todos los mandamientos de Yehováh y los cumpláis, y no sigáis el impulso de vuestro corazón ni de vuestros ojos, tras el cual os prostituís, a fin de que recordéis y cumpláis todos mis mandamientos, y estéis consagrados a vuestro Elohim. 
Números 15:38-40

Actualmente, el hilo azul, está hecho de una tintura especial que produce un caracol que solo se reproduce en Yisrael (tejelet), y nos trae a la memoria el color del suelo (zafiro) del salón del trono de Yehováh (Exodo 24:10)